El mañana  ineludible: la paz

El mañana ineludible: la paz

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El movimiento mundial a favor de la paz surgió después del ataque atómico contra Hiroshima y Nagasaki, perpetrado por Estados Unidos. Intelectuales del mundo se percataron entonces de la necesidad de luchar contra las doctrinas belicistas imperantes y el riesgo de la amenaza nuclear. Así se acordó celebrar una jornada de concertación mundial en defensa de la paz y nacieron los comités nacionales en numerosos países, entre ellos Cuba.

Se fijó agosto de 1948 para celebrar en Polonia el Congreso Mundial de Intelectuales en Defensa de la Paz, que tendría su continuidad al año siguiente en Francia, bajo la denominación de Congreso Mundial de Partidarios de la Paz, presidido por el Premio Nobel de Química, Frédéric Joliot-Curie. De manera simultánea sesionó en la antigua Checoslovaquia, debido a la negativa de visado del Gobierno galo a algunos delegados.

En aquel último encuentro, entre otros temas, se examinó el papel de la Organización de Naciones Unidas en la defensa de la paz, se denunció la propaganda de guerra y se adoptó una resolución encaminada a la lucha por la prohibición de las armas nucleares.

Polonia sirvió de escenario en 1950 a otro congreso, dirigido también por Joliot- Curie, quien se convirtió en el primer presidente del Consejo Mundial por la Paz.

Al encuentro de París asistió una delegación cubana encabezada por Juan Marinello Vidaurreta —quien formó parte de la presidencia del cónclave—, y que estuvo integrada, además, por Nicolás Guillén, Mirta Aguirre, Blas Roca Calderío, Raúl Valdés Vivó, María Josefa Vidaurreta, Alfredo Guevara, Abelardo Adan García, Domingo Villamil, Javier Lezcano Izquierdo y Gilberto del Pino Urra.

A su regreso, el 8 de agosto de 1949, en el anfiteatro del hospital Calixto García, fue elegido el ejecutivo del Comité Permanente por la Defensa de la Paz y la Democracia, con la asistencia de 250 delegados y bajo la presidencia del prestigioso intelectual cubano don Fernando Ortiz.

En 1959, después del triunfo de la Revolución, la institución adoptó el nombre de Movimiento Cubano por la Paz y la Soberanía de los Pueblos (Movpaz). Desde el 2004 hasta el 2008, Cuba estuvo al frente del Consejo Mundial por la Paz, en la persona de Orlando Fundora. Actualmente, nuestro país es coordinador para la región América-Caribe.

Abelardo Adan. Foto: César A. Rodríguez
Abelardo Adan. Foto: César A. Rodríguez

Abelardo Adan García, uno de los participantes en el importante encuentro de 1949, tiene ahora 94 años, y asegura que “la paz es una necesidad, sin ella no hay desarrollo posible. En el mundo de hoy las amenazas han crecido; el imperialismo no sale de una guerra para entrar en otra y los peligros de una conflagración están vigentes. De ahí la importancia de fortalecer el movimiento internacional por la paz”.

Dagoberto Cantera. Foto: César A. Rodríguez
Dagoberto Cantera. Foto: César A. Rodríguez

Dagoberto Cantera, igualmente fundador del Movpaz, tenía entonces 20 años y representó al Colegio Nacional de Técnicos Industriales. “La lucha por la paz no es fácil, pero es una obligación de todo ser humano; la situación en Afganistán, Ucrania, Palestina muestran las atrocidades de la guerra; la amenaza nuclear está latente, y el agresor israelí posee el arma atómica”.

Helenio Ferrer. Foto: César A. Rodríguez
Helenio Ferrer. Foto: César A. Rodríguez

Helenio Ferrer era estudiante. Ahora con 84 años asegura: “Sigo batallando contra la guerra y la violencia como médico y ser humano. La paz es algo esencial, es un derecho sin el cual no puede haber ningún disfrute, para que exista salud esta tiene que estar asegurada. Hace 65 años, don Fernando Ortiz dijo que había una epidemia de guerra, esa pandemia existe todavía”.

José Alshuler. Foto: César A. Rodríguez
José Alshuler. Foto: César A. Rodríguez

José Alshuler cursaba en 1949 el segundo año de Ingeniería Eléctrica y evoca aquel momento trascendental: “La lucha por la paz es importante ante el resurgir del neofascismo. Si rememoramos aquellos tiempos vemos la importancia actual de reforzar la lucha, porque vivimos una época de extrema violencia. Está sucediendo algo parecido a lo ocurrido en Alemania y en Italia con el fascismo, que costó tantos millones de vidas. Tenemos que aprender de la historia, tratar de no olvidar, porque su repetición sería muy grave. El futuro tiene que ser ineludiblemente un mañana de paz”.

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