Palestina: la guerra de Netanyahu

Palestina: la guerra de Netanyahu

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Foto: Univisión
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Cualquiera de los argumentos esgrimidos por el Estado de Israel, para justificar la invasión terrestre, los criminales ataques del ejército y los indiscriminados bombardeos de la aviación y la armada contra la población civil en la Franja de Gaza, no logran enmascarar los objetivos que los promueven desde su constitución en 1948: la anexión de toda Palestina, la colonización de su territorio, la limpieza étnica de sus habitantes y la división de sus organizaciones políticas.

Durante más de 66 años los dirigentes hebreos, a partir de David Ben- Gurión, quien fuera su primer jefe de Gobierno, hasta Benjamín Netanyahu, su actual primer ministro, han aplicado métodos terroristas, guerras de agresión, una brutal represión y la ilegal colonización de los territorios palestinos ocupados, para consolidar las ambiciones de la Organización Sionista Mundial, fundada en 1897 en Basilea por su ideólogo Theodor Herzl.

El sionismo no ha reconocido nunca los derechos de  pueblo palestino a su Estado independiente, y es más niega, como lo proclamaba la exprimera ministra Golda Meir, y otros líderes israelíes, su existencia como nacionalidad.

Estos presupuestos han guiado siempre toda la inhumana política de Tel Aviv hacía esa población árabe e impedido lograr una solución pacífica y justa a un sangriento conflicto, que ha causado la muertes de cientos de miles de palestinos, en gran parte mujeres y niños, incalculable número de heridos, miles de presos políticos, millones de refugiados, una enorme destrucción material y la devastación de la infraestructura económica y social de los territorios ilegalmente ocupados desde 1967.

En la memoria de la comunidad internacional prevalece latiente que en la última invasión terrestre contra la Franja de Gaza, en el 2008-2009, denominada Plomo Fundido, el ejército israelí asesino más de mil 400 palestinos, la mayoría de ellos civiles desarmados, incluyendo mujeres y niños, y causado heridas a más de 4 mil 500.

Gaza padece hoy, además de indiscriminados bombardeos y la invasión de las tropas israelíes, que han causado ya 530 muertos, de ellos 125 niños y numerosas mujeres, 3 mil 500 heridos y más de 100 mil refugiados, una severa situación económica, que la mantiene en una implacable crisis humanitaria, a causa del férreo bloqueo por aire, mar y tierra al que el Estado de Israel mantiene sostenida al millón 800 mil de sus habitantes.

Miembro de la Organización de Naciones Unidas, el Estado de Israel  ignora, irrespeta y hace escarnio de las múltiples resoluciones de su Consejo de Seguridad y su Asamblea General, demandando la retirada incondicional de los territorios palestinos y el cese de su ilegal colonización, esto último requisito de la Autoridad Nacional Palestina, para el reinicio de las conversaciones de paz entre ambas partes, hechas fracasar durante más de 20 años  por los dirigentes sionistas.

La actual agresión militar punitiva en la Franja de Gaza no es casual, ni se corresponde con las alegaciones del Gobierno ultraderechista de Netanyahu, ampliamente difundidas por los medios de prensa occidentales, de ser acciones defensivas en respuesta a los cohetes lanzados por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas)  desde ese territorio contra Israel.

Pero el verdadero sustrato de la belicista Operación Margen Seguro, está en su determinación de destruir el reciente Gobierno de unidad nacional formado entre las organizaciones palestinas Al Fatah y Hamas, acogido por gran júbilo y esperanzas populares y que cuenta con un amplio reconocimiento internacional.

Su diabólico preámbulo estuvo directamente vinculado a la improbada acusación del premier ministro sionista a Hamas de ser el responsable del secuestro y la muerte de tres jóvenes israelíes de un ilegal asentamiento de colonos judíos en Cisjordania, infundio que dio paso a una ola de terror y al arresto de más de 600 palestinos, entre ellos dirigentes y activistas de esa y otras organizaciones.

Esta es la guerra de Netanyahu, y sin importarle el número de víctimas, la condena, o el clamor internacional de poner fin a los desproporcionados ataques a la sufrida Franja de Gaza, insiste públicamente en que continuará la masacre de su población, hasta lograr sus objetivos.

Ni las tibias gestiones conciliadoras del secretario de Estado norteamericano, John Kerry, las hipócritas declaraciones de Obama, o los llamados del secretario general de la ONU y de la comunidad mundial a un cese al fuego, han podido doblegar la agresiva tozudez del ultrarreacionario dirigente sionista, para quien los palestinos, al igual que calificaba Hitler a los judíos, son “bestias o seres subhumanos”. Y en esta campaña asesina, lo acompañan, como es lógico, los grandes medios de prensa occidentales, al servicio del los intereses imperialistas y sionistas, tan ajenos a los derechos humanos y a la paz mundial.

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