Cascabel para enemiga silenciosa

Cascabel para enemiga silenciosa

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Entre las enfermedades profesionales en Cuba están las asociadas con la exposición a plaguicidas y fertilizantes. Foto: Agustín Borrego
Entre las enfermedades profesionales en Cuba están las asociadas con la exposición a plaguicidas y fertilizantes. Foto: Agustín Borrego

Por: Vivian Bustamante Molina

Un reciente informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) señala que aunque las enfermedades profesionales causan un número de muertes seis veces mayor que los accidentes laborales, estos últimos reciben la atención más significativa.

Cuba no está ajena al llamado para generar conciencia sobre la gravedad de lo que se considera una epidemia silenciosa. Por ello y también en función de la salud y la protección del trabajador moviliza a equipos multidisciplinarios, que luego de un estudio minucioso avalan esos padecimientos, de los cuales hay 32 identificados en nuestro archipiélago.

Es una cifra similar a la de las listas que cada país entrega a la OIT, y deben reflejar las dolencias más recurrentes en la relación causaefecto, provocada por la exposición a determinado peligro laboral y una afección específica.

Diagnosticarlas necesita una investigación detallada, y en ello existe reconocido aval para el Instituto Nacional de Salud de los Trabajadores (Insat), adscripto al Ministerio de Salud Pública (MINSAP). Fue creado el primero de diciembre de 1978 con otra denominación, pero con idéntica esencia que la actual: realizar tareas investigativas y docentes, brindar atención especializada y considerar casos de litigio médico.

Trabajadores acudió a dos expertos de esa institución, para indagar acerca de los derroteros de la rama, haciendo énfasis en la prevención, que siempre será más eficaz y menos costosa que el tratamiento y la rehabilitación.

Pesquisa con métodos científicos

La actividad pericial no solo compete a los criminalistas. En el diagnóstico de enfermedades profesionales vale igualmente el quehacer detectivesco, pues se requiere evaluar muy bien las condiciones de labor, aseguran los doctores Ibis Fernández Díaz, vicedirectora de asistencia médica, y Juan Antonio Castellanos Ortiz, especialista de II grado en Medicina del Trabajo.

Son análisis con métodos científicos, que pueden tardar meses. Muy pocos padecimientos adquiridos en el trabajo son prescritos de manera fácil, de ahí que se tengan en cuenta criterios clínicos, ocupacionales, higiénico-epidemiológicos, de laboratorio y legales.

Y si bien es cierto que han desaparecido algunos factores de riesgo, surgen otros a tono con el propio desarrollo tecnológico y social. Por eso los entrevistados confirman que está en revisión la lista de la Resolución conjunta sobre enfermedades profesionales, aprobada desde 1996, entre el MINSAP y el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.

“Es posible que se incluyan otras, por su reiterada ocurrencia o por el dictamen de estudios higiénico- epidemiológicos”, precisa la doctora Ibis Fernández.

Son múltiples los agentes causales de enfermedades profesionales, pero todas tienen en común que pueden evitarse o aliviarse, si se cumplen las medidas de protección, aseguran los doctores del Insat, Ibis Fernández y Juan Antonio Castellanos. Foto: César A. Rodríguez.
Son múltiples los agentes causales de enfermedades profesionales, pero todas tienen en común que pueden evitarse o aliviarse, si se cumplen las medidas de protección, aseguran los doctores del Insat, Ibis Fernández y Juan Antonio Castellanos. Foto: César A. Rodríguez.

Para obtener dichos resultados deben imbricarse los aportes del Insat, de todas las provincias y municipios, a partir de la atención primaria, y de centros especializados. Todo ello garantiza la previsión, detección y cuidado de las afecciones que aparecen más repetidamente.

La costumbre nubla la percepción de riesgo

Cuba ha suscrito convenios internacionales en seguridad y salud del trabajo. Asimismo, la Constitución de la República, y varias leyes y disposiciones, reconocen la obligación de proteger al trabajador y la prevención.

Sin embargo, se estima que falta bastante camino por recorrer para sentir satisfacción en la materia y ello depende en grado sumo de cuánto se haga donde comienza la batalla, en la base.

No siempre las administraciones y los sindicatos actúan con la rapidez y exigencia indispensables para evitar males mayores. Buena cuota de responsabilidad recae en los trabajadores, quienes en reiteradas ocasiones justifican el desuso de los medios de protección alegando que son incómodos, y los colocan al lado de su puesto o en el peor de los casos, yacen guardados en las taquillas.

La literatura consultada y los versados en el tema aseveran que gran parte de las enfermedades ocupacionales son evitables si se garantiza el cumplimiento de lo establecido, y por ejemplo, son acatadas las instrucciones para el manejo de la maquinaria o son verificadas las condiciones para desempeñar las funciones. Esa es la educación sanitaria.

Tales mensajes, subraya la doctora Ibis, pueden divulgarse a través de materiales didácticos que posee el Instituto y están a disposición de los interesados. “Sugerimos mostrarlos por áreas, incluirlos en un punto de la asamblea sindical”, afirma.

En la conversación se aborda un elemento que consideran trascendental, los chequeos preempleo y periódicos, vistos por muchos como mera formalidad y tan importantes con vistas a conocer el estado de salud del trabajador.

Es frecuente que las comisiones de peritaje médico enfrenten el dilema de cuándo comenzó una enfermedad, pues falta en el expediente el examen que debieron pedirle al tratar de iniciar el vínculo laboral, comenta el doctor Juan Antonio Castellanos.

Las administraciones, señala, infringen la indicación de los chequeos regulares, para determinar si la persona mantiene sus aptitudes, lo cual depende del tipo de empleo y de inseguridad a que está expuesta.

Muy vinculado con ese análisis preventivo aparece el examen de reintegro al puesto ocupacional. “Ocurre frecuentemente que el accidentado o enfermo, cuando se reincorpora una vez vencido el certificado médico, no presenta uno de alta, y corresponde exigírselo, para conocer si conserva sus facultades, objetivo que también persigue el peritaje”, acota.

Puertas abiertas

Tamaña responsabilidad de las administraciones, sindicatos y los propios trabajadores tiene en el Insat un permanente aliado. Para su colectivo resulta decisivo, que los logros científicos en la atención médica y la docencia sean divulgados y lleguen a todos los colectivos laborales.

Con ese fin, expresan los entrevistados, realizan acciones de promoción, publican una revista con frecuencia semestral y sistemáticamente actualizan su página web.

Y van más allá. Cuentan con una base de datos, válidos para profesionales de la salud, investigadores y trabajadores; en tanto la biblioteca atiende cualquier necesidad de información en la materia.

Son alternativas potenciales para sensibilizar y actuar en aras de reducir los riesgos y las dolencias profesionales, que generan altos costos, lo cual justifica por sí solo, el énfasis en la prevención.

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