Una perversa guerra contra un perverso mal

Una perversa guerra contra un perverso mal

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Moscú ha insistido en que los ataques aéreos en territorio de Siria no deben realizarse sin el consentimiento del Gobierno de ese país, que a su vez ha declarado que una acción no coordinada de ese tipo viola su soberanía y que seguirá trabajando con Irak para combatir a los grupos armados sin necesidad de injerencia extranjera. Según analistas, el principal interés de la Casa Blanca es derrocar al Gobierno de Bashar al Assad.

Múltiples países han manifestado su voluntad de desempeñar algún papel en la campaña militar lidereada por Washington, entre ellos Estados árabes, aunque cada uno parece anteponer sus propios intereses a la causa común. Francia, entre otros, afirmó que no participará en los ataques aéreos contra Siria.

Con el supuesto fin de luchar contra el grupo radical Estado Islámico (EI), el Congreso estadounidense aprobó el plan de Obama que permite armar y entrenar a los rebeldes sirios que intentan derrocar al Gobierno. El monto asignado para este propósito asciende a unos 500 millones de dólares, aunque se calcula que el costo de esta guerra al contribuyente asciende a 1,5 mil millones de dólares mensuales.

El canciller ruso Serguéi Lavrov ha declarado que Rusia prestará ayuda a Siria e Irak para combatir el terrorismo y afirmó que el florecimiento de grupos radicales en este último país y su posible desintegración se deben a la política estadounidense de ignorar la realidad y las tradiciones nacionales.

En igual sentido, el presidente iraní Hasán Rohani dijo que las erradas estrategias de Occidente en Oriente Medio han convertido esta parte del mundo en un santuario para terroristas. Sostiene que los que ayudaron a los extremistas, ahora no pueden hacerles frente.

Entendidos aseguran que los yihadistas y Estados Unidos comparten objetivos como derrocar a Bashar Al Assad y fragilizar la zona.

El Estado Islámico se muestra dispuesto a matar, controla grandes territorios urbanos, enormes cantidades de dinero y una red mundial de militantes.

Estados Unidos tendrá que enviar tropas a Siria si Barack Obama quiere combatir al EI en la región, asegura el congresista republicano Peter King. Por su parte, el jefe del Estado Mayor Conjunto, Martin Dempsey, recomendó el despliegue de fuerzas terrestres si la actual estrategia de bombardeos “resultaba insuficiente”.

El presidente del Instituto ruso de Oriente Próximo, Dmitri Satanovski, opina que si Estados Unidos quiere eliminar de verdad al EI, tendría que enviar a la zona de conflicto tres veces más tropas terrestres que las fuerzas con las que estos cuentan.

Obama da continuidad a la estrategia imperial de siempre y pretende engañar a los incautos, divulga que el liderazgo de su país es básico para movilizar al mundo contra los terroristas.

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