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El conjunto de normativas aparecidas en la Gaceta Oficial de la República de Cuba en su edición extraordinaria No. 21 otorga más independencia y autonomía a la empresa estatal socialista y constituye un resorte primordial para lograr que esta sea la locomotora de la economía cubana.
Las modificaciones al Decreto Ley 252 y al 281 del Consejo de Ministros rigen el trabajo para las empresas donde se aplica el perfeccionamiento empresarial. Ellas confirman que es precisamente en el sistema empresarial donde se adoptan medidas de mayor alcance, complejidad y profundidad en correspondencia con la implementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del país.
Preocupaciones y trabas que hasta ahora existían se han ido eliminando y con ello se abren nuevas expectativas sobre el entramado empresarial cubano. Asuntos tan traídos y llevados como el objeto social de la entidad, la venta de activos fijos tangibles, la aprobación del plan y de los sistemas de pago, entre otras cuestiones, se encauzan ahora de manera diferente.
Pongamos, por ejemplo, el tema del objeto social, el cual no permitía ir más allá de lo establecido por el Ministerio de Economía y Planificación, desaprovechando, en la mayoría de los casos las capacidades productivas instaladas en las empresas.
Ahora la flexibilización de ese objeto especifica, que sobre las entidades recae la facultad de decidir qué actividades secundarias y de apoyo, derivadas de su objeto social, están en condiciones de realizar, lo que les permite producir aprovechando mejor todas sus potencialidades. También podrán, luego de cumplir su encargo social, comercializar sus excedentes al precio que fije la relación entre la oferta y la demanda.
Ciertamente, existían muchas trabas estructurales que ataban a los empresarios y a la vez se convertían en un freno para el desarrollo de la empresa. Las nuevas medidas desatan esos nudos y ahora se dependerá cada vez más de la gestión que se realice en la entidad.
Todo este proceso genera, al decir de los especialistas, la paulatina descentralización de facultades. De la descentralización se habla ahora, y para algunos resulta asunto de preocupación, pues se corren riesgos de cometer errores. Y como en todo acto humano, y mucho más en lo económico, existen esos peligros. Si de algo precisan estas normativas es del control por parte de quienes las aplican y por quienes tienen el deber de exigir porque se empleen eficientemente los recursos del Estado; me refiero a los trabajadores.
El control obrero y el papel del sindicato, como organización que representa al dueño de los medios de producción, cobran en este nuevo escenario un papel trascendental. Digamos, por ejemplo, en lo referido a los sistemas de pago, que a partir de ahora podrán aprobar las entidades económicas cubanas que se encuentran en el proceso de perfeccionamiento empresarial.
La organización superior de dirección empresarial (Osde), por su parte, suscribirá las del resto que no estén en perfeccionamiento. Esa medida elimina las restricciones administrativas para la formación de los salarios de los trabajadores en el sector empresarial.
Ese será un momento vital para cualquier entidad, pues los sistemas de pago no se pueden diseñar sin la participación de los trabajadores. Ellos y el sindicato deben estar al tanto para que se hagan adecuadamente, exigiendo que estén en correspondencia con el aporte individual y colectivo.
ambién los obreros tienen que saber el destino previsto para las reservas que se creen a partir de que las empresas podrán retener hasta el 50 % de las utilidades deducido el impuesto (un 20 % superior al que hasta ahora estaba establecido).
El desafío para la empresa estatal socialista es grande y a la vez impone gran responsabilidad para todos los implicados en la actividad. A su vez requiere de una continua preparación de los directivos de la empresa y de la Osde, la cual los capacite para actuar con inteligencia, eficacia y eficiencia, en este nuevo contexto del proceso de actualización del modelo económico cubano.
La “locomotora” tiene que andar sobre rieles seguros, y en ello, cada integrante de la empresa debe sentirse como su principal maquinista para hacerla verdaderamente eficiente y competitiva.
Acerca del autor
Graduada en Licenciatura en Periodismo en la Facultad de Filología, en la Universidad de La Habana en 1984. Edita la separata EconoMía y aborda además temas relacionados con la sociedad. Ha realizado Diplomados y Postgrados en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí. En su blog Nieves.cu trata con regularidad asuntos vinculados a la familia y el medio ambiente.
