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Foto: Calixto N. Llanes
Por Joel García y Ariadna A. Pérez
Miriam Abreu llegó al hospital en 1972, con solo 17 años. Empezó a trabajar en el departamento de Admisión, Archivo y Estadísticas, pero las oportunidades, su talento y sobre todo un amplio sentido de pertenencia le hicieron superarse hasta ser hoy la jefa de un departamento del Laboratorio Central, profesora titular y Máster en Enfermedades Infecciosas.
“Tenía el pelo negro y largo cuando entré aquí —recuerda Miriam acariciando su cabello corto y canoso—, y por eso pienso en este lugar a toda hora. Quisiera antes de retirarme ver un laboratorio nuevo, aunque lo más importante no es solo terminar la reparación del hospital, sino cambiar la mentalidad de muchas personas”, dijo la también internacionalista y vanguardia nacional.
Como Miriam, muchos doctores, enfermeras, personal auxiliar, pineros todos, andan muy satisfechos y esperanzados con la terminación de la obra más trascendental de cuantas se realizan en el municipio especial, no solo por la magnitud de la inversión, sino por su impacto social en la calidad de vida.
Un antes y un después de los huracanes
La vieja edificación del hospital data de 1945 y no fue hasta 1975 que se produjo la ampliación que conocen hoy los pineros, aunque durante la década de los 80 del siglo pasado recibió en varios momentos mantenimientos parciales. Tras los devastadores huracanes del 2008 se hizo impostergable una reparación capital.
El centro reúne a más de mil trabajadores y concentra 32 especialidades como geriatría, pediatría, ginecostetricia, cirugía, ortopedia, entre otras.
“Tenemos todos los servicios que se brindan en el país e impartimos docencia. Además contamos con 224 camas y el 98% de los casos tiene resolución en el territorio. Este año abrimos dos nuevas consultas externas: ozonoterapia y patología maligna de cuello del útero”, explicó Jorge Ernesto De la Garza, subdirector del hospital.
Sin embargo, el primer desafío para la Empresa Constructora Integral No.4 y su Brigada de Arquitectura fue trabajar en una reparación capital sin que se interrumpieran los servicios a la población.
Modesto Felipe, ejecutor principal, reconoce que este tipo de labor es más difícil que si se empezara de cero. “Hemos pasado por varias etapas, pero ya entregamos algunas obras, como las salas de medicina interna y respiratoria, pediatría, terapia intensiva, el cuerpo de guardia y el salón de operaciones En fase de terminación tenemos ahora 18 espacios”.
El subdirector de la institución puntualizó que “de modo general se está cumpliendo con el plan proyectado para este año, con excepción de unos objetos de obra que desde el punto de vista ingeniero saldrán en el primer trimestre del 2015.
“Este proceso ha sido complejo porque el hospital no ha dejado de atender a los pacientes y las consultas se han tenido que ubicar, muchas veces, en lugares no adecuados”, refirió.
La directora desde hace casi dos años, Bárbara Daudinot, valoró de muy buena calidad lo hecho y mostró su confianza de que en saludo a la histórica fecha del 26 de Julio puedan concluirse el banco de sangre.
“Hoy tenemos una terapia de primer nivel, hacemos cirugías generales, contamos con una moderna sala de hemodiálisis con 27 riñones artificiales, una de oncología y otra de cardiovasculares, pero hay que seguir elevando la atención porque la inversión se está haciendo para la excelencia y aún quedan insatisfacciones del pueblo, sobre todo en angiología, urología, reumatología, oncología, en las cuales son escasos los especialistas”, acotó Daudinot.
El hospital está remodelándose para llegar a ser un hospital seguro, es decir, que mantenga su vitalidad antes, durante y después de cualquier catástrofe. “Esta decisión se tomó luego del huracán Gustav en el 2008 que nos afectó seriamente. Uno de los logros es que contamos ya con un fuerte respaldo energético para caso de fallo eléctrico”, refirió De la Garza.
El sindicato metido de lleno
La secretaria del buró sindical, Idalia Ortiz, reconoce que es más fácil dirigir 29 secciones sindicales que conceder una entrevista. Poco a poco empieza a contarnos sobre los trabajos productivos organizados para recoger escombros y limpiar las áreas terminadas, así como la labor de la brigada Lázaro Fonseca, que los últimos fines de semana de cada mes se traslada hasta los poblados más alejados (Cocodrilo, Ciro Redondo, Mella, Atanagildo, Reforma, La Demajagua, Comunidad 44, Argelia y El Tronco) para ofrecer consultas en todas las especialidades.
“La fuerza laboral es bastante joven, quizás uno de cada tres, y se suman cada vez más a las asambleas de afiliados y los fórum, inspirados en un grupo numeroso de trabajadores con más de 20 años en el hospital”, acotó la también miembro del Comité Nacional del Sindicato de la Salud.
Lejos de cualquier visión idílica, el reto de las batas y cascos en la institución sanitaria insignia de la Isla de la Juventud es inmenso. Conscientes de que cinco años son ya demasiado para una obra que aumentará, con seguridad, la calidad de vida de la población, la dirección del centro, los constructores y el sindicato deben asumir este año como la culminación de un sueño de bienestar, esperado por miles de pineros.
Así entonces Miriam Abreu podrá jubilarse con su laboratorio nuevo, y sus lágrimas contenidas en la entrevista que nos regaló, saldrán, pero de felicidad.
Solo una acotación, el hospital se llama Héroes del Baire, no «de Baire». El nombre del hospital es debido a dos mártires de un barco por un incidente en los mares pineros.