El congreso de las mujeres y de toda la sociedad

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Por: María de las Nieves Galá y Alina M. Lotti

La FMC hoy es más necesaria que nunca por la complejidad de lo que nos queda por lograr en cuanto a una cultura de la igualdad, expresó Isabel Moya. Foto: Agustín Borrego.
La FMC hoy es más necesaria que nunca por la complejidad de lo que nos queda por lograr en cuanto a una cultura de la igualdad, expresó Isabel Moya. Foto: Agustín Borrego.

Noviembre para Isabel Moya se torna insistente, anunciador de hechos decisorios en su vida. “A lo mejor una persona de las religiones afrocubanas diría que es mi aché, no sé si es así, otra pensaría que es el destino o el azar concurrente, según Lezama Lima.

“Lo cierto es que nací el 25 de noviembre de 1961, día de la lucha contra la violencia hacia las mujeres; la revista Mujeres surgió el 15 de noviembre de 1961 y empecé a laborar en ella, en igual mes de 1984. ¡Fíjate qué importante ha sido noviembre para mi vida…!”

Treinta años han pasado desde que comenzó a trabajar en la revista, entonces pensó que sería por poco tiempo, pues le pareció algo menor. “Yo me dije: cuando termine el servicio social me voy, porque no veía que ese era el periodismo que yo quería hacer. Me interesaba abordar los supuestos grandes temas, así que llegué, realmente, con una percepción de irme.

“Sin embargo, cuando fui descubriendo a las mujeres cubanas, lo que habían hecho, cuando empecé a recorrer el país entrevistándolas, cuando tuve la oportunidad de ver todo lo que hacía la FMC, los encuentros de Vilma Espín con las campesinas, y trabajadoras de diferentes sectores, comencé a enamorarme del tema”.

Convertida en una experta en los asuntos referidos a la teoría de género, con cuatro libros publicados, y una vasta experiencia periodística, Isabelita (como todos le dicen) es hoy la directora de la Editorial de la Mujer.

¿Consideras posible hablar de los temas de género sin una preparación?

En primer lugar, género no es sinónimo de mujer, se refiere sobre todo a las relaciones entre las mujeres y los hombres, las relaciones a lo interno, es decir, entre las propias mujeres, los propios hombres, entre las mujeres, los hombres y la sociedad.

Por supuesto, que se profundiza en el tema de las mujeres porque ellas han estado en la condición de subordinación y, por tanto, se ha visibilizado más la necesidad de cambiar su situación y condición.

Así como no se puede escribir de economía, si se es serio, sin estudiar, no se puede abordar asuntos, como el de la violencia, la natalidad u otros vinculados con el género, si no se estudia esta concepción y si no se profundiza, porque todas las personas tenemos un juicio de valor, una noción de qué es lo femenino y qué es lo masculino.

En los últimos tiempos hay personas que han cuestionado la necesidad de mantener la Federación de Mujeres Cubanas (FMC). ¿Qué opinas al respecto?

La FMC hoy es más necesaria que nunca por la complejidad de lo que nos queda por lograr en cuanto a una cultura de la igualdad. La Federación en los años 60 y 70 luchó por la incorporación de la mujer al trabajo. Después durante los 80 y 90 se abogó por, no solo incorporarla, sino también porque ocupara importantes puestos de toma de decisiones, y su accionar está precisamente centrado en todos estos desafíos que desde la cultura todavía limitan la realización plena de las mujeres en muchos campos de la vida familiar, y además en la pública, porque en ese espacio en algunos lugares se vivencian signos y manifestaciones de discriminación. Debe, por tanto, adecuar su trabajo y formas de hacer a los nuevos tiempos y a las necesidades de las mujeres de hoy.

Desde tu punto de vista, ¿cuáles son los retos que tiene la organización femenina?

Hace unos días con unas mujeres científicas yo les preguntaba: ` ¿cuál es su principal obstáculo para la realización? Muchas hablaban de la doble y triple jornada. Cuando ves que todavía subsisten estas maneras de actuar y de vivir te das cuenta de que el desafío hoy para Cuba es muy complejo, porque ya no está en la participación, ya no está en las leyes —aunque hay que perfeccionarlas y seguir trabajando, incluso está propuesta la modificación del Código de Familia—. Ahora el reto mayor, el desafío mayor está en la cultura, en la subjetividad, en las costumbres, en los juicios de valor.

