Pepe Grillo, Pinocho, Campanilla, Peter Pan, el Mago de Oz, el Gato con Botas, Cenicienta, Pulgarcita, el Pequeño Príncipe, el Patito Feo, Bamby, Pollito Pito, Platero, Robinson Crusoe… Estos son algunos de los personajes que Ivette Vian Altarriba selecciona como destinatarios de los “menajes” que, con su firma, agrupa en las páginas de un singular libro.

Conejo con chaleco (mensajes) (Ediciones Unión, Colección Ismaelillo, 2013, 64 pp) es el título de esa obra, acompañada de las ilustraciones de Iranidis Fundora, en que se incluyen una veintena de textos que, a manera de cartas, remite la escritora a esos protagonistas de historias ya atesoradas en la memoria de varias generaciones de lectores.

“Ojalá te gusten estos mensajes imaginados –afirma la autora en “Mensaje al lector”— y aunque, quizás (¿quién puede estar seguro?) los personajes a quienes van destinados nunca puedan leerlos, no importa, tú los recibirás. Ustedes, los niños y las niñas, todos los jóvenes, son los más geniales personajes de esta gran historia que es ¡la Vida!”.

Ivette Vian Altarriba se propone, y logra, a través de estos “mensajes”, no solo comentar los cuentos, las noveletas y los poemas que le sirven de escenario a los imaginarios seres evocados. Es su interés, igualmente, dialogar con  esos personajes –gracias a la fantasía y el ingenio y desde la más inmediata realidad—, en textos que contribuyen a exaltar sentimientos, actitudes, valores.

Así lo demuestra el capítulo final del libro, “Mensaje a Pilar”, dedicado a la niña que sirve de hilo conductor al Maestro José Martí para contar la hermosa, triste y aleccionadora historia de “Los zapaticos de rosa”. En fragmentos de ese texto, escribe la autora:

Pilar, mi niña hermosa:

Ya sé que eres una personita fina, llena de mimos y comodidades.

A veces, vivir así cierra el corazón, lo pone duro. Es más, casi siempre sucede; la gente rica goza la vida sin complicarse demasiado, para ellos la cosa es “pasarla bien”.

Sin embargo, Pilar, tú eres una excepción que siempre he admirado. Rodeada de paisajes bonitos, de damas y caballeros extranjeros, a ti lo que te llama la atención es la barranca de todos; te fijas en los viejos, en los pobres, ¡y allá quieres ir, con ellos quieres estar…!

A pesar de que te visten con lo mejor, de lucir hasta sombreros de plumas, tú, Pilar, no te sientes por encima de tu prójimo. Cosa que le pasa muy a menudo a cierta gente; que cuando compra lo más caro, o maneja la técnica “de punta” se siente mejor que los demás.

(…)

Le preguntaste a tu madre qué cosa era ser reina. Y yo te contesto, Piar: ser reina es hacer lo que tú hiciste. En el momento en que pudiste quitarte lo tuyo para dárselo al que le hacía falta, ¡en ese momento fuiste reina!

Y pasó el tiempo, y pasó un águila por el mar… Mientras tanto, yo no puedo hacer otra cosa que amarte.

Ivette

Considerada entre las más conocidas, y reconocidas, escritoras para el público infantil y juvenil en la Cuba de entre siglos, Ivette Vian Altarriba (Santiago de Cuba, 1944) es autora de una extensa obra, tanto en prosa como en verso, en que se entremezclan imaginación, gracia, ternura, humor, fantasía, a través de un discurso de raigal cubanía.

En su bibliografía aparecen más de una veinte de libros –galardonados con premios como La Edad de Oro, La Rosa Blanca y de la Crítica Literaria—, entre ellos Como te iba diciendo… , Mi amigo Muk Kum, Coco Pascua, Una vieja redonda, El cocinaíto y La Marcolina, este último adaptado a un serial de la Televisión Cubana como La sombrilla amarilla.

A esa relación de títulos publicados se suma ahora Conejo con chaleco (mensajes), un delicioso divertimento que propone una entretenida y enriquecedora lectura. Más, una obra que llega, también, para confirmar el alcance y permanencia, en el catálogo editorial cubano contemporáneo, de la literatura que Ivette Vian Altarriba crea hoy, en la isla, para quienes son la esperanza del mundo.