El placer de sorprender al alba

El placer de sorprender al alba

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Hace 51 años que Reymundo Cera Verdecia sorprende al alba, “todos los días me levanto a las 3:00 de la mañana. Ahora, hasta en tiempos de vacaciones. Ya me acostumbré”, dice con un gesto humilde que enaltece todavía más su ya rica trayectoria laboral en el combinado cárnico Gerónimo Astier, del municipio de Puerto Padre, en el norte de Las Tunas.

A él le resulta aleccionador ver la salida del Astro Rey desde su puesto de trabajo y sentir el olor del rocío matinal: “Nada de guagua, ni otro transporte que mis pies”, dice y baja la mirada hasta esa parte del cuerpo que lo acompaña en sus caminatas diarias de más de dos kilómetros, distancia que lo separa del centro.

Ahí está la razón de su vitalidad, “tengo cumplidos los 69 años de edad y me siento entero”, afirma y su complexión física y temperamental validan su expresión.

“A esta plaza llegué en el año 1961, cuando nacionalizaron los mataderos. Me formé como deshuesador de carnes en los primeros cursos que organizó la Revolución después de que esos establecimientos pasaron a manos del pueblo”, comenta quien espera el reconocimiento como cincuentenario en estas faenas, cuya documentación tramita el sindicato del sector.

“Mis compañeros de trabajo son como mi familia, con ellos uno está más tiempo; y, lo que más admiro de todos es la entrega diaria y el empeño que ponen para que las máquinas no se paren”, enfatiza este laureado trabajador, ganador de múltiples reconocimientos, entre los que distinguen las medallas Lázaro Peña y Pedro Marrero, .

“Porque en ese tiempo, casi una vida, nunca se han instalado máquinas nuevas. Esos son equipos viejos, recuperados, pero la gente se bate a diario para que funcionen”, enfatiza Reymundo.

Reymundo es, sin proponérselo un paradigma para el colectivo, que conoce de su participación en la lucha contra los bandidos que pretendieron escamotear la victoria popular del primero de enero de 1959 y admira  sus 79  donaciones voluntarias de sangre, “hechas para salvar la vida de quienes la necesiten”, sentencia.

“Reymundo es un hombre de armas tomar, un ejemplo a seguir. No dejes de hablar con él”, me dijo Lorenzo Domínguez Álvarez, el secretario general de la sección sindical, cuando llegué al combinado, y el diálogo con el destacado trabajador satisfizo las expectativas.

Identificado y fiel a los valores de la honestidad y la laboriosidad, Reymundo tiene en su currículum el reconocimiento de ocho años con la condición de Vanguardia Nacional   del entonces Sindicato de la Industria Alimentaria  y 51 años de trabajo sin una sanción administrativa en su expediente.

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