¡Para el que no quiere caldo… tres bacanales!

¡Para el que no quiere caldo… tres bacanales!

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Bacanal - Títeres - Teatro - Camaguey - CubaDe acuerdo con hallazgos arqueológicos, el uso de los títeres1 —anterior a los actores de teatro— se remonta a unos 2 mil años antes de Cristo, cuando en el antiguo Egipto se usaban figuras de madera manipulables con una cuerda, así como muñecos articulados de marfil que fueron encontrados en los sepulcros; además, los jeroglíficos describen “estatuas de pie” utilizadas por aquella civilización del norte de África en los dramas religiosos.

El uso de los títeres para adultos llegó hasta nuestros días —centuria tras centuria, primero en Europa y Asia y luego a Latinoamérica—, amén de las representaciones para niños. En la década de los 60 del pasado siglo tuvimos en Cuba un teatro de títeres para adultos de excelencia2. En la de los 70 y debido a decisiones absurdas dejó de recibir apoyo institucional y sucumbió.

Por suerte, en el 2011 un grupo de aferrados defensores del teatro insular decidieron unirse para, a pesar de las dificultades e incomprensiones, convocar en la capital a un evento que propiciara la reivindicación del teatro nacional de títeres para adultos. Así surgió la Bacanal, una fiesta que intenta llamar la atención sobre este asunto, a la vez que favorece el reencuentro entre el títere —en cualesquiera de sus diversas e infinitas formas3— y el público mayor.

En el 2012 se realizó la I Bacanal de Títeres para Adultos, con ocho grupos participantes y este año tuvo lugar la segunda edición, con 13 agrupaciones del patio y cuatro foráneas4, las cuales cumplimentaron un total de 20 propuestas artísticas. Según los criterios de los espectadores y de varios especialistas, esta convocatoria fue todo un éxito. Ninguna función bajo techo resultó suspendida a pesar de las inclemencias del tiempo, situación a la que se enfrentaron los asistentes que colmaron las salas y plazas dispuestas para las representaciones, y así evidenciar que aquí existe un público maduro dispuesto a disfrutar del arte de la figura animada, como lo hizo hace más de medio siglo.

Durante el evento, los espectáculos de titiriteros para adultos también se extendieron a algunos barrios periféricos, no obstante las dificultades relacionadas con la ausencia de transporte. Tal logro fue debido al respaldo de los concurrentes y a la tozudez del equipo gestor y de los teatristas, que no se rindieron ni amilanaron ante ningún contratiempo.

Máscaras, títeres y muñecos invadieron las sedes de la Bacanal: el Teatro Nacional de Guiñol; las salas Llauradó y La Edad de Oro; además del Museo Teatro de Títeres El Arca. El programa incluyó actividades en espacios alternativos, de las cuales solo se realizaron dos por las condiciones climatológicas y la falta de vehículos. Asimismo, hubo talleres de creación, uno de ellos como antesala del encuentro Lúdica con la materia, de elaboración de cabezas de títeres con estudiantes y trabajadores de la Universidad de las Artes.

Durante este jubileo —donde estuvieron presentes la sátira y la parodia— hubo varios estrenos, tales como De la Gran Escena (Compañía Hilos Mágicos); El irrepresentable paseo de Buster Keaton (Teatro de las Estaciones); Macbeth, especial creación para esta II Bacanal del maestro René Fernández y su Teatro Papalote; y Shangó de Ima (Teatro Océano), impresionante puesta de gran formato y música en vivo, con 18 actores en escena, que cerró las presentaciones de obras de la II Bacanal con dos funciones repletas de un público que las aplaudió de pie y dando vítores. Nuevamente se habilitó el Cabaret Titiritero, en el que actuaron destacadas figuras y grupos del género, músicos, diseñadores y modelos.

Inmersos ahora en los análisis de los problemas objetivos y subjetivos que enfrentó esta edición del evento pensado como un espacio cultural donde prime el gozo de la vida, la sorpresa y el juego, sus gestores se preparan ya para convocar su tercera edición bajo el lema de: ¡Para el que no quiere caldo… tres bacanales!

1 En 1611 el lexicógrafo, criptógrafo, capellán del rey Felipe II y escritor español, Sebastián de Covarrubias y Orozco (Toledo, 1539-1613), explicó en su libro Tesoros de la lengua castellana el origen de este término atribuido a la costumbre de los titiriteros de colocarse en la boca una lengüeta que usaban para deformar la voz, sonando el chirrido resultante en una especie de “ti-ti” metálico. Ese recurso aún se utiliza por titiriteros de diferentes lugares del planeta. Los escritos más antiguos sobre los títeres se remontan al año 422 a.C.

2 Entre las memorables puestas de teatro de títeres para adultos de los años 60 del pasado siglo en Cuba se encuentran La Celestina, La loca de Chaillot, Ubú Rey y Shangó de Ima.

3 El teatro de figuras animadas posee una infinita variedad de técnicas, entre ellas, los títeres de hilo, de sombras, de guante, de varillas, esperpentos, parlantes, body puppets…

4 En la segunda edición de la Bacanal participaron titiriteros de La Habana, Matanzas, Cienfuegos, Santa Clara, Ciego de Ávila y Guantánamo. Las extranjeras provinieron de Italia (una) y Colombia (tres).

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