Vivir limpios

Vivir limpios

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Lavarse bien las manos es la medida higiénica más importante ante la compleja situación epidemiológica. Foto: David Hernández
Lavarse bien las manos es la medida higiénica más importante ante la compleja situación
epidemiológica. Foto: David Hernández

La proliferación de la crianza de cerdos en las ciudades, específicamente en la capital, en detrimento de la higiene y por las condiciones que crean sus desechos para la propagación de insectos y roedores, constituye una preocupación no solo para el lector Manuel Reyes Arritola, quien nos escribió desde Santos Suárez, sino también para muchos otros que se comunican por teléfono o personalmente con esta reportera.

En dos mensajes dirigidos a nuestra página Buzón abierto, Manuel cuenta de sus infructuosas gestiones con las autoridades de Salud de su barrio (vive en la calle Tamarindo, entre Indalecio y Rabí) para denunciar la presencia de los referidos animales, y la de ratas y ratones que pululan en los patios, así como la inexistencia de productos para combatir estos vectores.

Ello denota la indolencia no solo de las autoridades de Salud, sino de todas aquellas que intervienen en la vida de la comunidad, las cuales no ejercen su poder para la erradicación de esos agentes transmisores de enfermedades.

Que les estamos dando tregua a los vectores es evidente con solo mirar a nuestro alrededor. Escribo y me detengo para observar desde mi apartamento, ubicado en un cuarto piso de un edificio en Altahabana, Boyeros (el hedor de los cerdos es común ya en mi olfato).

Por detrás, veo el fondo de un tanque de fibrocemento puesto boca abajo que acumula agua de lluvia con florecitas caídas de los árboles, una bañera de niños está a la mitad y entre los restos de plantas cortadas, que tiraron después de la cerca, hay platos y pomos plásticos de boca ancha virados hacia arriba, latas, nailon y quién sabe qué más.

Desde el balcón, hacia la derecha, observo el criadero de patos y gallinas en un patio, el mismo donde casi siempre hay cerdos; hacia la izquierda, el vertedero formado por tres paredes, está repleto y un líquido emana de la putrefacción de alimentos y desechos. Imagino que en el camino hacia la parada de ómnibus hay otro que estará igual, pues el carro de recogida lleva varios días sin pasar.

La imagen que teníamos antaño los campesinos de que “La Habana es más grande y se barre todos los días” cede ante la carencia de medios para recoger la basura, la proliferación de la crianza de animales domésticos, el vertimiento de aguas albañales a las calles, los salideros, la irresponsabilidad de los organismos encargados del control del Aedes aegypti, los roedores y la salud comunal, y la desidia de la población.

En las ciudades está prohibida la crianza de cerdos, y donde es posible se precisan rigurosas licencias sanitarias. Foto: José R. Rodríguez Robleda
En las ciudades está prohibida la crianza de cerdos, y donde es posible se precisan
rigurosas licencias sanitarias. Foto: José R. Rodríguez Robleda

La situación higiénico-sanitaria de la capital y quizás de otras ciudades y poblados, se complejiza con factores naturales que inciden en esta época del año como son las altas temperaturas y las lluvias abundantes. A estas condiciones tenemos que adaptarnos los humanos y buscar nuestros propios métodos para la limpieza.

El ébola amenaza, el mosquito nos está enfermando

La compleja situación epidemiológica internacional y la de Cuba fueron analizadas recientemente por directivos del Ministerio de Salud Pública con la prensa especializada. El cambio climático, la globalización y las débiles infraestructuras de Salud en algunos países, sobre todo en África, imponen nuevos riesgos para los humanos.

La enfermedad del virus del ébola (EVE) es una amenaza mundial; hoy solo está afectando a cuatro países (Guinea Conakry, Sierra Leona, Liberia y Nigeria) pero podría trascender a otros de la región o de cualquier lugar, dado el vertiginoso tránsito de personas de unas zonas a otras, alguna de las cuales podría estar infestada o transportar al agente transmisor.

