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La primera sentencia del brasileño Ricardo Young, no más iniciar nuestra plática, fue que en el mundo empresarial “ganancia por la ganancia es un crimen de lesa humanidad; por eso desarrollamos el concepto de que la sostenibilidad en la gestión económica es un eje central para el desarrollo.”
Young, fundador del Instituto Ethos, trajo al primer Congreso Internacional sobre Gestión Económica y Desarrollo esa nueva concepción en el mundo de hoy, cuya definición más acabada está en las teorías del Premio Nobel de la Paz (2006), Muhammad Yunus, de Bangladés.
En un momento en que las emisiones de gases de efecto invernadero van en constante aumento y el deterioro ambiental compromete cada vez más la vida humana, principalmente en los países en desarrollo, las valoraciones de Young ganan espacio.
“La felicidad no depende exclusivamente del producto interno bruto (PIB); la correlación entre consumo y bienestar llega solo hasta un punto. ¿Cuál es el modelo de desarrollo que necesitamos en un mundo que reclama una creciente sostenibilidad?”, se preguntó nuestro entrevistado en el Palacio de las Convenciones durante la conferencia magistral que ofreció durante la inauguración del congreso que hoy concluye.
“El sistema capitalista de desarrollo ―dijo― está muy ligado al crecimiento del PIB y nosotros como empresa de responsabilidad social no priorizamos la ganancia financiera, sino el valor que creamos, la relación que establecemos con todas las partes y lo que revertimos al medio ambiente en busca de una mayor sostenibilidad.
“Luego del huracán Katrina ―continuó―las entidades aseguradoras y el capital financiero internacional comprendieron que el cambio climático les traería cada vez mayores perjuicios; es cierto que las políticas neoliberales contradice lo anterior, pero cada vez pierden más espacio.
“La responsabilidad social de la empresa es una forma de gestión que se define mediante el establecimiento de metas compatibles, precisamente, con la sostenibilidad, visto esta como la capacidad de continuidad en un largo plazo”, indica.
“Asimismo ―destaca― preconizamos un cambio de cultura en cuanto al manejo sustentable, innovación y nuevas tecnologías, nuevo marco legal y regulatorio, y algo de suma importancia: una verdadera revolución en los valores que creamos.
“Somos diferentes a una entidad con fines de lucro, pues el beneficio una vez que cubrimos las principales obligaciones lo dedicamos a reinvertirlo para mejorar el producto, esa es nuestra misión social”, dijo.
El Instituto brasileño Ethos, del cual Young es fundador, se inició hace más de una década con solo 11 empresas y ya hoy agrupa a más de mil 200 entidades dedicadas a las más diversas actividades, entre ellas energía, salud, alimentación y otras.
Claro, no es que esa institución no piense en las ganancias, porque asegura nuestro entrevistado: “tenemos que satisfacer rubros de suma importancia en la vida de nuestros trabajadores: salario, asistencia médica y otras facilidades, pero el excedente es reinvertido sustentablemente.”
Al inquirir acerca de algunas ventajas de las llamadas empresas de responsabilidad social con respecto a otras entidades, Young subrayó la disminución de los conflictos laborales, crece la imagen institucional y la sustentabilidad del negocio a largo plazo.
“Es que una vez que logramos incorporarnos a un objetivo, digamos forestal, llegamos a alcanzar relaciones especiales con las personas que convivían en esas áreas, y como revertimos allí todo el excedente de nuestras ganancias, esas personas llegan a considerar la empresa como algo familiar, dadas las ventajas que han ido obteniendo.”
Finalmente, el economista, cuya labor le permitió obtener unos 4 millones de votos cuando hace unos 3 años se postuló para senador por el estado brasileño de Sao Pablo, significó las grandes ventajas que a su entender tenía nuestro país en asuntos de empresas socialmente responsables.
“Creo que en Cuba el concepto de empresas socialmente responsables tiene una enorme oportunidad; la isla tiene la posibilidad de demostrar un sistema de desarrollo sustentable si se logra liberar la capacidad creadora y emprendedora de la sociedad”, puntualizó.
