Presumes en tu nombre la elegancia del latín: Sancti Spíritus; villa con esencias legendarias y credenciales suscritas al caudal incesante del Yayabo.Ínfimas horas retienen tu cumpleaños 500 y no tengo más que celebrar la hidalguía con que abres los brazos al tiempo. Transmutaciones inesperadas te reinventaron para la ocasión, y así, con el abolengo en el rostro y el folclore en las venas, habitas en generaciones que desconocen hogar posible, si no es a la vera de tu río emblemático.
Fue el Adelantado quien echó la suerte al fundarte justo después de La Trinidad aquel 1514, eternizando el milagro de respirarte cada instante desde entonces; como si a través tuyo pudiéramos corporeizar las historias paralelas que gravitan en todo cuanto eres, mezcla de colonia y esclavitud, de antigüedad y presente.
Reminiscencias
¿Cuánto tendrás para contar a quienes no te conocen y asombrar a tus más fervientes adeptos?, porque, aun sabiéndote de memoria, redescubro pasajes disimulados en el revoltijo de elementos que delinean tu exclusividad.La casa de las cien puertas, cada una acaparando secretos de la acaudalada familia Valle Iznaga; una casta opulenta en tiempos coloniales, cuyo legado inmaterial pervive entre las paredes de la magnífica residencia, junto a lujosos muebles, porcelanas, lámparas y cristalería de factura europea.
En el también museo de arte colonial moran los desmanes de la “señoritinga” de la casona, la misma que hizo traer desde Trinidad un piano sobre los hombros de cuatro esclavos, para jamás tocar una pieza musical en él. Y está tan vivo el caserón para los espirituanos que hay quien asegura escuchar portazos cuando el manto de la noche acentúa la mística de la villa.
Un centenar de aberturas y más de 2 mil 800 piezas decorativas sirven de epicentro entre la Iglesia Parroquial Mayor y el puente sobre el río Yayabo, este último con arcos abovedados y evidente estilo románico, como ningún otro en la isla.El teatro Principal, la biblioteca Rubén Martínez Villena, el parque Serafín Sánchez, la otrora Colonia Española, el añejo edificio donde se erigía el hotel Perla de Cuba… cada ícono del terruño revivió a manos de sus hijos para mostrar, en este medio milenio, retazos de distintas épocas.
“Al ya ambicioso proyecto que teníamos a propósito de la celebración incorporamos obras que no estaban pensadas. Nos propusimos más de 5 mil acciones, y con el respaldo de 60 millones de pesos, desatamos un quehacer constante para regalarles a los yayaberos una ciudad, que en su aniversario 500, tiene nuevos bríos”, aseguró a la prensa, Yoel Gallardo, presidente de la asamblea municipal del Poder Popular de Sancti Spíritus.
De tal modo, también el programa incluyó beneficios a nivel social, más allá de los realces de belleza: el resarcimiento de fachadas y calles, la reconstrucción del hogar de ancianos local, la recuperación de ómnibus urbanos, el resane de los tanques de abasto de agua y el trabajo para convertir cuarterías en viviendas, entre otros.
Un torbellino constructivo alcanzó a la urbe desde el 2010; dar color a la Parroquial Mayor resultó para los pintores una escalada al pasado, devolver a cada moldura el brillo de antaño. Igual, los trabajadores que demolieron y levantaron el parque, retendrán cada momento como trofeo por haber regalado a sus coterráneos una imagen impresionante del corazón de su ciudad.
Sin embargo, el ajetreo inusual que irrumpió en la acostumbrada quietud de la villa, no fue solo para redimir los espacios antiguos y sus historias contenidas. Tras caer la cortina de polvo que impacientó durante un tiempo a los transeúntes, solo quedó detener el paso para gozar el renacimiento de la urbe, ahora con presunciones de portar reliquia y modernidad.
Vencedora de centurias
El centro histórico intercala valores arquitectónicos e inmateriales con áreas que responden a los más disímiles gustos de la población. Juegos electrónicos, play station, servicios gastronómicos, billar, jockey, televisión por cable y máquinas de baile forman parte del Ocioclub, espacio que de acuerdo con Elizabeth Mozo Rodríguez, directora del Complejo Palmares, posee equipamientos y características estructurales únicas en el país.
También se prevé que en la sede de la maqueta de la villa radique un centro de interpretación con propuestas didácticas, sociales y culturales vinculadas a la tradición. Roberto Vitlloch, director de la Oficina de Monumentos y Sitios Históricos perteneciente al Centro Provincial de Patrimonio Cultural reconoció la manera ordenada con que asumieron las acciones, pues no solo persiguen el rescate imprescindible del patrimonio, sino también hacerlo sostenible. La fuente subrayó además que el trabajo pendiente continuará hasta el 4 de junio del 2015.
De tal forma se nos presenta como ardorosa defensora de sus orígenes, pero sin negar la avalancha de cambios que le propone el mundo actual. Y cuando registro en mi mente los privilegios de amanecer en ella, solo pienso en la capacidad de sus empedrados de devolverme a lo legendario, o en las guayaberas como testimoniantes, o en ese pintor que ha recorrido toda la vida de la ciudad desde cada susurro que le han hecho sus tejados.
Es tierra de trova, de murales, de mixturas a destiempo y costumbrismos que desdibujarán los minutos durante esta semana para, del 3 al 8 de junio, ofrecer cultura desde el retrato epocal de una urbe que ha sobrevivido los siglos.
Conferencias, visitas al sitio fundacional, presentación de revistas como Cuba Plus, Havana Reporter y Negocios de Cuba; muestras fotográficas de Raúl Abreu, exposiciones personales del pintor de la ciudad, Antonio Díaz, así como de Ever Fonseca y Alicia Leal; ferias de artesanía; conciertos de músicos como José María Vitier, Ernán López-Nussa, Ivette Cepeda, Boni y Kelly e Isis Flores; actividades infantiles, de rodeo; presentación de libros y eventos culinarios están entre los acontecimientos que ocuparán la vida de los espirituanos, a propósito de la fecha señalada.
En cada esquina no se habla más que del medio milenio, y presiento que ese rumor desplazará cualquier otro por largo tiempo. El entorno huele a cubanía y perpetuidades, a cuentos de güijes y tesoros por descubrir.
Pero, ahí donde la ficción disputa territorio con la realidad, emerge el Espíritu Santo. Y si alguna certeza tendremos este 4 de junio, cuando los albores del amanecer incidan en el curso del Yayabo, es que en esa jornada no habrá mal presagio que haga repicar el bronce, porque será por el renacimiento de una dama que estarán doblando las campanas.