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Tras los desalentadores resultados del Partido Socialista (PS) en las últimas elecciones municipales celebradas el pasado 30 de marzo, y los cambios realizados en su equipo de Gobierno, la popularidad del mandatario de Francia Francois Hollande, según recientes encuestas, ha descendido a un mínimo del 18 % de aprobación.
Los ciudadanos responsabilizan a su Presidente por no lograr reactivar la economía y no reducir los índices de desempleo que superan el 10 por ciento. Asimismo, la izquierda más radical atribuye la derrota electoral al giro socialdemócrata del jefe del Estado.
El pasado sábado, convocadas por fuerzas de izquierda y algunos sindicatos, miles de personas marcharon para pedir un cambio de política, que señalan actualmente favorece más a los empresarios que a los trabajadores. Los asistentes protestaron contra las medidas de austeridad, a favor de la igualdad y la redistribución de la riqueza.
Encabezaron la manifestación el candidato a la presidencia de la Comisión Europea, Alexis Tsipras; Jean-Luc Mélenchon, del Partido de Izquierda; y Pierre Laurent, secretario nacional del Partido Comunista Francés, quien previo a la segunda vuelta de los sufragios, advirtió que la respuesta ante el revés electoral no se podía limitar a un relevo de personas en el Consejo de Ministros, sino a un necesario cambio en el rumbo del país y el abandono de las políticas de austeridad.
Ante la situación reinante y la pérdida de alcaldías en unas 150 ciudades, hoy martes se reúne el gubernamental Partido Socialista, para renovar su dirección.
Mientras tanto, luego de un encuentro en Moscú con el presidente de la Duma Estatal rusa, Serguéi Naryshkin, la líder francesa de extrema derecha, Marine Le Pen, declaró que la campaña del momento en contra de Rusia se fragua en lo más alto de la Unión Europea con el apoyo de Estados Unidos.
(Con información de TeleSUR/RT/PL)
