Castañeda, siempre cercano

Castañeda, siempre cercano

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Imagen del entierro de Antonio Castañeda, en la Necrópolis de Colón, en la tarde de ayer 21 de julio de 2014.
Imagen del entierro de Antonio Castañeda, en la Necrópolis de Colón, en la tarde de ayer 21 de julio de 2014. Foto: Tony Hernández Mena

Los seguidores de la religión Yoruba, creyentes y no creyentes están tristes. Ha muerto Antonio Castañeda Márquez, presidente de la Asociación Cultural Yoruba de Cuba, diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular por el municipio de La Habana Vieja, luchador por justísimas causas como el regreso de los Cinco Héroes antiterroristas y el fin del bloqueo yanqui contra Cuba.

Una complicación renal, combinada con su enfermedad de base –insuficiencia respiratoria—puso términos a sus días ya cercanos a los 70 años.

Una vez más cuesta trabajo creer en la muerte cuando se trata de personas como Castañeda, siempre amigo, trabajador, estudioso. En la tarde de este lunes 21 de julio, tras ceremoniales religiosos que tuvieron lugar en la funeraria capitalina Marcos Abreu y sus alrededores, fue sepultado en la Necrópolis de Colón, quien durante 22 años encabezó a los yorubas cubanos y laboró incansablemente en múltiples ámbitos de nuestra sociedad.

Junto a su esposa, hijos, nietos y otros seres allegados, asistieron al sepelio los miembros del Buró Político Esteban Lazo Hernández, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular de la República de Cuba y Lázara Mercedes López Acea, vicepresidenta del Consejo de Estado; Ana María Mari Machado, vicepresidenta del Parlamento, Caridad Diego, jefa de la Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos del Comité Central, y Yolanda Ferrer, presidenta de la Comisión de Relaciones Internacionales del órgano legislativo, grupo parlamentario al que perteneció Castañeda.

Compartimos con ustedes la entrevista realizada a Castañeda y que precisamente publicó nuestro periódico, a comienzos de este año.

La libertad de credo llegó con la Revolución

Apasionado, decidido, inteligente, perseverante, justo… son algunos de los atributos que acompañan a Antonio Castañeda Márquez, presidente de la Asociación  Cultural Yoruba de Cuba y diputado por el municipio de La Habana Vieja a la Asamblea Nacional del  Poder Popular.

Entablar un diálogo con este hombre es un acto de pura cubanía, y más si este tiene lugar a pocos metros del Capitolio Nacional y justo en el templo de los orishas negros, sitio probablemente único en el mundo donde se pueden apreciar las verdaderas efigies del culto yoruba, religión que a juicio de Castañeda clasifica como la primera surgida a la par de la existencia humana.

La religión yoruba nació con la humanidad misma —sostiene—; respaldo el basamento científico de que donde surgieron los primeros seres  humanos fue en África en los paralelos de Ile Ife,  Nigeria, la ciudad sagrada de los yorubas. Nuestra sede cuenta con un Museo Interactivo que  atesora las imágenes de 30 orishas en tamaño  natural; hasta aquí llegan creyentes a hacer sus  plegarias y no creyentes a valorar obras de arte  en esculturas y óleos murales.

La fórmula de perseverar

Niñez enfermiza la de Antonio Castañeda. Los reiterados sangramientos de los pulmones y las neumonías mantuvieron en jaque a la familia que, a partir del pronóstico médico, vio en peligro la vida  del pequeño.

Pero Castañeda burló los vaticinios. Hoy cercano a los 70 años de edad, aún padece de inmunodeficiencia, mas ello no le ha impedido desarrollar cada uno de sus días con una intensidad impresionante, hasta el punto de dedicarse durante decenios nada menos que a la ejecución de instrumentos de viento (saxofón, clarinete y flauta) en centros nocturnos, sobre todo en el cabaré Tropicana.

Su fórmula no ha sido otra que trabajar y trabajar. Desde joven simultaneó la vocación por la música  con labores de técnico en refrigeración, ocupaciones  en funerarias y estudios universitarios de Economía,  por el aquello de complacer a los padres.

Siento la libertad de credo como una realidad en Cuba solo desde el triunfo de la Revolución, manifiesta. Ello representa una muestra del respeto  de los derechos humanos, pues recuerdo que antes de 1959 las prácticas religiosas cubanas de origen africano se consideraban un atraso, oscurantismo, y hasta eran penadas.

El fenómeno del sincretismo religioso en nuestro país, apunta el entrevistado, hay que entenderlo  a partir de la llegada de los esclavos africanos. Si bien los colonizadores quisieron imponer su religión, los explotados nunca renunciaron a sus creencias y camuflaron sus efigies tras los santos católicos.

