Buen tiempo en La Coloma

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Acostumbrados a vivir del mar, los habitantes de La Coloma, pueblo ubicado a unos 20 kilómetros de la ciudad de Pinar del Río, conocen y respetan, como pocos, el arte de la pesca. El asentamiento creció y mejoró con la Revolución, apoyado en la Empresa Pesquera Industrial La Coloma (Epicol), centro de ayuda y sustento del lugar, gracias al vínculo sostenido de sus directivos y trabajadores con las instituciones de la comunidad. Un recorrido con motivo de la Jornada del Innovador en la provincia, constituyó un momento propicio para constatar el impacto de la empresa en los diversos centros educacionales y en los habitantes.

Los innovadores de la empresa realizaron importantes trabajos de reparación a la embarcación Argus III Fotos: Del autor
Los innovadores de la empresa realizaron importantes trabajos de reparación a la embarcación Argus III
Fotos: Del autor

La impronta de Epicol

La empresa aporta todos los años entre 20 y 27 millones de dólares a la economía nacional, sustentada, principalmente, en la captura de la langosta, además de otras especies de escamas. Sus indicadores, las condiciones de trabajo y la calidad de sus productos le confieren prestigio a nivel nacional y mundial. La mayoría de sus trabajadores viven en el poblado del cual toma su nombre, aunque la empresa posee otros centros de acopio en diversos lugares de la región occidental.

“Somos la empresa pesquera más importante del país y aportamos más de 2 mil toneladas de langosta. Llevamos casi ocho años sin recibir una reclamación en el mercado internacional por la elevada calidad de nuestros productos”, afirma el dirigente sindical Alberto Gandoy Menéndez, trabajador de Epicol desde 1980.

Más allá del orden puramente económico, uno de los aspectos relevantes es la unión con la comunidad y la conciencia de cuánto una industria de este tipo puede influir en la calidad de vida de los pobladores y en el imaginario popular. Las  Expo-Anir  realizadas en cada centro en saludo a la Jornada, principalmente en las escuelas, contaron con dibujos y trabajos de los estudiantes, con referencias a las instalaciones de la empresa y sus labores.

“El factor fundamental de la comunidad es el combinado pesquero, pues ayuda en educación, salud pública y a resolver otros problemas de la población”, añade Gandoy Menéndez.

Desde que se aprobara en los años 90 el pago en divisas a los trabajadores de la pesca, estos han aportado un porcentaje de su sueldo – establecido en la actualidad hasta un 3 % –  para ayudar a la población. Todos los años, además, contribuyen con alrededor de 6 mil dólares para el programa Materno Infantil. Otros centros beneficiados han sido el policlínico, el círculo infantil – al cual se le compraron algunos ventiladores –  y la escuela  especial Marina Azcuy, que ha recibido ayuda mediante la compra de equipos electrodomésticos y jabones, entre otras cosas.  Asimismo, la empresa potencia el movimiento cultural del poblado.

Las claves del buen funcionamiento se hallan en la colaboración entre dirección, sindicato, trabajadores y población, la cual encausa la potencialidad de transformación de la empresa en la comunidad. El papel de los propios trabajadores en el mantenimiento de sus equipos ha permitido conservar en funcionamiento la industria.

Las innovaciones

“Ha habido un mejoramiento en el aseguramiento de los materiales para mejorar la empresa. Desde hace unos cuatro años par acá, incluso se le ha puesto, todos los años, casi 1 millón 700 mil pesos en inversiones (piezas de repuesto, motores, cámaras),  pero los innovadores han sido importantes para que hoy no exista ningún proceso detenido”, asegura Javier Suárez, director de la Epicol.

Ciertamente, la empresa es uno de los centros más eficientes de la provincia en el trabajo con los innovadores. Las características de la industria, las condicionantes impuestas por los ciclos de trabajo – por ejemplo la captura de la langosta comienza en julio y termina en febrero – obligan a los innovadores a estar alertas para afrontar las reparaciones de las flotas de barcos y demás problemas. Tal es el caso de las reparaciones realizadas al barco Argus III y los trabajos en la planta de hielo, los cuales ahorraron miles de pesos al país.