Ningún cubano padece este mal, los colaboradores que trabajan en los mencionados países no tienen contacto con enfermos, y lo más importante en este momento, según las fuentes mencionadas, es que cada persona esté bien informada sobre el tema, y si alguien va a viajar a esas áreas geográficas debe asumir prácticas de prevención y protección adecuadas.

Sin embargo, otras enfermedades sí están presentes en nuestro país. El doctor Manuel Santín Peña, director de Epidemiología del MINSAP, concordó en que de cuando en cuando hay brotes de cólera y dengue; corremos el peligro inminente de que aparezcan los de chikungunya, y aunque existen las condiciones en las instituciones de salud para su vigilancia y tratamiento, es preciso que la población acuda a ellas cuando tiene cualquiera de los síntomas que las caracterizan: diarreas, vómitos, fiebre alta, dolor de cabeza y articulares, salpullido, entre otros.

Precisó que muchas de estas manifestaciones son comunes para varias de las enfermedades que circulan en Cuba y en el mundo, por lo que es trascendental el diagnóstico certero y a tiempo para lograr la evolución satisfactoria de los pacientes.

Dijo que si antes en el mundo se vigilaban tres enfermedades: el cólera, la peste y la fiebre amarilla, el abanico se ha abierto al punto de que, en el 2005, la Organización Mundial de la Salud modificó el reglamento sanitario. Ahora son un serio problema la tuberculosis resistente, que cuando se une al sida provocan un desastre sanitario; el virus del ébola, la malaria, el cólera, la chikungunya , entre otras.

Santín Peña indicó: “Hay que tener mucho cuidado con el agua de beber y los alimentos, porque todavía hay personas que asumen conductas irresponsables cuando en la calle consumen productos de procedencia dudosa; con ello se exponen a adquirir una enfermedad de infección digestiva, incluida el cólera. Debemos rescatar las mejores prácticas de la cultura sanitaria.

Estamos en la obligación de eliminar todo posible criadero de mosquitos. Una medida es eliminar los vertederos. Foto: René Pérez Massola
Estamos en la obligación de eliminar todo posible criadero de mosquitos. Una medida es eliminar los vertederos. Foto: René Pérez Massola

“La lucha contra los mosquitos Aedes aegypti y Aedes albopictus es una prioridad nacional, no es solo del MINSAP, sino para el resto de las organizaciones de la administración central del Estado, y hay un llamamiento de los gobiernos locales a que se intensifiquen las acciones para reducir su presencia, que es la causa de aparición de casos de dengue y el riesgo de que se introduzcan brotes de chikungunya, porque la población cubana es susceptible.

“Sucede también con casos de enfermedades gastrointestinales: unas veces no son cólera, otras sí, cualquier diarrea que se produzca en un escenario donde haya una complicación sanitaria la consideramos sospechosa de la enfermedad; después confirmamos, no se puede demorar el accionar ante estos casos”.

En La Habana, se movilizan recursos adicionales para la recolección de desechos, la solución de salideros y el vertimiento de aguas de fosas, aunque no todo está estabilizado, admitió.

“En los hospitales están tomando medidas, hay condiciones para la vigilancia y aislamiento de personas sospechosas de dengue; se confirma un número de casos y se actúa a nivel local para que el menor número de habitantes tengan complicación, pues circulan actualmente todos los serotipos de dengue, por lo que la situación es más peligrosa”.

El llamado es a recrudecer la lucha para eliminar los criaderos de mosquitos; la población tiene que exigir que se cumplan los ciclos de fumigación y la revisión exhaustiva de los locales, tanto de las viviendas como los centros laborales; no basta la acción de la brigada del autocontrol focal en cada colectivo: se impone el accionar de los trabajadores, líderes sindicales, administrativos y políticos. “El 60 % de los criaderos está en agua limpia, por lo tanto hay que protegerla; ahí es donde estamos fallando”, aseguró el doctor Santín.

Sobre la convivencia con el caracol gigante africano recién descubierto en Cuba, el doctor Jorge Pérez Ávila, director del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí, informó que lo más importante es mantener las medidas de higiene: no se puede comer, hay que evitar el contacto con él y lavarse las manos si se toca al molusco. El mundo de hoy nos impone vivir limpios.

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