Ajaccio en el momento de Cuba

Ajaccio en el momento de Cuba

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hasta siempre ajaccio la hora de cuba

Una selección de más de 250 piezas pertenecientes a las colecciones del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), la Fototeca de Cuba (FC) y al Consejo Nacional de las Artes Plásticas (CNAP), se encuentra expuesta en el palacio Fesch, de Córcega, el segundo museo de bellas artes más importante de Francia, después del Louvre, por las obras maestras que se albergan en ese suntuoso edificio construido por orden del Cardenal Fesch[1], tío de Napoleón, para albergar un instituto de las artes y de las ciencias.

La muestra, calificada como la más grande de arte cubano presentada en el país galo, fue concebida bajo el título de Hasta Siempre, Ajaccio en el momento de Cuba, y forma parte de las diferentes expresiones que conforman un proyecto integrado también por música, danza, cine, fotografía, conferencias y exposiciones de arte colonial y contemporáneo, incluidos en el extenso programa de una jornada cultural cubana en Córcega, isla natal del emperador Napoleón Bonaparte (1769-Santa Elena, 1821).

Durante la apertura de la exposición, el recién electo alcalde de Ajaccio, diputado Laurent Marcangeli, entregó la Medalla de la Ciudad al embajador cubano en Francia, Hector Igarza, quien calificó este intercambio cultural como un ejemplo de la amistad, solidaridad y especialmente la hospitalidad que caracterizan a los pobladores de las islas de Cuba y de Córcega.

Representada por el presidente del CNAP, Rubén del Valle Lantarón, muchas de las obras pertenecientes a las colecciones antes mencionadas se exhiben por vez primera fuera de Cuba, y se integraron a este fin bajo una cuidadosa curaduría general y selección a cargo de Philippe Perfettini, curador de las exposiciones temporales del Palacio de Fesch, junto a Gilbert Brownstone, presidente de la Fundación Brownstone, para de tal forma concretar un diálogo entre las obras pertenecientes a la colección de aquella prestigiosa institución y un segmento de las que integran las tres colecciones públicas cubanas.

El museo de bellas artes de Córcega fue concebido gracias a la pasión del cardenal Fesch por la pintura. Allí se pueden apreciar disimiles piezas que formaban parte de la colección personal del prelado, quien en el año 1839 legó a la ciudad de Ajaccio “algunos originales de todas las escuelas”. Esa fortuna está formada por pinturas, esculturas, textiles, monedas y medallas, artes gráficas y otros objetos de arte; entre ellos, iconografías de grandes artistas italianos de cinco siglos —XIV al XIX—. Las colecciones presentan tres líneas: primitiva (antes del siglo XV), romana y la pintura barroca napolitana; además de las pinturas del norte y centro de Italia, las nórdicas, las de Córcega, y las de la familia napoleónica.

En el mismo edificio donde se conservan esas joyas, se exhibe Hasta Siempre, Ajaccio en el momento de Cuba,  integrada por una “selección plural y diversa que permitirá establecer nexos entre la producción cubana y la atesorada allí”, expresó Isabel Pérez Pérez, editora de la revista Arte Cubano, quien también viajó a aquella ínsula al frente de la exposición, que incluye obras de Wifre do Lam, el pintor cubano más conocido en Francia, así como valiosos cuadros pertenecientes a los fondos del MNBA, entre estos la Colección de Arte Francés que comprende, entre otros muchos, a Eugene Delacroix y Jean-Baptiste.

En la selección del MNBA, el paisaje está representado por Eduardo Laplante, Esteban Chartrand, Guillermo Collazo, Armando García Menocal, Leopoldo Romañach, Antonio Rodríguez Morey. De la llamada vanguardia la muestra la componen obras de Rafael Blanco, Víctor Manuel, Gattorno, Marcelo Pogolotti, Amelia Peláez, Jorge Arche y Mario Carreño. Se incluyen, además, piezas de Gilberto de la Nuez y Raúl Martínez, primer Premio Nacional de las Artes Plásticas, y una serie de carteles posteriores a 1959.

La FC presenta alrededor de 100 fotografías que hacen un recorrido por el devenir de esa manifestación en la historia nacional, desde la fundación de Círculo Nacional de Periodistas y el Club Fotográfico de La Habana, hasta el triunfo de la Revolución. Se incluye una porción del fondo de imágenes correspondientes a la Épica de la Revolución: José Agraz, Alberto Díaz (Korda) y Raúl Corrales (Premio Nacional de Artes Plásticas 1996); así como de períodos posteriores, hasta los años 90 y el inicio del nuevo siglo.

La colección del CNAP expone obras de Domingo Ramos, Gilberto de la Nuez, Raúl Martínez y Manuel Mendive, paradigmas del arte insular; además de trabajos representativos de los cambios ocurridos en la plástica nacional a partir de los años 80 del pasado siglo hasta inicios del presente milenio.

Brownstone puntualizó que la idea de este intercambio surgió hace tres años, cuando se reabrió el Museo Napoleónico de Cuba, ocasión en que dialogó en La Habana con Phillipe Costamagna, director del Fesch, y evocaron el proyecto de reforzar los lazos entre ambas islas a través de expresiones de la cultura cubana.

Como expresó del Valle Lantarón, se trata de un archivo de sentidos y subjetividades que colmará de calor y tintes caribeños dos meses de invierno corso; en tanto promoverá allí parte de lo mejor de las artes visuales de Cuba y contribuirá a fortalecer aún más la legitimación de nuestro coleccionismo institucional, a través de significativos valores patrimoniales.

Ajaccio, municipio francés, capital del departamento de Córcega del Sur y de toda la isla de Córcega y de la región de Corse du Sud. Está situado en la costa oeste, sobre la ribera norte del golfo de Ajaccio. Con un fondo de montañas nevadas hasta la primavera, es una ciudad (82,03 km²) llena de color, con esa luz intensa en unos 300 días al año, que tanto inspiró al pintor Henri Matisse y a otros muchos artistas y escritores. (Aiacciu, en corso) posee 64 mil 432 habitantes y es famosa por ser la villa natal de Napoleón y una de las más bellas del Mediterráneo. La puesta del sol sobre las Islas Sanguinarias es todo un espectáculo en el que el astro rey parece desangrarse, de ahí su nombre. Tiene numerosas playas y caletas que bordean su territorio. Buena parte de sus lugares recuerdan al emperador Bonaparte.

[1] Joseph Fesch (Ajaccio, 1763–Roma, 1839), eclesiástico francés, emparentado con la familia materna de Napoleón Bonaparte, Arzobispo de Lyon entre 1802-1836 y cardenal. Uno de los mayores coleccionistas de arte de su tiempo; entre sus mayores tesoros se contaba el famoso San Jerónimo, de Leonardo da Vinci (ahora en la Pinacoteca del Vaticano).

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