En defensa de su verdadera esencia

En defensa de su verdadera esencia

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Todas las instalaciones hoteleras de la provincia han sido ambientadas por artesanos del FCBC.Fotos: Vicente Brito.
Todas las instalaciones hoteleras de la provincia han sido ambientadas por artesanos del FCBC.Fotos: Vicente Brito.

Romper los estigmas capaces de falsear entre la vox pópuli su verdadero objeto social ha constituido, desde los inicios, un enfoque de trabajo para la Filial del Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC) en Sancti Spíritus.

“Durante años nos interpretaron como capital privado, asociación no gubernamental, persona jurídica independiente y un sinfín de calificativos que franqueamos con acciones diarias para dar a conocer y afianzar nuestra verdadera naturaleza: la de empresa estatal Socialista”, aclaró Isabel Cristina Jiménez, asesora jurídica del FCBC en el territorio.

Trabajadores indaga en el interior de la estructura y pone en claro los servicios ofrecidos por una comercializadora que abre su espectro y solo en 2012 aportó más de 28 millones de pesos al país.

Tocando el Fondo…

Aunque surgió como entidad de la cultura el 4 de junio de 1991 en esta central provincia, no es hasta una década después que establece su condición de empresa. La concepción primigenia carecía de respaldo legal que permitiera al FCBC comercializar artes plásticas aplicadas; esa actividad la asumían personas naturales al margen de las ordenanzas, por tanto, muchos valores culturales escapaban de la isla sin control alguno.

“En ese contexto nacemos como institución, debíamos agrupar y legalizar las producciones artísticas; luego oficializaron la formación de colectivos creadores (1998), cuyos integrantes tenían intenciones comunes y unían empeños para fabricar al por mayor.

“Las ganancias ostensibles procedentes del talento artístico permitieron que tiempo después nos erigiéramos como empresa, al igual que otras como Artex, la Egrem y Atrio, todas con la responsabilidad de sostener con sus ingresos al Ministerio de Cultura”, rememoró Roberto Ponce de León García, director de la filial espirituana.

El Registro Nacional del Creador, subordinado al Consejo Nacional de las Artes Plásticas y este al propio Ministerio de Cultura, deviene instrumento lícito donde están inscritos todos los asociados que proveen con su quehacer al Fondo. A través del mencionado mecanismo reglamentario, el personal certificado se asocia en las relaciones contractuales y de comercialización con la entidad.

“Los graduados de escuelas de arte se incluyen en el documento referido por derecho propio, una vez concluido su servicio social. Por otra parte, pueden optar por registrarse los miembros de la Asociación Cubana de Artesanos y Artistas (Acaa) y algunos casos excepcionales de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), todos ellos a través de un riguroso proceso de crecimiento, cuyo último filtro responde a la única persona facultada para la aprobación definitiva: el Ministro de Cultura”, informó a Trabajadores Isabel Cristina Jiménez.

  Pero, detrás de un entramado complejo de estructuras y membresías aparece un organismo del Estado, muchas veces desligado de él por la equívoca interpretación de voces populares, e incluso, de algunas oficiales.

Según la asesora jurídica: “La cotidianidad nos ha llevado a sortear limitaciones impuestas hasta por entidades ministeriales que niegan la esencia del FCBC y rehúsan la posibilidad de negociar con nosotros. El constante envío de correos electrónicos, el trabajo cara a cara con los clientes y las iniciativas o la divulgación por diferentes medios acerca de cuánto podemos ofrecer, resultan algunas acciones para minimizar los obstáculos”.

Con un estilo propio

El Fondo exporta bienes creados en sus talleres hacia países como Nicaragua, República Dominicana, España, Venezuela e Italia.
El Fondo exporta bienes creados en sus talleres hacia países como Nicaragua, República Dominicana, España, Venezuela e Italia.

La muestra Por el confort de tu instalación  irrumpió en el ámbito espirituano hace unas semanas para reforzar la imagen del FCBC y establecer futuras negociaciones con posibles clientes. El rescate de este tipo de eventos después de cuatro años evidenció las capacidades para sustituir importaciones y exhibió el potencial creativo-productivo del centro.

“Presentamos artículos de difícil adquisición en el mercado nacional, cuya importación supone pagar tres veces su precio; sin embargo, podemos fabricarlos y ofertarlos, hablo por ejemplo de los instrumentos musicales. La expo promovió un poco la ampliación del objeto social del FCBC aprobada recientemente por las máximas instancias del país”, afirmó Ponce de León.

De acuerdo con el funcionario, entre otras cosas, la apertura les hace retomar el servicio de ambientación de interiores o exteriores y consiente la comercialización de la actividad de diseño. Para ello cuentan con un grupo de profesionales que a pedido del cliente (persona natural o jurídica) desarrollan estudios del espacio para lograr una decoración ajustada a los gustos estéticos del solicitante, siempre coherente con la función y  características del lugar.

“Esta vía facilita a las personas naturales la legalización de sus bienes, pues quien desee abrir una paladar, un hostal o cualquier otro establecimiento tiene que amueblar y decorar; si el usuario opta por los servicios de la empresa, tendrá respaldo legal y podemos negociar los precios, sin afectar los márgenes comerciales dispuestos”, acotó el director del FCBC en Sancti Spíritus.

Más de 200 clientes de todas las esferas económicas afianzan el sello de costumbres y contemporaneidad que imprime la comercializadora a sus productos. El mobiliario para la restauración de avenidas y paseos de todo el país, la ropa y calzado para el personal de la mayoría de las empresas eléctricas y la decoración de todas las instalaciones turísticas de esta central provincia engrosan la lista de pedidos del Fondo.

Durante años, las oficinas de historiadores y conservadores demandan artículos fabricados por artistas espirituanos, entre ellos, los ladrillos empleados en la reparación del centro histórico de La Habana o las tejas criollas hechas manualmente, cuyo último destino fue la restauración  de la Casa Museo del Mayor Ignacio Agramonte en Camagüey.

“Aunque contamos con una cartera amplia de usuarios, mantenemos la búsqueda de estrategias para incorporar a otros igualmente importantes, como Gaviota, por ejemplo, que nunca ha comercializado con la entidad. Nuestra constancia apela al papel que las máximas autoridades del país le confieren al FCBC, pues constituimos un modelo para demostrar cómo deben funcionar las relaciones entre el Estado y el sector privado, sobre todo por la rentabilidad lograda con el tiempo”, afirmó Isabel Cristina Jiménez.

Un mercado seguro de moblaje de exteriores y de fibra en Francia, exportaciones dirigidas a España, Nicaragua, República Dominicana, Venezuela e Italia y la participación en ferias internacionales (México y Brasil) afianzan a la comercializadora cuyo plan de ingresos para este año asciende a casi 2 millones de pesos convertibles (CUC).

El FCBC es una estructura con “mente” empresarial y espíritu moldeado por costumbres, tradición y contemporaneidad. Su solidez destila estilo propio y se erige sin abandonar los preceptos socialistas; y aun cuando debe lidiar con el déficit o la carestía de las materias primas ha buscado alternativas y sorteado los entendimientos obstinados  para defender a ultranza su esencia.

 

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