Llegar a todos

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Para Gerardo Cañete Betancourt, secretario general del buró en la Universidad Agraria de La Habana,  la preparación resulta esencial. Foto: César A. Rodríguez
Para Gerardo Cañete Betancourt, secretario general del buró en la Universidad Agraria de La Habana, la preparación resulta esencial. Foto: César A. Rodríguez

Luego de haber ocupado varios cargos desde la base, el  secretario general del buró  sindical en la Universidad  Agraria de La Habana,  Gerardo Cañete Betancourt,   considera como “una gran  experiencia”  dirigir 40 secciones sindicales y mil 100   afiliados.

El también delegado al XX Congreso de la CTC está orgulloso de representar a esa gran masa de trabajadores, y estima que en el plano sindical la preparación resulta  esencial, al margen de lo  curricular,  pues se desempeña  como profesor asistente en la  carrera de Medicina Veterinaria y Zootecnia.

Señaló estar capacitado en el aspecto de las leyes  laborales, pues ha pasado  varios cursos, pero cree en  la necesidad de hacer mayor  hincapié en cuanto al funcionamiento sindical. En este  aspecto siempre le han quedado dudas, sobre todo cuando trabajaba más vinculado a la base.

A las puertas de la máxima cita de los trabajadores  cubanos, la preparación y capacitación sindical resulta un  tema ineludible, sobre todo en  el actual contexto, ya que las  transformaciones que se vienen realizando reclaman un  “dirigente dinámico, atemperado a los nuevos tiempos,  a su propio sector, a la base,  a las características de cada  centro, a las más de 80 mil  secciones sindicales del país”,  según Regla María Águila  Hernández, directora de la  Escuela Nacional de Cuadros  Sindicales Lázaro Peña.

¿Qué se dice en la base?

“La falta de capacitación le impide al dirigente realizar su labor con calidad”, aseveró Pedro Romero Silverio, secretario general de la sección sindical de la empresa Rodar Motociclos Ramón González Coro. Foto: Eddy Martin
“La falta de capacitación le impide al dirigente realizar su labor con calidad”, aseveró Pedro Romero Silverio, secretario general de la sección sindical de la empresa Rodar Motociclos Ramón González Coro. Foto: Eddy Martin

“La falta de capacitación le impide al dirigente realizar su labor con calidad”, aseveró Pedro Romero Silverio, secretario general de la sección  sindical de la empresa Rodar  Motociclos Ramón González  Coro. “No es solo defender  al trabajador —dijo—, sino  también hacer cumplir la ley,  porque esa persona puede  estar desorientada y ahí es  cuando al sindicato le corresponde persuadir y convencer  con argumentos”.

El técnico en normalización y metrología opina  que la capacitación sindical  tiene como fortalezas al sistema de escuelas sindicales,  y abogó por la actualización  de los planes de estudio, poseer documentos que contengan la información adecuada,  así como la autopreparación,  “algo que no debe faltar”.

Por su parte,  José Fernando Reyes Rosado, trabajador  forestal en el municipio tunero de Jesús Menéndez, ocupa  cargos en los ejecutivos sindicales de sus centros de trabajo desde hace más de 15 años.  Actualmente, es secretario  general en la unidad empresarial de base del sector.  Delegado al XX Congreso,  José Fernando afirmó que  durante ese tiempo ha asistido a diferentes talleres y aulas elementales, los cuales le  han aportado conocimientos  esenciales del funcionamiento principalmente en asuntos vinculados con la organización de las asambleas de afiliados, la prevención de delitos, y su enfrentamiento cuando se producen ilegalidades y corrupción.

“En sentido general me han dotado de habilidades para conducir mejor al colectivo. Eso me hace sentir más cómodo, puedo preparar mejor las reuniones, ver con más objetividad el desempeño dela entidad y aplicar métodos que permiten integrar más a todos los factores del centro. No obstante, requiero capacitación, pues los tiempos cambian y la actualización del modelo económico necesita de un movimiento sindical más preparado y activo”.  De la fábrica de bujías Neftalí Martínez, una de las empresas emblemáticas de Villa Clara, Manuel Santos  precisó que la capacitación nutre al dirigente de base de elementos para representar a los trabajadores  y ser una contrapartida efectiva de la administración cuando sea necesario.

“Nos mantiene actualizados, lo cual resulta vital porque el escenario laboral ha  ido variando y es necesario  mantenerse al día para poder  entender los cambios y hacerlos viables en el centro”.

Dirigentes en la base: una prioridad

Como resultado del proceso orgánico con vistas al XX Congreso, más del 40 % de los dirigentes sindicales de base fueron renovados. De ahí la prioridad trazada por la Central de Trabajadores  de Cuba  para capacitar a los secretarios generales (y miembros de  los ejecutivos recién electos)  en temas económicos, sindicales, y laborales; por ejemplo: en los métodos y las vías  de llegar a todos, las nuevas  formas de gestión y el papel  de los sindicatos.

