Nicolás Guillén: Un cronista retrata la ciudad

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La desatención de la crítica al periodismo de este camagüeyano ha limitado el acercamiento a su vida y obra…

Yanetsy León González

Por: Ernesto Montero Acuña

Guillén en CamagüeyEl periodista escribe para el futuro, aunque parezca para hoy, sobre las contingencias cotidianas, si bien lo segundo aparenta ser más cierto que lo primero. Como lo escrito queda y, si es de valor, sirve como fuente y como lección, resulta que los seguidores prolongan a los antecesores.

En esta carrera de relevo —realmente de continuidad— aparece Yanetsy León González con su libro  Nicolás Guillén: Un cronista retrata la ciudad, presentado en la XIII Feria Internacional del Libro y un texto que, como su título deja explícito, se refiere a esta temática en el periodismo del Poeta Nacional, asunto que también cultivó con amplitud en su obra literaria.

El ensayo de la joven redactora de Camagüey se inscribe en los llamados estudios de espaciología literaria, cuyo desarrollo apenas ha comenzado en Cuba. Con un estilo cargado de elegancia y con una investigación muy bien sustentada, la obra muestra la visión guilleniana de lo urbano en nuestra América.

La joven colega, Máster en Ciencias, muestra y analiza en una primera parte, como acuciosa investigadora, el seguimiento de esta temática por numerosos autores de gran renombre en Latinoamérica, para mostrar en perspectiva cómo se cumple la siguiente afirmación guilleneana:

Después de todo, si iba a caer en el opio, en el alcohol, o en la heroína, más vale que me haya dado por hurgar en los rincones de la vida ciudadana: nadie sabe si algún día descubra algo que sirva verdaderamente. Entonces habrán de agradecérmelo…”, texto que Yanetsy utiliza como exergo.

Lo anterior fue escrito por Guillén en agosto de 1924, cuando formaba parte ya de la plantilla del periódico El Camagüeyano, al cual se incorporó, según nota editorial de la publicación, el 20 de marzo de 1924, debido a que había sido declarado cesante en el ayuntamiento “por el delito de pensar con su cabeza”, como temprano antecedente.

De la obra de Yanetsy contábamos con una muestra obtenida en otro marzo —este del 20013— que entonces no dejamos pasar por alto. Decía ella, como continúa afirmando, algo de meridiana justicia: “Nicolás Guillén fue más que un gran poeta. La desatención de la crítica al periodismo de este camagüeyano ha limitado el acercamiento a su vida y obra, por desestimar un oficio entrañable para él, cuyo ejercicio mantuvo hasta poco antes de morir”.

A lo que agrega: “El marcado interés urbano de su otra profesión permite estudiar la ciudad, uno de los puntos de reflexión de la cultura en América Latina y el Caribe, pues la urbe y el viaje figuran como binomio a la hora de construir la identidad regional”.

Muestra también cómo Guillén en discurso en el Pen Club, en un marzo más cercano  —este de 1948—, “señaló su gusto por andar el continente, debido a las semejanzas culturales y de desgarramiento social con su nación. Ese rumbo no seducía al viajero cubano ya que, en relación con el siglo XIX, la proa a Nueva York había desplazado la de París”.  Ello tras recorrer el poeta varios países.

Aunque “hallaba una explicación al hábito del desplazamiento: ´La condición de tierra abierta, que hace de toda isla una perpetua invitación al viaje, da a los cubanos esa inquietud navegante, esa curiosidad geográfica que los mantiene a toda hora con el equipaje en el muelle o en el aeropuerto´”.

Sobre esto Yanetsy precisa: “Los vínculos con ciertas realidades estimularon su producción de crónicas —un género especial en el periodismo— donde la ciudad tiene una importancia singular. Tuvo experiencias sensoriales muy interesantes en Cuba, México, Venezuela, Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Uruguay, Haití, Curazao y Jamaica. Los recorridos ensancharon el marco en que se insertó su poesía”.

 Bajo el subtítulo “Lo urbano en algunas crónicas de Guillén”, también cita conceptos de Ariel Camejo, los que resulta imprescindible mostrar, aunque solo sea en parte: “Este ensayista cubano”, asegura, “encuentra puntos de contacto en cuanto al tono, el estilo y la composición entre textos de Zequeira en el Papel Periódico y de Guillén aparecidos en la revista Lis, de Camagüey, a principios de la década del ´20 y en las publicaciones habaneras Orbe y Ellas, en los años ´30 y ´40.

