Parece la barra de un barman común, de hecho, así es. Solo que entre el movimiento de la coctelera, las mezclas de sabores y los pedidos en uno u otro idioma afloran intenciones solidarias. Ramón Conrado, trabajador del bar anexo al restaurante de Manaca Iznaga, en Trinidad, promueve la libertad de los Cinco entre los miles de turistas que llegan a la locación cada año. Sin armas, ni trincheras. “Solo su palabra basta para sensibilizar a las personas”; debe ser que activa los principios elementales de humanidad o ciertamente en su lugar de trabajo se siente como el mismísimo “vocero y embajador de Cuba en Manaca”.
El cantinero ha impreso diferentes folletos y los regala a visitantes foráneos para que se solidaricen con la causa de los Cinco. Foto: Andrei Álvarez.
Ramón Conrado ha creado cuatro comités de solidaridad con los Cinco Héroes cubanos (3 de ellos aun presos injustamente) en Bulgaria, Francia, Italia y Noruega.
El también delegado al XX Congreso de la CTC declaró a Trabajadores: “No se trata de hacer política, sino de apelar a la humanidad de personas que a veces ni conocen el caso”.
“A pesar de no tener una red social, tengo mi palabra y trato de multiplicarla entre quienes nos visitan”, sostiene el trabajador.
Todo el turismo que visita Trinidad llega hasta Manaca y de los grupos de norteamericanos de paso por la villa, el 90 por ciento coincide al pie de la torre.
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