Raúl Santos Serpa: La sinfonía de los colores

Raúl Santos Serpa: La sinfonía de los colores

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172 El Artista en su Taller 2005 copia“Un cuadro debe estar

compuesto como una sinfonía,

y debe percibirse como una

sinfonía de los sentidos

y de los colores”

Wassily Kandinski*

Desde hace muchos años debía estas palabras al maestro Raúl César Santos Serpa, Cifuentes, Villa Clara, 1939) una de las más connotadas figuras dentro del variopinto panorama de la plástica insular, cuya obra ha trascendido con la autenticidad y honestidad de un creador fiel a su ideario estético. Su arte es como una sinfonía de emociones y colores. De ahí que para disfrutarlo hay que saber ejercitar los sentidos y también la conciencia individual.

Al introducirnos en los cuadros de este artífice graduado como profesor de dibujo y escultura en la escuela de artes plásticas Leopoldo Romañach, es necesario interiorizar el bien pensado carácter lúdicro en el que se funda su quehacer pictórico, es decir, el “juego de pintar”, y no solo porque él disfruta enormemente haciéndolo, “sino porque, además, siempre la obra en ejecución tiene su propia vida y me guarda preguntas y órdenes que debo responder y obedecer, comunicando —ya terminada— al espectador y a mí, cosas que no se pensaron al engendrarla”, ha dicho.

Miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y de la Asociación Internacional de Artistas Plásticos de la Unesco, su producción iconográfica no ha sido, hasta ahora, suficientemente reconocida y estudiada, tal vez debido a ese alejamiento suyo de los ismos, las corrientes estéticas y las tendencias favorecidas por el mercado y la postmodernidad de entre milenios, para concentrarse en su onírico mundo de formas y colores, en el que de sus emociones y remembranzas irradian buena parte de los temas de sus trabajos, portadores de una suerte de energía astral, de ritmos y movimientos que delimitan un estilo único, emblema de la relación entre el arte y la existencia humana.

Bien es sabido que toda composición musical es abstracta, debido a que carece de elementos perceptibles que la identifiquen o relacionen con objetos, personas o pensamientos reales. El encanto y armonía de las piezas de este artista, como en aquellas, las percibimos prescindiendo de la realidad que conocemos, es decir, como si las notas musicales fuesen los colores, sabiamente utilizados —sobre todo en sus abstracciones—, de los que emanan vibraciones que despiertan el intelecto del espectador. En tal sentido, en muchas de sus creaciones se observa cierto impresionismo con marcada tendencia fauvista**, reconocible por el provocativo empleo de los pigmentos.

UN MUNDO DE LUZ copia
Un mundo de luz para el poeta, 2010. Acrílico sobre tela. 100 x130 cm.

Con más de 40 exposiciones personales en importantes galerías de todos los continentes, acreedor de la Distinción por la Cultura Nacional (1988), del Premio Nacional de Cultura Comunitaria (2000) y de la Réplica del Machete del Generalísimo Máximo Gómez (2006), Santos Serpa se vale de un idioma plástico que se caracteriza, en general, por una pasión desbordante. Su obra refleja emociones que van desde la tristeza y la nostalgia, hasta la alegría de saberse cubano, martiano por excelencia, admirador de los niños y amoroso hijo de su ciudad natal, en la que su poética iconográfica igualmente se ha recreado en varias ocasiones, entre las que se recuerda su muestra titulada Los colores de mi pueblo (Galería de arte de Cifuentes, 2006).

Confiado en la trascendencia de su lírica, él no necesita especular en torno a la pintura o a la técnica que habrá de emplear para plasmar luminosas emociones cromáticas. Su estética emana mediante la utilización libre del color, desde lo más profundo de su conciencia, ajena a prejuicios o perjuicios. Tanto en sus abstracciones “festivas”, como en sus cadenciosas geometrías abstractas y en sus no menos subjetivos discursos figurativos, o a través de la fusión de todos esos estilos, su pintura ha trazado pautas, durante décadas, mediante renovados discursos, en los que desde las líneas, las manchas y los pigmentos también se exaltan la naturaleza y el hombre, el amor y la vida. De ahí la visión recurrentemente sentimental de su arte, en el que la belleza conlleva el gusto por formas muy íntimas y subjetivas de expresión.

“El arte es para mí aquel que logra comunicar al espectador un mensaje, un sentimiento…”, ha dicho este creador para el que, como Kandinski, “el color es un medio para ejercer una influencia directa sobre el alma”.

Recuerdame mañana copia
Recuérdame mañana, 2000. Tinta y acuarela sobre cartulina. 48 x 60 cm. Coleccion Isabel González, USA.

(*) Wassily Vasílievich Kandinski (Moscú, 1866 – Neuilly-sur-Seine, 1944), pintor ruso precursor de la abstracción en pintura y teórico del arte. Con él comienza la abstracción lírica.

(**) El fovismo, también conocido como fauvismo, en francés fauvisme, es un movimiento pictórico francés (1904-1908) caracterizado por el uso provocativo del color. Refleja estados de espíritu ligados a las circunstancias del momento (sentimental). Se apega a la libertad total de la naturaleza. Es más expresivo que realista.

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Un comentario en Raúl Santos Serpa: La sinfonía de los colores

  1. Siempre fuiste mi preferido profesor al igual que Juan Vasquez Martin .Siempre los recuerdo cuando estoy pintando por aca En Miami.
    Saludos Franklin.

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