A tales actividades de superación coadyuvaron, además, los procesos políticos  desarrollados en el período,  como la discusión de los anteproyectos del Documento  Base de la CTC y el Código de  Trabajo, según comentó Neala Santana,  jefa del departamento de Organización de la  CTC.

Por su parte, la directora de la Lázaro Peña aseguró  que el Sindicato es el máximo  responsable de la capacitación  de los dirigentes de base, por  tanto considera una fortaleza  la existencia  de escuelas al  servicio del movimiento sindical.

Explicó a Trabajadores que ese sistema, con  39 años de existencia, cuenta con 14 escuelas provinciales, una en el Municipio Especial de Isla de la Juventud, un grupo de trabajo en la provincia  de Mayabeque y una a nivel  nacional, la cual orienta, asesora, controla y evalúa toda  la estrategia de preparación (dirigida a los cuadros que ejercen de forma profesional la actividad) y capacitación (encaminada a aquellos que realizan la labor de dirección sindical de manera no profesional).

Regla María Águila Hernández, directora de la Escuela Nacional de Cuadros Sindicales Lázaro Peña. Foto: César A. Rodríguez
Regla María Águila Hernández, directora de la Escuela Nacional de Cuadros Sindicales Lázaro Peña. Foto: César A. Rodríguez

Voz autorizada en el asunto, con más de 15 años de experiencia, primero como docente y luego como directora,  Regla María Águila puntualizó que la instrucción de los dirigentes de base forma parte de los objetivos de trabajo del movimiento sindical en la presente  etapa.

Destacó que no se desatiende la preparación integral delos cuadros, pero se prioriza  la capacitación de los dirigentes de base. Informó que en enero último la Comisión Organizadora del XX Congreso evaluó el comportamiento de esa tarea, y constató que se ha podido llegar al 93 %de los secretarios generales de secciones sindicales renovados.

Fortalezas… y también debilidades

Diecinueve años al frente de la Escuela Provincial Lázaro Peña, en la provincia de Las Tunas, avalan las palabras de la Máster Miriam Fonseca  Rodríguez, quien al referir algunas transformaciones mencionó la adecuación de las modalidades de capacitación a las necesidades de dirigentes y cuadros, y la inclusión en los programas de temas de actualidad, relacionados con la política, la economía, el trabajo sindical y el entorno laboral.

En relación con la labor desarrollada durante el pasado año, señaló que en la etapa se prepararon 940 secretarios generales, de los mil 64 que en el territorio asumieron la responsabilidad, y mencionó como una de las debilidades la poca atención que, en ocasiones, brindan algunos sindicatos a las estrategias de capacitación, lo cual se refleja en los bajos índices de asistencia y permanencia de los estudiantes seleccionados.

En este sentido, el Máster Carlos Manuel Reyes, director de la Escuela Provincial de Cuadros Sindicales Julio Antonio Mella, de La Habana, manifestó que existen múltiples razones que impiden el cumplimiento de los programas en las aulas elementales de base (el eslabón primario del sistema).

Según su consideración el componente fundamental es la no prioridad que se le da a la preparación de los dirigentes sindicales (renovados o no), quienes en muchos casos desconocen cómo dirigir una organización de masas con tanta responsabilidad. “La capacitación —precisó— se va posponiendo y queda en la mayor parte de las ocasiones en último plano o fuera de lugar”.

Entre otras dificultades, agregó que otra razón es que “las administraciones no autorizan la salida de los trabajadores-dirigentes a pasar los cursos porque ocupan puestos clave, las gestiones de quienes deben organizarlos son insuficientes, y tampoco son planificados en horarios y lugares adecuados.

Al abordar las debilidades en la labor de instrucción y preparación sindical, Regla insistió en que hay muchas tareas, “todas son importantes, pero resulta imprescindible determinar lo esencial, concentrarse en las prioridades como ha llamado Raúl en varias ocasiones, y saber que la capacitación de la base es premisa y a la vez resultado”.

Puso el ejemplo de las organizaciones de base ya constituidas en el sector no estatal, y aseguró: “Hay que pensar en una capacitación personalizada, que se corresponda con los tiempos actuales. Cuando hablo de aula elemental no estoy pensando en las cuatro paredes, sino en nuevas formas, vías, acciones, capacitar en función de lo que cada cual necesita.

“Entonces, la mayor debilidad está en que la gente no se acostumbra de la misma manera al cambio, aunque hay muchas cosas que deben ser continuidad. No podemos seguir llegando a la gente por coyunturas, sino a través del trabajo persona a persona, un método que está vinculado a la educación política e ideológica.

“Capacitar es dar un grupo de herramientas y contenidos para un mejor hacer, para que ese secretario de sección sindical realmente se convierta en un educador, en un defensor y en un representante de los trabajadores. Esa es nuestra misión”, enfatizó.

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