Un “diablo” anda suelto

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Los equipos personales de música y los celulares deben escucharse bajito para prevenir la discapacidad acústica. Foto: Joaquín Hernández Mena
Los equipos personales de música y los celulares deben escucharse bajito para prevenir la discapacidad acústica. Foto: Joaquín Hernández Mena

El ruido o contaminación acústica es uno de los contaminantes del medio ambiente que provoca mayores problemas para la salud del hombre. La industrialización, el transporte y las indisciplinas sociales, entre otros, llevan los sonidos a niveles insoportables, hasta causar interferencia en la comunicación, pérdida de la audición, perturbación del sueño y estrés.

Es un mal que nos afecta a través de toda la vida, e incluso hay indicios de perjuicios al feto cuando la madre está expuesta a ellos durante el embarazo. La Organización Mundial de la Salud (OMS), considera los 70 decibeles como el límite superior deseable.

El otorrinolaringólogo Héctor Hernández Sánchez, especialista en Audiología, transmitió su preocupación a Trabajadores por la progresión que tiene en el mundo el exceso de ruido y la consiguiente pérdida de la capacidad auditiva de las personas.

“La situación es poco halagüeña si tomamos en cuenta que la OMS reportó el pasado año un total de 270 millones de personas con discapacidad auditiva, y en el 2014 el número se incrementó a 360 millones. En Cuba está asociada al envejecimiento poblacional y al aumento de las indisciplinas en torno a las normas y leyes que rigen en la sociedad.

“Muchas personas no adquieren la conciencia de que al incumplir las legislaciones están perjudicándose a sí mismas y al resto de la comunidad. Desde que usted se levanta está influenciado por el tráfico vehicular, la música alta, los gritos de la gente, los pitazos, entre otros. Muchos jóvenes y adolescentes usan inadecuadamente los medios personales de reproducción de música.

“La discapacidad auditiva es prevenible si se cumplen las normas instauradas por el Estado. Después que está establecida es irreversible, y el paciente tiene que usar prótesis.

“Cuba tiene programas para la conservación auditiva, que se aplican por las instituciones de Salud Pública (salud ocupacional) y del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (higiene y seguridad del trabajo), pero su enfoque debe ser más integral y hacer que participen todas las esferas de la sociedad. Lo otro es la conducta responsable individual: hay que educar a las personas en el cumplimiento de normas elementales de convivencia”, expresó el especialista.

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