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Una significativa cantidad de músicos cubanos cultivadores de géneros como el son, la trova, el sucu sucu y la música campesina, y otros que por su naturaleza resultan exponentes únicos de la identidad de cada localidad o de la nación, son subvencionados por el Estado con el fin de preservar nuestra memoria cultural.
Aunque ese procedimiento —inédito en Cuba antes del triunfo revolucionario— se inició en la década de los años 60 del pasado siglo, fue asumido con mayor rigor casi 20 años después, en los 80, al crearse figuras jurídicas que propiciaron el reconocimiento y la defensa de autores, intérpretes, obras y procesos culturales. En esa gestión, el Instituto Cubano de la Música desarrolla loables esfuerzos por proteger a esos valiosos exponentes de nuestro pentagrama fundacional de “agresiones” como el intrusismo profesional, y de la indiferencia de determinadas zonas del turismo que prefieren “organizar” o amparar proyectos de tríos, septetos y otros formatos “tradicionales” que llevan a sus instalaciones con pobres, y a veces equívocos, fundamentos artísticos y culturales.
En Sancti Spíritus, cuna de trovadores, parrandas, tonadas y tríos, existen alrededor de 470 músicos, distribuidos en 156 unidades artísticas, de las cuales 22 están consideradas como patrimonio y son subvencionadas. Entre ellas se destacan la Banda Provincial de Conciertos, los tríos D’Gómez y Miraflores, los coros Vocal Imago y de Claves, las parrandas Espirituana y de Perico Téllez, las orquestas de Cuerdas y de Flautas, y los septetos El Juvenil y El Espirituano.
“Cada una de estas agrupaciones posee espacios fijos como las peñas, con públicos habituales. Además cumplen una programación mensual que incluye presentaciones en diferentes comunidades, tanto urbanas como del Plan Turquino, así como en instituciones culturales, escuelas y centros penitenciarios, amén de otras en parques, plazas…”, dijo Abelardo Olmo Jas, director de la Empresa provincial comercializadora de la música y los espectáculos Ángel Rafael Gómez Mayea (Teofilito*), en Sancti Spíritus.
En ese territorio igualmente se organizan distintos encuentros de tríos, coros y trovadores que permiten los intercambios de experiencias con grupos afines de otras regiones del país.
La trova —junto con la música campesina— ha sido uno de los géneros más promovidos en la tierra del Yayabo, sobre todo en las últimas décadas, al reivindicarse y resaltarse una de las herencias más trascendentales de la cultura espirituana, cuyo éxito alcanzó esplendor hacia finales del siglo XIX y en la primera mitad de la anterior centuria con piezas de reconocido prestigio internacional, como Pensamiento, de Rafael Gómez Mayea (Teofilito) —considerada el Himno de Amor de la trova espirituana— y Mujer Perjura, de Miguel Companioni.
Puede asegurarse que la trova espirituana se mantiene viva, fortalecida con la presencia de prestigiosas figuras como Pedrito González, quienes la cultivan y promueven, sobre todo en la sede de la Casa de la Trova, donde confluyen los más heterogéneos públicos para disfrutar de emblemáticos temas que hicieron historia, pertenecientes a las autorías de otros precursores como Manolo Gallo, Sigifredo Mora, Arturo Alonso, Catalina Berroa, Rafael Saroza y Rafael Rodríguez.
“Aunque la carencia de fuentes de empleos es lo que más afecta a los músicos profesionales pertenecientes a nuestra empresa, esa situación no existe entre los subvencionados, los que sí tienen garantizadas sus actuaciones ordinarias”, dijo Olmo Jas.
En tal sentido destacó que “la diferencia entre unos y otros, es que los primeros poseen un carácter comercial, es decir, hay que venderlos; mientras que los que están bajo el amparo del Estado, además de sus desempeños rutinarios, deben cumplir otras acciones, como los ensayos, casi diarios, y la superación de cada músico, que periódicamente es sometido a enjundiosas valoraciones de los consejos técnicos asesores”.
Con respecto a la incorporación de las nuevas generaciones a estas agrupaciones, el directivo aseveró que aunque en general predominan los jóvenes, muchos de ellos incorporados a la Banda Provincial de Conciertos y a los coros, en los tríos hay músicos más maduros, con más años de experiencia. “Lo que sí puedo asegurarte es que, en todos los casos, en Sancti Spíritus, el relevo está garantizado”.
* Ángel Rafael Gómez Mayea, Teofilito (Sancti Spíritus, 1889-1971). Compositor, trovador e intérprete. Fue flautista y clarinetista de la Banda Municipal de Música de Sancti Spíritus; además ejecutaba el timbal, el acordeón, el contrabajo y la bandurria. Fundador de la primera charanga francesa de Sancti Spíritus y creador de la canción Pensamiento, reconocida en el mundo entero, la cual grabó en 1918 con Rita Montaner y Eusebio Delfín para la RCA Víctor. Incursionó en casi todas las variantes del cancionero popular: canción, bolero, vals, danzón, danzonete, paso doble, pieza de cuadro, conga, y música para el teatro.
