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Certero resulta el juicio de la poeta española María Zambrano quien, en cierta ocasión, aseguraba que “adentrándose en las cosas más humildes, en el polvo, en la pobreza misma, la poesía de Eliseo Diego llega a erigirlas. Mas el alma no erige, sino que recoge; no construye, sino que abraza; no fabrica, sino que sueña”.
“Poesía la de Diego –concluía la autora reconocida con el Premio Cervantes—, que resulta tan solo de una simple acción: prestar el alma, la propia y única alma, a las cosas para que en ellas se mantengan en un claro orden, para que encuentren la anchura del espacio y el tiempo, todo el tiempo que necesitan para ser y que en la vida no se les concede”.
Palabras que, perfectamente, pudieran servir para presentar ahora una nueva edición de uno de los primeros libros publicados por el maestro Eliseo Diego. Se trata de El oscuro esplendor (Colección Sur Editores, 2014, 80 pp), obra que, más de cuatro décadas después de su aparición, mantiene la lozana frescura de sus inicios.
Publicado originalmente en 1966, en El oscuro esplendor se presenta una colección de poemas breves, precisos, concisos, en que el autor revela su interés por esos temas que le preocuparon, y ocuparon, durante su extenso y fecundo ejercicio intelectual: la vida y la muerte, la angustia y la esperanza, el ayer y el mañana…
Son poemas que descubren lo cotidiano, lo sencillo, lo frágil, en su oculta trascendencia. Poemas que invitan a pensar, reflexionar, indagar, en el devenir de la vida misma. “Y cuando, en fin, todo está dicho”, uno de los textos que integran el cuaderno, así lo demuestra:
Y cuando, en fin, todo está dicho,
puesto el sombrero, al hombro el saco,
viene el adiós.
Pero vagando
los ojos van a la cornisa
donde está el polvo del instante: así,
como al desgano,
–puesto el sombrero, al hombro todo—,
qué inmóviles quedamos, sí, qué blancos
mientras se oculta el tiempo en el adiós.
Poeta, narrador, ensayista, miembro fundador del emblemático Grupo Orígenes, Eliseo Diego (La Habana, 1920-Ciudad México, 1994) recibió, por el conjunto de su obra, entre otros reconocimientos, el Premio Nacional de Literatura, en 1986, y el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo, en 1993.
En su bibliografía sobresalen, entre otros títulos, En la Calzada de Jesús del Monte (1949), Por los extraños pueblos (1958), Muestrario del mundo o Libro de las Maravillas de Boloña (1967), Los días de tu vida (1977), A través de mi espejo (1981), Inventario de asombros (1982) y Soñar despierto (1988), este último su único poemario dedicado a los niños.
En el breve y enriquecedor prólogo a esta nueva entrega de El oscuro esplendor, el investigador y ensayista Enrique Saínz escribe que “entramos en las páginas de este cuaderno como quien sabe que lo esperan poemas espléndidos, de suaves melodías que nos dicen cómo ve y siente la realidad este poeta extraordinario”.
Espléndidos, en verdad, son estos versos que Eliseo Diego reunió en El oscuro esplendor. Un libro de presencias y esencias, de realidades y sueños, de hallazgos y descubrimientos. Un libro que devela cómo ve y siente su realidad, la realidad de todos, un poeta extraordinario.