“Epicol es una de las mejores en la innovación y el pago a los innovadores. El efecto económico en este año está calculado en unos 2 millones de pesos”, afirma Jesús González Acosta, presidente del Buró Provincial de la Anir en Pinar del Río.

El trabajo potenciado por la Anir rinde frutos, pues la empresa ha transmitido su experiencia a otros centros de la comunidad. Materiales empleados por la industria, como plástico, cartón y papel, sobrantes del proceso industrial, son donados y empleados por otras instituciones para suplir carencias. Juguetes y medios de enseñanza del seminternado José Luis Tasende, el centro mixto Filiberto Acanda, el círculo infantil, el Combinado Deportivo No. 5  y la escuela  especial Marina Azcuy, son elaborados con dichos materia prima.

“Muchos de los materiales nos los brinda la empresa, además de ayudarnos con la compra de cosas necesarias”, asegura Yanelis Castro Hernández, directora de la escuela especial.

Materiales empleados por la industria, como plástico, cartón y papel, sobrantes del proceso industrial, son donados y empleados por otras instituciones para construir juguetes y medios de enseñanzas.
Materiales empleados por la industria, como plástico, cartón y papel, sobrantes del proceso industrial, son donados y empleados por otras instituciones para construir juguetes y medios de enseñanzas.

Razones de un triunfo de todos

El éxito de Epicol se sustenta en el esfuerzo de todos sus trabajadores y la efectiva relación entre el sindicato y la dirección. Afrontar las dificultades a tiempo y la preocupación por las condiciones de los trabajadores, su salud, así como la de la comunidad, desbroza el camino hacia los buenos dividendos.

“El director todos los lunes valora el estado de los enfermos, atiende a todos y asiste mucho a las zonas de pesca. El sindicato ha transformado la industria pesquera gracias, en parte, al trabajo de Yusleivy – se refiere a Caso Hernández, secretaria del Buró Profesional de Epicol – y la compañera Idarba Ruiz- Organizadora del Sindicato de Alimento y Pesca- , quienes van a las zonas de pesca y trabajan con los pescadores. Los jefes dan el ejemplo y por eso los trabajadores responden a cualquier llamado”, afirma Gandoy, ejemplo entre sus compañeros y la comunidad.

Además de la atención al hombre, la remuneración por las innovaciones y la gratificación por ayudar a la población, el estímulo por el trabajo es uno de los incentivos para la productividad.

“Con los resultados del  2012 se aprobó una estimulación que no excediera de los tres salarios- se nos aprobó una cifra de estimulación de unos 1 millón 800 mil pesos-, un resultado alentador, pero para el año 2014 se está planificando que no exista tope,  sino estimular hasta donde sea capaz de producir eficientemente. Es un cambio importante, aunque nuestra empresa, por sus utilidades altas, puede seguir dando más estímulos”, añadió Javier Suárez.

Diversificación en La Coloma

Como parte de un proceso de diversificación industrial, la empresa pretende poner en funcionamiento una planta que estaba cerrada hace más de 20 años, conocida como La Conservera, y que permitirá la producción de hamburguesas, salchichas y embutidos. “También se pretende aprovechar hasta los desperdicios de pescado, proceso mediante el cual podrían obtener hasta 900 mil dólares al año y poner en funcionamiento, nuevamente, la producción del bonito en conserva, aunque no en lata, sino en bolsas de aluminio, un proceso más eficiente, con una duración de conservación de dos años”, añade Suárez.

Epicol se consolida como empresa en lo económico y en su aporte a la comunidad. Su rendimiento, la efectiva utilización de los recursos, la innovación y el vínculo con la comunidad es un buen ejemplo de lo que podría ser la empresa modelo necesaria para una economía en actualización. En La Coloma, desde hace un buen tiempo.

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