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A inicios de un nuevo siglo y milenio, la acción y el pensamiento del Héroe Nacional José Martí no han dejado de ser fuente de estudio, análisis, investigación. Profundizar en tan rico y vasto legado, permite encontrar nuevos caminos que contribuyan a enriquecer la huella dejada, para su tiempo y para el futuro, por el más universal de los cubanos,
Así lo confirma Ercilio Vento Canosa, autor del libro titulado La cruz de caguairán (Ediciones Matanzas, Colección Los Molinos, 2013, 112 pp), una obra que analiza un sensible tema, poco abordado, por cierto, en la bibliografía referida al más trascendente revolucionario e intelectual del siglo XIX cubano.
Mediante una exhaustiva y documentada investigación, sustentada en la historia y la medicina legal, este estudio devela aspectos insuficientemente conocidos, o mal interpretados, en relación a la caída en combate del Apóstol, ocurrida el 19 de mayo de 1895, en Dos Ríos, durante su primer y único enfrentamiento a las tropas españolas.
Con un ameno y fluido discurso –no común en obras de sus características— Vento Canosa investiga, entre otros temas, el combate en que muere el Maestro, los disparos mortales recibidos en el campo de batalla, los errores aparecidos en el acta de la autopsia y el apresurado embalsamamiento del cadáver.
Reveladoras son las conclusiones a que arriba el autor, quien en el “Epílogo” afirma:
El objetivo perseguido a lo largo de estas páginas ha sido precisar aspectos que por su infrecuente, equívoco o ambiguo tratamiento dejaron lagunas interpretativas donde encontró espacio la especulación, al punto de dotar el hecho objetivo de la muerte del Apóstol en un relato perneado por la leyenda.
El combate de Dos Ríos significó un momento trascendental para la historia de Cuba, aún cuando ni su preparación táctica, ni los fines que se perseguían en su inicio, se correspondieran con lo que dio por resultado. Con las pruebas aportadas, ninguno de los proyectiles que hicieron impacto en el Apóstol procedió de las filas mambisas. Este es un elemento de significativa importancia frente a ciertos criterios que todavía subsisten, aludiendo a un probable homicidio. Tampoco el disparo fatal pudo ser origina¬do con intención por el práctico Antonio Oliva.
Por otra parte, si existían razones del Maestro para avanzar hacia una muerte segura, quedarían en la reserva de una conjetura que se torna profana. No es posible pensar en la acción irreflexiva e insen¬sata de quien era toda razón meditada. Tampoco un fugaz estrechamiento de conciencia parece acomodarse al caso.
De enorme interés resultan, a manera de anexos, la publicación de varios gráficos que ilustran las secuencias de los disparos recibidos por Martí, algunas fotografías relacionadas con sus restos y su posterior exhumación y el óleo del pintor Esteban Valderrama que reproduce el momento en que el Apóstol es alcanzado por las balas enemigas.
Especialista de segundo grado en Medicina Legal, profesor de la Facultad de Ciencias Médicas Juan Guiteras Gener, vicepresidente de la Sociedad Espeleológica de Cuba, Historiador de la Ciudad de Matanzas, Ercilio Vento Canosa (Matanzas, 1947) es autor de una valiosa obra de investigación histórica.
Conforman su bibliografía, dedicada fundamentalmente a la historia de la Atenas de Cuba, libros como El alma de la ciudad (2001), La última morada. Historia de los cementerios en Matanzas (2002), La momia de Matanzas: un encuentro con la historia (2005) y Marcas de agua (2009).
Con la publicación de La cruz de caguairán, Ercilio Vento Canosa propone un acercamiento, desde una inusual y novedosa mirada, a la huella del Maestro. Un libro que, indudablemente, complementa los estudios que, dentro y fuera de la isla, se encargan de iluminar el legado imperecedero del Héroe de Dos Ríos.
