¿Pavimentar o contaminar?… ahí está el problema

¿Pavimentar o contaminar?… ahí está el problema

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El hollín obliga a mantener la piscina en desuso y puede perjudicar el costoso equipamiento recién instalado en Los Laureles. Fotos: Vicente Brito.
El hollín obliga a mantener la piscina en desuso y puede perjudicar el costoso equipamiento recién instalado en Los Laureles. Fotos: Vicente Brito.

“De las obras que asumimos en el 2014, la de mayor impacto en Sancti Spíritus será la reapertura de la piscina de Los Laureles y sus áreas aledañas”, aseguró Jorge Luis Franqueiro Carvajal, director general de la empresa Islazul en el territorio, unos días atrás.

Mientras recorrimos el sitio pude constatar que, efectivamente, los casi 2 millones de pesos invertidos le habían dado encanto y confort al espacio. Sin embargo, cuando señaló el problema que les golpeaba a días de proyectado el reestreno de la alberca, solo alcancé a pensar en la clarividencia innata de los dicharachos populares… por aquello de la alegría finita en la casa del pobre.

“El hollín proveniente de la planta de asfalto está en todas partes; sobre las mesas, tumbonas y hasta en el agua”, advertía Franqueiro. Tras las huellas retintas de una contaminación ya conocida, agito la humareda para despejar los caminos posibles.

Lo que trae el viento

“Tanto clientes como trabajadores aspiramos ese tizne, sin contar que compromete la limpieza de la instalación, pues cae en todas partes. Hace años que la piscina se ve afectada. Ahora que acabamos de remozarla e instalamos un equipamiento de última generación, veremos el modo de quitarle el hollín para echar a andar el cuarto de máquinas y hacer recircular el agua.

“Según los inversionistas no tendremos vida con los filtros porque esa sustancia nociva atenta contra los mecanismos. Pretendemos reabrir durante la temporada alta, pero la afectación es seria y real”, argumentó Cosme Escobar, director de Los Laureles.

Dificultar el funcionamiento del espacio demandado por turistas cubanos y extranjeros resulta solo uno de los inconvenientes provocados por los efectos contaminantes de la planta de asfalto de Sancti Spíritus. La fábrica, ubicada en las inmediaciones de la cabecera provincial, impone su presencia entre los vecinos de la zona:

“La ropa lavada, nuestras sábanas, las barandas, el piso… todo está negro, si nos descuidamos hasta nos pinta la cara tanta mugre”, comentó Adeivys Poza, una joven embarazada que ingresó, desde hace dos semanas, en el hogar materno cercano a la planta.

Puede que para quienes habitan en las 26 viviendas establecidas ilegalmente en áreas aledañas a la mencionada industria resulte común respirarse los desechos del proceso productivo; pero,  las casas de visita, de particulares o instituvçciones estatales ubicadas más allá, no deberían sufrir tales molestias.

“Aunque en sus inicios estuvo en un terreno baldío, la planta se encuentra en una zona urbana y la ciudad tiene que crecer. Cuando hicieron los estudios precedentes a la construcción de la villa Los Laureles y otras edificaciones aledañas se previó que, de acuerdo con la dirección de los vientos, no padecerían afectación alguna. Por otra parte, los domicilios identificados como ilícitos tendrán que demolerse. Ahora el proceso está paralizado hasta que comiencen a liberar las tierras a partir del 5 de enero y decidamos cómo reubicar a esas personas”, aseguró Ciro Rodríguez Rodríguez, jefe de control del territorio de la dirección provincial de Planificación Física.

La propia fuente subrayó la necesidad de suspender la construcción en el radio de un kilómetro alrededor de la planta y la posibilidad de aumentar el tamaño de la torre para redireccionar las emisiones, atendiendo a las corrientes eólicas. Sin embargo, tan en el aire como las máculas invasoras del ambiente, en el espirituano paraje quedó la incógnita sobre por qué los daños perjudican a un área que, de acuerdo con los cálculos, debió estar limpia de polvo y carboncillo.

