Pan, techo y trabajo

Pan, techo y trabajo

1 Estrella2 Estrellas3 Estrellas4 Estrellas5 Estrellas (Sin valoración)
Cargando...
David Rodríguez Fernández es un activo dirigente del Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza-País Valencia (STE-PV) I Foto: César A. Rodríguez
David Rodríguez Fernández es un activo dirigente del Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza-País Valencia (STE-PV) I Foto: César A. Rodríguez

Profesor de Educación Física en la enseñanza secundaria, David Rodríguez Fernández es un activo dirigente del Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza-País Valencia (STE-PV) y desarrolla su labor en las comarcas de Marina Alta y Marina Baixa, en la provincia de Alicante. Allíatiende unos 120 centros de trabajo, que agrupan personal de la educación primaria, secundaria y preuniversitaria, así como otros de la especial y de servicios sicopedagógicos, estos últimos se extienden a varios municipios.

Su organización sindical es la mayoritaria  de una confederación denominada Intersindical Valenciana, que afilia también a sindicatos de la salud, la industria y la administración pública.

“En la Intersindical  realizamos una labor de análisis global de las políticas de recortes en todos los frentes: la salud, la educación, el trabajo, en fin, todo lo que afecta la economía de los sectores laborales; y el específico que trabajamos desde el punto de vista de la enseñanza, de la educación pública fundamentalmente, pues continúa siendo la mayoritaria y es preciso defenderla porque está siendo atacada gravemente”.

Expresa que desde hace muchos años se mueven  en un contexto muy complicado, empeorado a partir de la explosión de la crisis inmobiliaria y el inicio de la económica, y con ella lo que el Gobierno llama política de ajuste, pero la población identifica como política de “austericidio”.

“Cuando se dice de ajuste uno piensa que es para mejorar una cosa, pero esa es una política clara, muy clara, de recortes de derechos. Y lo peligroso es que, como la gente no lo acepta, utilizan todas las estrategias: la ideológica —lo explican, lo venden por la televisión como algo necesario, que es preciso hacer un esfuerzo y otras muchas justificaciones—; y la coercitiva —están cambiando las leyes porque la gente sale a las calles a protestar.

“Nosotros estamos lanzando la gente a la calle porque, hasta cuándo van a estar dejando a los muchachos sin comedor escolar, cuando puede ser que sea esa la única comida buena que hagan al día, pues son de familias que no tienen nada, están sin trabajo. Estamos hablando de un 25 % de paro en España,  y de  alrededor de un 26 % en Valencia”.

Señala que en el caso de los jóvenes, el desempleo es de casi un 60 %, y como consecuencia muchísimos licenciados se van a trabajar a otros países: los de América Latina, Alemania, Dubai, los países árabes emergentes, Inglaterra,  Noruega, Suecia, incluso Rusia. “Es decir, es una diáspora de profesionales, y eso es peligroso para una sociedad, para un país”.

Refiere David que a las leyes de coerción implantadas por el Gobierno mediante el cambio de la legislación, ellos las  llaman leyes mordaza por ser muy represivas, “lo cual agrava la situación,  pues se han impuesto condenas de dos años de cárcel a participantes en piquetes de huelga, a partir de falsas acusaciones, e incluso se  ejerce la represión en las calles”.

Dinero hay, pero mal repartido

“El 22 de marzo de este año —señala— confluyeron en Madrid multitudinarias marchas procedentes de toda España. Unos llegaron en autobuses o trenes, y otros a pie. Nos reunimos fácilmente millón y medio de personas, y al final, justo antes del telediario, se produjo una provocación de violencia  que la prensa refirió al día siguiente  bajo el titular Unos cuantos violentos rompen una manifestación, sin mencionar nada acerca de las reivindicaciones por las cuales se programaron aquellas marchas llamadas de la Dignidad.

“¿Cuáles eran esas reivindicaciones?: pan, techo y trabajo. Pan, por una renta básica, porque estamos hablando de casi seis millones de parados, de los cuales aproximadamente dos millones ya no reciben ningún tipo de prestación, y qué hacen muchas familias: los jubilados están acogiendo a los hijos y  nietos en sus casas.

“Una renta básica supone una reforma fiscal, y claro, dinero hay, el problema es que está mal repartido. Dinero hay y lo están sacando los paraísos fiscales. Existen leyes que favorecen muchísimo a las grandes empresas, en virtud de las cuales pagan muy pocos impuestos. Los inspectores de Hacienda, o sea, lo dicen  funcionarios del Estado, no el Partido Comunista ni Izquierda Unida, estiman en 90 mil millones de euros el fraude fiscal, y ello es provocado, no por quienes no tributan por un arreglito que hacen en la casa, sino por las grandes empresas que mueven millones y pagan por debajo evadiendo así el impuesto”.

