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Los obreros de la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) El Tezón, de Ciego de Ávila, alcanzan lo imprescindible para el bienestar de su familia. Un ejemplo de laboriosidad bien retribuida es el de Fernando Planché Ortega, quien en el último balance económico anual recibió más de 20 mil pesos, aparte del anticipo de salario y la estimulación monetaria mensuales.
Además del consagrado trabajador agrícola, y sus compañeros de faena Rafael Quiala y Pedro Ponce, están muy productivas las plantaciones de guayaba enana, a las cuales, solo ellos tres, le realizan todas las atenciones culturales en el campo 5152, de la finca 16.
Aseguran estos hombres que no hay, en las áreas pertenecientes a la empresa agroindustrial Ceballos, matas que superen en la parición a las de El Tezón. El rendimiento total alcanza las 49 toneladas por hectárea, varios campos llegan a las 70.
Tal “explosión” posibilita superar los volúmenes planificados de la fruta fresca contratados con las industrias, el Turismo y los establecimientos de la empresa de Acopio para la venta a la población.
No obstante la solvencia económica de la UBPC, gracias a la eficiencia que aporta utilidades ascendentes a medio millón de pesos en lo que va de año, un reciente análisis se encauzó hacia las reservas productivas y el funcionamiento sindical, durante la discusión del Documento Base del XX Congreso de la CTC.
“Si queremos tener más, hay que hacer más”, dijo Ángel Rodolfo Riverón Rodríguez, administrador de la entidad, y subrayó: “Aquí todos estamos sindicalizados, esta es una fortaleza y la otra radica en las soluciones que le dan los trabajadores a los problemas de la producción, por eso desde su constitución nuestra unidad es rentable”.
Otro afiliado a la sección sindical enfatizó que “si no producimos más es por las malas condiciones de la maquinaria”. Influye también el alza de los precios de los insumos, tal como el Plural que es un insecticida integral para el control de las plagas de los cítricos y cada litro cuesta 98 CUC, según informó Riverón Rodríguez.
Con esos obstáculos, pero sin desánimo, producen también viandas y granos para el autoabastecimiento. En tal sentido, Raimundo Navarro Fernández, miembro del secretariado nacional de la CTC, elogió al colectivo y destacó entre sus éxitos la modalidad de pago por los resultados finales del trabajo.
“Muchos colectivos del país –enfatizó– aplican el sistema de ingresos menos gastos, por indicadores generales y específicos, insuficientes aún; la solución del salario dependerá del incremento de la productividad, de un desempeño económico eficiente y otros aspectos mencionados en el documento base”.
Danilo Crespo Sánchez, elegido precandidato a delegado al XX Congreso de la CTC y a su Consejo nacional, abogó por la revitalización de la estimulación moral y material “para cuando llegue el período vacacional, el obrero agrícola destacado pueda disfrutar en la playa, junto a su familia”, ejemplificó y su intervención cerró el debate para reanudar allí las habituales labores en la agricultura.
Los estimulos tienen que estar presente en cada una de las actividades de trabajo, es imprescindible que esto ocurra. El o los mejores trabajadores deben recibir el premio de su centro, por los resultados.
Hemos fantaseado demasiado con un concepto que puede ser extraordinario, pero que en tiempos donde el dinero es necesario e imprescindible para vivir, los estimulos materiales tienen y deben estar presentes en cada momento que se necesite y requiera. Ud ve como senala un trabajador, el costo de los insumos se incrementa, tambien el costo de la maquinaria, si un hobre no tiene resultados que le satsfagan sus necesidades, que pueda al menos disfrutar de unos deias de merecido descanso, para que entonces quiere trabajar.