Nuestra institución suma hoy día más de 30 mil afiliados en toda Cuba, 7 mil de otras naciones, y son 72 las agrupaciones en el exterior. Para integrarse a la Asociación no es necesario ser creyente.  Y añade: Somos un pueblo mestizo; de ahí que entre los afiliados  esté presente lo multirracial. Disponer de este sitio espacioso en la calle Prado No. 615 entre Monte y Dragones es una realización que celebramos los amantes de la cultura yoruba. El sueño largamente acariciado se hizo certeza el 11 de abril del año 2000 con la presencia del excelentísimo señor Olosegun Obasanjo, presidente de  Nigeria por aquella fecha.

Mensaje de hermandad

Tras la muerte en el año 1991 del señor Manolo Ibáñez, hasta entonces al frente de la Asociación que contaba con una membresía de 182 afiliados, es elegido presidente el babalawo Antonio Castañeda Márquez, quien en 1992 logra organizar el Primer Encuentro Internacional Yoruba, que sesionó en las salas del Palacio de Convenciones de La Habana.

En ese contexto adoptamos nuestro lema: “Hermanar a los hombres, acto supremo de cultura”, señala Castañeda y agrega: Ese concepto y los  criterios de la religión yoruba son afines a la Revolución. Los creyentes yorubas somos parte del pueblo, beneficiarios de las conquistas que por estos  días cumplen 55 años.

Para Castañeda un verdadero religioso tiene que luchar siempre por causas justas. De ahí que abrace en todo momento, en Cuba y cuando visita otra nación, el reclamo de libertad y regreso a la patria de los héroes antiterroristas encarcelados en los Estados Unidos.

Tal petición responde a una razón familiar, de hermandad que defendemos los religiosos individualmente y como plataforma pastoral cubana,  explica; el carácter político lo ha puesto desde el  primer instante el Gobierno estadounidense, que  entiende el encierro de esos muchachos como un  castigo a la Revolución.

Momentos inolvidables

Los encuentros con Fidel han sido muy gratificantes, afirma, porque uno comprueba que está dialogando con un hombre de gran corazón, de una  sabiduría excelsa. Recuerdo cómo el Comandante  en Jefe escuchó nuestras preocupaciones, y en consecuencia se ocupó, cuando dábamos los primeros  pasos por tener esta sede que hoy disfrutamos.

Su visión humana y política ha contribuido a que hoy día exista en Cuba una mejor comprensión hacia los creyentes religiosos, manifiesta.  Él ratificó en una ocasión que la yoruba y otras  similares son religiones cubanas de origen africano, y ponía el acento en cubanas por considerarlas propias.

Otro momento imborrable en la vida de Castañeda es la elección, en el año 2008, como diputado  al Parlamento cubano, experiencia que se extiende  a nuestros días al ser reelegido en el 2013 para una  segunda legislatura.

La función de diputado es de mucha responsabilidad en tanto es representante de la población del  territorio donde resulta electo, opina. Yo asumo ese compromiso todos los días; con la complejidad que tiene la vida cotidiana recibo y escucho a los electores. La puerta de mi oficina siempre está abierta,  y laboro junto a ellos. Y a pesar de eso nos queda  el sinsabor de que no existen suficientes recursos  para responder a los intereses de la población, y no  pocas veces tampoco se cuenta con la comprensión  de entidades administrativas.

Y si de representar se trata hay que destacar la función de Castañeda a cargo de la Asociación Cultural Yoruba de Cuba por más de 20 años. Tal dedicación y toda su labor en favor de la cultura cubano-  africana lo hizo merecedor de una Placa por parte de  la Unesco, que reconoce como patrimonio de obra de  la humanidad el quehacer de la institución.

La riqueza espiritual que rodea al Presidente de la Asociación Yoruba se localiza sobre todo en la numerosa familia que ha creado: 11 hijos e hijas, 19 nietos y nietas y dos biznietos dan fe de ello.

La letra del año

Desde el amanecer del primer día de enero un nutrido público se reúne en las afueras de la Asociación Yoruba para conocer el resultado de los ceremoniales del Consejo Cubano de Sacerdotes Mayores de Ifa, que tras varias sesiones informa la letra  del año, el evento religioso más importante de los  babalawos tanto en Cuba como en Nigeria, aunque  en fechas diferentes.

En nuestro país tienen lugar varias ceremonias de este tipo, indica Castañeda; ellas dan por resultado la regencia de distintos orishas y odun (signos) en el año, a partir de un sistema adivinatorio de probabilidades. La Asociación que presido cuenta con la participación de los consejos de los 16 sacerdotes mayores, de los 21 Oriateses mayores, y de las 25 Iyalochas mayores, en todos los casos de la República de Cuba.

Aunque no está precisa la fecha —acota— las investigaciones señalan que este ritual comenzó a finales del siglo XIX y se ha mantenido hasta la actualidad.     

¿Y qué dice la letra del año 2014?

“De manera general puedo decir que hace un llamado a la organización, al respeto, a la humildad  y la sencillez; también a estar atentos ante los fenómenos climatológicos. Los que sean creyentes de  nuestra religión deberán seguir con rigor los designios de los orishas y los 16 mandamientos contemplados en ella”.

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