Humberto, o «Angola»: un arrocero que conoce su oficio

Humberto, o «Angola»: un arrocero que conoce su oficio

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«Angola» es catalogado por sus compañeros como el “hombre –orquesta” dentro del molino.

Hace muchos años lo conocen por el apodo que heredó de la guerra. Angola fue bautizado así por sus compañeros de trabajo y, desde entonces, ese alias desplazó a su nombre verdadero: Humberto Evasio Gómez Valdivia.

Y aunque no es este un testimonio sobre estratagemas, camuflajes perfectos o lluvias de balas mortales, el protagonista definió hace 25 años un nuevo frente de batalla: la Empresa Agroindustrial de Granos Sur del Jíbaro, de Sancti Spíritus, donde celebrarán las actividades centrales por el Día del trabajador agropecuario, el próximo 3 de octubre.

Después de pasar por distintas unidades empresariales de base (UEB) como Las Nuevas y Los españoles, el especialista en mantenimiento industrial llegó al molino Ángel Montejo, única planta en Cuba capaz de procesar arroz precocido. “Yo sé todo lo que pasa aquí dentro. De un vistazo percibo cómo están fluyendo las cosas”, acentuó Angola.

Parte de un todo

Entre el camino ininterrumpido de las esteras, el crujir de las maquinarias y un polvillo que nubla el interior de la fábrica, Humberto E. Gómez disertó acerca del proceso productivo, sabiéndose responsable de preservar en óptimas condiciones hasta el último tornillo de esta estructura: “Tenemos el compromiso de mantener ‘viva’ la industria para dar cumplimiento a los planes técnico-económicos; es por eso que desarrollamos un fuerte movimiento de innovadores, sobre todo después de que nos incorporamos al perfeccionamiento empresarial”.

Tanto tiempo entre los ruidosos metales no han alejado al especialista de las coordenadas del surco: “Conocemos el proceso de obtención del arroz, incluidos los elementos esenciales del área de cosecha. Jamás podemos olvidar que completamos un ciclo que nace en el campo, en el instante mismo de plantar la semilla”.

El molino arrocero, ubicado en la capital yayabera, es una parte del todo en la entidad que más cereal produjo durante el 2013: unas 57 mil 400 toneladas listas para consumir, con lo cual mostró índices de crecimiento y afianzó la anterior campaña como una de las mejores de su historia.

Las estrategias para ganar en la calidad de la semilla, en la eficiencia y la disciplina tecnológica responden a un diseño de trabajo donde la intervención del potencial humano es irremplazable. Así lo reconoció Angola cuando mencionaba el sentido de pertenencia del colectivo de la UEB Ángel Montejo sobre los medios de trabajo y los servicios:

“El rigor y la cultura del detalle al laborar influyen en el resultado final de la producción. En nuestro centro implementamos un sistema de pago que permite a los trabajadores ingresar mensualmente unos mil 400 pesos, pero eso solo es posible por el esfuerzo decisivo de todos”.

Desde otro “surco”

Que la mayoría de las fábricas en la Cuba posee maquinarias obsoletas no es noticia para nadie. No obstante, sería pecado omitir que en industrias eficientes como la mencionada, la cuestión no es solo de hierros y tecnología, sino de los “magos” que con ingenio mantienen a esas estructuras “al pie del cañón”.

Humberto Gómez Valdivia tiene a su cargo el movimiento de innovadores y racionalizadores de su UEB y del complejo arrocero en general; y solo en el molino fueron capaces de ahorrar este año un millón de dólares.

“Recuperamos la cizalla del taller fabril y otros equipos que posibilitan disminuir la agresión al medio ambiente. Ya habíamos tenido resultados alentadores en ese sentido, pues convertimos a un antiguo desecho del proceso en cenizas, y estas últimas las comercializamos; o sea, de sustancia nociva pasó a fuente de ingreso.

“También en el Sur del Jíbaro acometimos un proyecto para crear una minindustria con el objetivo de aprovechar recursos que hasta ahora se pierden”, informó el anirista y representante de los agropecuarios espirituanos en la próxima Conferencia Nacional de la ANIR.

Confirmó que el molino pretende sobrecumplir su plan de procesar 7 mil 500 toneladas de cereal y luego hacer prestaciones de servicios a Villa Clara y Ciego de Ávila, que presentan contratiempos en la producción.

En el 2015, la UEB Ángel Montejo se someterá a un proceso de inversiones para alcanzar mayor modernización y eficiencia que le posibiliten obtener más calidad del grano, así como la disminución del ruido y emisiones de polvo al entorno. Aunque algo jamás cambiará en ese centro: la entrega de hombres que, como Angola, imprimen eficacia al proceso. No importa cuán distante estén de las terrazas donde crece el arroz, siempre que desempeñen el papel en ese otro surco para sacarle a la tierra una mejor cosecha.

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