“Con acierto considera proyectista su discurso inicial”, añade: “con una orientación civilizadora, ya que la ciudad como espacio normativizador del sujeto civil se arma en torno a un deber ser. Luego modifica su visión de la ciudadanía y la nacionalidad y la expresa ´en una diseminación de la ciudad y lo urbano como tópico, como referente discursivo estructurador, configurando así una nueva localidad de la cultura”.

“Desde el título de su primer poemario, Cerebro y corazón, ofrece con claridad la antinomia presente en la noción de lo urbano, que connota el mito de la modernidad. Y si bien en los textos periodísticos de las primeras décadas trata peyorativamente el mundo de la ruralidad, como muestran las crónicas sobre Camagüey, posteriormente tiene valoraciones opuestas al radicalizar su posición cuando entra en contacto directo con el mundo obrero y campesino, de los sindicatos y los oprimidos por su color de piel.

“A propósito del ejemplo de esos textos sobre su tierra natal, y desde la perspectiva del sociólogo español Manuel Castells, esa cercanía posterior de la que habla Camejo supone que antes estuvo al margen de la clase desposeída y olvidada, algo contraproducente porque Guillén sí ilustra el cráter de la miseria provinciana. Todas sus referencias convergen con marcado acento popular en una prosa que reconoce verdaderamente al Camagüey a través de la gente del pueblo y de sus más genuinas figuras históricas´”.

Parece que, por ahora, solo una cita más del ensayo de Yanetsy será suficiente, al menos en los conceptos que preferimos reproducir ahora, pues ya se sabe que los textos maduran  con el tiempo, como los buenos frutos.

“En los escritos de su juventud madura”, explica, “se evidencia un mayor tratamiento estético-literario, por la riqueza de signos de gran fuerza expresiva. Después de 1959, su propósito comunicativo es más persuasivo, con predominio de la función orientadora y como consecuencia de una política cultural de la llamada ciudad letrada de Ángel Rama, que favorece la instrucción y por tanto, el crecimiento del número de lectores.”

Basta añadir por cuenta de este redactor, que en la obra poética de Guillén se canta a ciudades o países como —aparte de Camagüey-— Guadalupe, que parece ser la primera en un título; Abisinia antes y luego Etiopía, España en poema en cuatro angustias y una esperanza, Venezuela y Colombia en El son entero,  China, Kingston, Nueva York, Panamá, Madrid, Sao Paulo, Paraguay, Chile, Guatemala, Plovdiv, Santa Lucía, Unión Soviética, Brasil, el inevitable París, Viet Nam, Pyongiang, Nicaragua, Hungría y muchas más en sus composiciones poéticas.

Por lo demás se presenta una correspondencia casi biunívoca, como enseñan en matemática, entre ciudades o países citados, descritos o cantados en la obra poética e iguales sitios tratados en el periodismo de Guillén, quien desde 1937 hasta el 23 de enero de 1959 practicó una extensa e intensa actividad internacional, cultural y política, buena parte del tiempo debido a su prolongado exilio.

Como la joven periodista refiere: “La investigadora camagüeyana Olga García Yero atinadamente ha señalado que ´no se trata solo de mirar la ciudad, sino también de construirla, interpretarla´. Quizá el hombre común en su andar cotidiano no repara en los rasgos de su ciudad. Lograr al menos que dirigiera la mirada hacia el detalle de una fachada, a determinado monumento y alguna calle fue un logro de este cronista servidor”.

Después del año 1959 el propósito comunicativo de Guillén fue más persuasivo, ciertamente, con predominio de la intención orientadora y también con proyección internacional más cultural y política que periodística, debido a sus nuevas funciones, algo que lo muestra como un consistente artista y propagandista revolucionario, a cuyos orígenes y esencias se remonta la joven periodista de Camagüey en su ensayo “Nicolás Guillén: Un cronista retrata la ciudad”. Por esto es justamente reconocida.

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Un comentario en Nicolás Guillén: Un cronista retrata la ciudad

  1. Ernesto Montero Acuña.
    Me ha encantado el articulo, muestra de forma sencilla y elocuente muestra los elementos que nos ofrece en su libro Anetsy León González «Un cronista retrata la ciudad» Ud realza lo escrito por ella, todo cuanto nos ha legado Nicolas Guillén, a nombre de los miembros de la catedra de Estudios Caribeños nicolas Guillén de .la Universidad de ciencias Pedagógicas Pepito Tey de las Tunas y de la Fundación Guillen de esta provincia saludamos articulos que como el suyo ayudan al conocimiento de nuestro pueblo sobre nuestro poeta nacional, desde su posicion como cronista que supo recrear lo cubano e internacional.

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