Un mal necesario

“Los materiales que estamos utilizando están en mal estado, vinieron húmedos y sin la calidad requerida. A eso súmele la obsolescencia de la maquinaria, pues data de los años 50”, confirmó Daniel Ventura Camero, jefe de establecimiento en la planta de asfalto.

También Ronel Guerra Cruz, tecnólogo de la industria, mencionó razones que pudieran justificar el alcance de la fuente contaminante: “Sin duda, nosotros somos los responsables de ese hollín, pero las pésimas condiciones que causan tales efectos solo se resolverían con una gran inversión”.

Por años han persistido los perjuicios al entorno producto del innegable deterioro de la técnica. Períodos de cierre dictaminados por el CITMA y constantes acciones de mantenimiento marcan la existencia de la planta de asfalto encargada de producir el 95 % del pavimento empleado en Sancti Spíritus.

“Esta factoría recibe el tratamiento de los pasivo-ambientales, clasificación para fábricas y locaciones que existían antes de entrar en vigor la Ley No. 81 del Medio Ambiente que, entre otras cosas, establece los principios que rigen la política ambiental y las normas básicas para regular la gestión ambiental del Estado para contribuir al desarrollo sostenible del país. Precisamente porque la mayoría de estas industrias carecían de medidas para mitigar la contaminación, las seguimos de cerca.

“Así, poseen un plan para el manejo de sus desechos y les hemos orientado que deben acortarse los ciclos de mantenimiento, por lo arcaico de la tecnología. Ellos hacen ‘remiendos’ y al poco tiempo vuelven las roturas. La solución puntual es renovar la industria”, argumentó  Katiusca Lemus Torres, especialista del Grupo de Inspección Ambiental Estatal de la Unidad de Medio Ambiente del territorio.

El hollín obliga a mantener la piscina en desuso y puede perjudicar el costoso equipamiento recién instalado en Los Laureles. Foto: Vicente Brito.
El hollín obliga a mantener la piscina en desuso y puede perjudicar el costoso equipamiento recién instalado en Los Laureles. Foto: Vicente Brito.

Guillermo Martín Cañizares Alfonso, director general del MICONS en Sancti Spíritus, pone sobre la mesa las alternativas reales: “Lo ideal es montar una planta ecológica en un espacio solitario porque siempre habrá emisiones de humo, de polvo y estamos convencidos de los disgustos que provoca. Pero eso requiere de una inversión, hablamos de 8 millones de pesos, incluso, de una importación; por tanto, es improcedente en este momento.

“Por lo pronto, tratamos de atenuar los daños con las rehabilitaciones. A mediados de mes, luego de cumplir el plan de más de 30 mil toneladas de asfalto, vamos a parar la producción y a iniciar la reparación capital de la planta para optimizar su arranque en enero próximo. Resarciremos, entre otros, los tanques, filtros y quemadores; para ello contamos con unos 200 mil pesos”, informó el directivo.

Cañizares Alfonso ilustró acerca del posicionamiento estratégico del centro para obtener el producto completo para los viales yayaberos, debido al ahorro de combustible que supone y el rigor con que laboran la mayor parte del año.

“Entendemos los malestares estimulados por las partículas desprendidas a la atmósfera, pero cualquier decisión habrá de pensarse metódicamente porque nos veríamos perjudicados por la contaminación, debido a la imposibilidad de trasladar la factoría, o por la falta de pavimento en la provincia; o sea, sufriríamos daños de cualquier forma. Hasta hoy, la planta de asfalto es un mal necesario”.

La contaminación de la industria es cada vez más invasiva.
La contaminación de la industria es cada vez más invasiva.
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Un comentario en ¿Pavimentar o contaminar?… ahí está el problema

  1. E vivido unos cuatro años persiviendo el umo de la planta asfaltica y .i esposa se envaraso y alas 12 semanas perdimos nuestro veve la causa esque no se desarrollo normal estamos sintiendo mareos nauceas decaidimiento problema auditivo y vicion estamos muy procupasos somos de ecuador provincia de orellana la planta es del vonsejo provincial y estan a nos 50 metros de distancia por lo que es insoportable el ruido y olor vivimos 4 familias que somos afectados

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