En marcha forzada hacia la privatización

Al adentrarse en el tema de la vivienda, David expone que solo en la ciudad de Valencia hay 70 mil de ellas vacías, y señala la existencia de la llamada Plataforma de afectados por la hipoteca, la cual realiza  movimientos muy fuertes porque a la gente las sacan de sus casas por no poder pagar la hipoteca, y tras desalojarlas aún han de continuar pagando la mitad de ella, a partir de una nueva tasación efectuada por los bancos en base a los actuales precios.

Un  25 % de paro no es futuro para una sociedad. Y en todo eso, lo triste es que se hablaba de una sociedad de bienestar,  democrática, la seudoparlamentaria, lo cual es una farsa también porque si no tienes plata no haces nada. Los estándares de calidad y cobertura social, sagrados para una sociedad, están desapareciendo a marchas forzadas. Y el siguiente paso que están dando es pasarlo a manos privadas, y hacer negocios con la salud y la educación, con sus inevitables consecuencias para la población”.

El sindicalista  expone lo ocurrido con el hospital Marina Salud, de Marina Alta, donde reside y trabaja, el cual fue privatizado y hoy la población lo llama  “Marina Salud mata”, pues los índices de muerte son mucho más altos.

“En educación ocurre lo mismo: han conseguido destrozar la escuela pública, volver atrás en igualdad y pérdida de derechos civiles, pero además, quieren legalizar la segregación de los niños por sexo y, sobre todo, que quien tenga dinero pague una escuela con mayores recursos.  Y se está generando, incluso por ley, que un sector de la población, con un nivel de conocimientos básico, trabajadores no cualificados, se dedique a cobrar cuatro duros y un sector profesional, dirigentes, tengan el dinero para pagarse la universidad.Si no conseguimos atajar o revertir eso, en unos años estaremos en una situación muy complicada socialmente. En esa lucha estamos”.

 Adentrándose en lo referente al mercado de trabajo, señala que están expulsando incluso a docentes, asunto en el cual se detiene para precisar situaciones acuciantes:

“En la escuela pública tenemos el caso de quienes aprueban una posición pública y consolidan su plaza; son funcionarios de la administración, pero no cubren todas las plazas con ellos y lo hacen con un personal al que llaman interino, o sea, contratado en base a una lista, por un año, sin garantías para el siguiente.

“De cada 10 maestros que se jubilan, solo están reponiendo uno en la enseñanza pública, en tanto la concertada y la privada siguen creciendo. Y continúan recortando; por ejemplo, aumentan el número de alumnos por profesor, lo cual hace añicos algo que habíamos conseguido: reducir la cantidad de alumnos a un nivel que permitía la  atención individualizada y adecuada de aquellos con necesidades educativas especiales.

“Además, no solo rebajan los salarios, sino también le aumentan las horas de trabajo lectivo al profesor, y eso supone dejar sin trabajo a otros compañeros”.

Reconoce que el contexto de lucha es complicado, y dice que en el otoño habrá una huelga general de educación, y que con seguridad  las  huelgas generales se repetirán en condiciones cada vez más difíciles,  porque la represión será más fuerte para tratar de impedirlas, e incluso en la actualidad hay personas encarceladas por participar en movimientos huelguísticos.

Alude a la existencia de unas plataformas en defensa de la enseñanza pública, unitarias, conformadas por sindicatos de trabajadores y de estudiantes, partidos, asociaciones de padres y madres y movimientos diversos, que están anunciando una movilización general en la educación, en la segunda quincena de octubre, en protesta por  la nueva ley que entrará en vigor al iniciarse el próximo curso, la cual conlleva un recorte en democracia en los centros, y un enfoque hacia la competitividad  hacia la educación privada en lugar de la pública.

Acerca del autor

Graduada de Licenciatura en Periodismo, en 1972.
Trabajó en el Centro de Estudios de Historia Militar de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), en el desaparecido periódico Bastión, y como editora en la Casa Editorial Verde Olivo, ambos también de las FAR. Actualmente se desempeña como reportera en el periódico Trabajadores.
Ha publicado varios libros en calidad de autora y otros como coautora.
Especializada en temas de la historia de Cuba y del movimiento sindical cubano.

Compartir...

Escribir comentario

© 2018 Trabajadores. Órgano de la Central de Trabajadores de Cuba
Director: Alberto Núñez Betancourt
Subdirectores Editoriales: Alina Martínez Triay y Joel García León
Territorial y General Suárez. Plaza de la Revolución. La Habana, Cuba. CP: 10698
Fax: 053 (7) 555927 E-mail: digital@trabajadores.cu