Y eso es más difícil de cambiar que lograr que se promulgue una ley, porque te estás enfrentando a 500 años de una cultura judeo-cristiana occidental, después mezclada con la africana, con los chinos, con todos los que han formado la nacionalidad cubana que es, todavía, machista y patriarcal.

Nosotros hemos logrado, de manera general, el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, y en especial, el objetivo 3, referido al tema género. Y si nos comparamos con América Latina, tenemos muchos avances; pero, ¿con qué tenemos que compararnos también? Con nuestros sueños, que es una cultura de la igualdad, de la equidad, y por eso decía que el desafío actual es más complejo.

Los retos del presente, tanto para la FMC como para la sociedad en su conjunto, vienen dados en cómo trabajar este aspecto tan individual que es la subjetividad, ahí está el gran desafío. ¿Qué métodos utilizar, cómo llegar a las mujeres y los hombres jóvenes?

En una entrevista afirmaste que “debemos crear una contracultura feminista en los medios, que no quiere decir poner a las mujeres sobre los hombres o negar la pluralidad, sino, todo lo contrario…” ¿Pudieras abundar al respecto?

Hay que entender que no solo se es mujer o se es hombre. Se es mujer negra, hombre negro urbano, o rural, todas esas condiciones en que la masculinidad o la feminidad se construyen y se vivencian, deben ser tratadas.

Es importante poder abordar la diversidad, no solo entendiéndola como la orientación sexual diversa, sino asumiéndola además en lo relacionado con el color de la piel, con los espacios donde las personas se desarrollan, con el acceso.

En estos momentos existe una nueva realidad en relación con el empleo: las formas de propiedad no estatales, cómo se van a insertar ahí las mujeres y qué se está haciendo para que ellas no pierdan los derechos conquistados. Por ejemplo, se habla muy poco de que las mujeres que trabajan por cuenta propia tienen derecho a licencia de maternidad, eso es un logro tremendo. En el mundo, las mujeres que laboran de manera autónoma, no tienen estos derechos; sin embargo, en el caso de Cuba es diferente.

Ha sido preocupación de la Federación —incluso vienen trabajadoras por cuenta propia como delegadas al Congreso— de qué manera podemos trabajar con esas personas empleadas en las nuevas formas de gestión: cómo propiciar esa incorporación, cómo protegerlas, en fin que hay una serie de temas que son más diversos.

La complejidad hoy hay que verla en esa diversidad de ser mujer y ser hombre, porque realmente… y eso me parece muy importante y Raúl lo señala, lo que queremos es más socialismo, y más socialismo quiere decir más equidad.

Algo que ha caracterizado a la Revolución cubana es, precisamente, ser profundamente humanista. Para ese socialismo que queremos desarrollar, sin duda, esto es un tema central, porque el ser humano, y la dignificación de los seres humanos es uno de los logros más grandes que ha tenido la Revolución.

En este sentido resulta tan importante este IX Congreso, donde las delegadas son mujeres, pero interesa a toda la sociedad, porque las mujeres están presentes en todos los sectores.

¿Qué otros temas se abordarán en el IX Congreso de la FMC?

Los relacionados con los valores, la prevención social, la promoción de la mujer, entre otros. A veces nos preocupan temas como las indisciplinas sociales, o la aparición de algunos fenómenos que ya considerábamos extinguidos o que apenas se veían y, en ese sentido hay que encaminar la labor de prevención —asuntos que se abordarán con fuerza en el Congreso— y que interesan a toda la sociedad.

En qué medida la editorial de la Mujer ha acompañado a la FMC en sus objetivos y líneas de trabajo?

Mujeres nació en 1961 porque Vilma siempre tuvo muy claro el papel de los medios de comunicación como un espacio para dialogar con las mujeres. En la revista se publicaron por primera vez trabajos sobre educación sexual, lo cual en su momento fue un escándalo. Después han aparecido temas que han tenido que ver desde cambiar la paternidad tradicional hasta en la actualidad la teoría de género y el tema de la violencia contra las mujeres.

Hoy la editorial es, diríamos, una de las herramientas que tiene la Federación de Mujeres Cubanas para enfrentar ese desafío del que les he hablado desde la cultura. Porque tanto en las páginas de Mujeres, como de Muchachas, como en la web se problematiza sobre esos temas…. Vivir es tener vivencias, pero a vivir también se aprende. La revista Mujeres quiere ayudar, enseñar a la gente a vivir, ese es nuestro objetivo fundamental.

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