¿Retirase a los 90?

La discusión del Anteproyecto de Ley Código de Trabajo con todos los trabajadores en la base, evidenció la voluntad política fortalecer y rejuvenecer el socialismo con el pueblo como protagonista. El proceso proporcionó una ayuda muy importante a los especialistas, porque hizo visibles aspectos a tener en cuenta para redactar una ley efectiva. Como parte de un seguimiento constante a las asambleas, Trabajadores palpó algunas preocupaciones en el sector tabacalero en la provincia Pinar del Río, donde se siembra hoy más del 70% de la hoja en el país, lo cual convierte al territorio y la actividad económica, en un foco de atención destacado.

Las disposiciones referidas a los tipos de Contratos de Trabajo, correspondientes al Capítulo III, Sección Segunda, despertaron inquietudes entre los integrantes del sector. El establecimiento de los tipos de contrato en Determinados e Indeterminados, haría desaparecer un tipo de trabajador característico, fundamentalmente, del ramo: el cíclico, un trabajador, como en el caso del tabaco, cuya actividad se realiza en períodos específicos y no todo el año. Esto pudiera influir, negativamente, en la edad de jubilación de miles de trabajadores, principalmente, pertenecientes a las escogidas, y podría incidir negativamente, en la existencia y disposición de la fuerza de trabajo necesaria para favorecer la cadena productiva.

Trabajadores cíclicos

De aprobarse como está reflejado en el Anteproyecto, se derogaría-entre otras disposiciones- el Decreto no 283 del 6 de abril de 2009, Reglamento de la Ley de Seguridad Social, específicamente el artículo 214, el cual hace referencia a cómo definir los años de servicios en el caso de una actividad cíclica. Las características de la zafra de tabaco condicionan que algunas de sus actividades no se realicen durante todo el año, como el caso de las labores de Acopio y Beneficio del Tabaco- entre las cuales se encuentran las Escogidas, Despalillos y la Industria del Torcido- determinando el carácter cíclico de esta actividad.

“Un planteamiento casi generalizado en todas las asambleas del sector en Pinar del Río es la preocupación respecto a lo que se plantea en el artículo 26, capítulo 3 del Anteproyecto, sobre los tipos de contrato. Antes, a los trabajadores vinculados al beneficio del tabaco, principalmente en las escogidas, se les reconocía el ciclo-unos seis meses aproximadamente- como un año de trabajo para la jubilación. Si se fija los tipos de contrato en determinado e indeterminado, desaparece el trabajador cíclico y se ven afectados muchos, en su mayoría mujeres, que están vinculados directamente al banco en las escogidas”, expresa Ramón Fernández Castro, secretario General del Sindicato Tabacalero en la Provincia.

El artículo 214 establece cómo llevarle estos ciclos a años productivos. Pueden ser nueve meses o diez meses de trabajo en el año, pero todos los ciclos se suman y se dividen entre el número de ciclos. Diez ciclos serían el equivalente a diez años de servicio, válidos para llegar a los años de jubilación.

“En el caso del beneficio del tabaco en Pinar del Río, no siempre se ha podido lograr que exista trabajo todo el año. El ciclo del beneficio termina, los trabajadores toman sus vacaciones y después se incorporan al proceso de la campaña verde del tabaco. Pero siempre, cuando se suman los ciclos trabajados, esos meses del beneficio y la cosecha, nunca llegan a los 11 meses de trabajo, más las vacaciones del año normal”, afirma Juan José Crespo Rodríguez, Técnico en Gestión de Recursos Humanos de la Dirección Técnica de Tabaco en Pinar del Río.

Los principales afectados por la derogación serían, en su mayoría, mujeres, pertenecientes al total de 124 escogidas de la provincia, pues los trabajadores de los Despalillos- casi en su totalidad- una vez que finaliza el período de seis meses, tienen trabajo para mantenerse activos y tributar a sus años de jubilación.

La plantilla necesaria de operarios al banco-como se denomina a los trabajadores que laboran directamente en las labores de escogidas- para la campaña en Pinar del Río en el año 2013 se calculó en 5977 personas; si a estos se les suman otros operarios del beneficio del tabaco, como seleccionadores y gavilleros, etc, la cifra entonces, rondaría los 9000 trabajadores, posibles afectados por las nuevas disposiciones. La puesta en práctica podría duplicar o triplicar, en algunos casos, el tiempo de trabajo necesario para que un trabajador cumpla con los años de servicios que dan derecho a la jubilación.

“Si se deroga este artículo, los trabajadores del beneficio deberían ajustarse al ciclo normal del año de 365 días y ellos no  cumplen este requisito. Entonces, tendrían que trabajar después de los 65 años, hasta 7 u 8 años más para jubilarse, hasta que completen los 30 años”, añade Crespo Rodríguez.

¿Quiénes son los afectados y cuáles las consecuencias?

El cultivo del tabaco se realiza en todos los municipios pinareños, aunque San Juan y Martínez, San Luis y Pinar del Río, por ese orden, son los territorios con destaque en cuanto a calidad de la hoja se refiere. En estos sitios, el volumen de producción es mayor y está garantizado el trabajo en las escogidas durante mayor parte de la zafra; sin embargo, en territorios como Sandino y Mantua, las labores se limitan, en ocasiones, hasta tres o cuatro meses. Los trabajadores necesitarían, entonces, no dos sino tres años para completar un año válido para la jubilación.

No obstante, otras dificultades complican la búsqueda de una solución efectiva. Las dificultades para encontrar empleo propician irregularidades en la contratación, que además de afectar directamente la cuestión del sueldo, también incide en la jubilación.

“Estos trabajadores viven en zonas en las cuales no hay muchas otras fuentes de trabajo y pasados seis meses, tendrían que salir a buscarlo. Al contratarse con cuentapropistas o campesinos durante un corto período de tiempo, la ley obliga al trabajador a registrase en la ONAT. Muchas veces  trabaja unos 15  días por aquí, otros por allá y hay lugares en los cuales no se te reconoce el trabajo y no va a la tarjeta SNC-225 para la jubilación”, explica Fernández Castro.

Además de los mencionados problemas que traería la desaparición del trabajador cíclico, el efecto dominó podría atacar directamente la zafra de tabaco y propiciar daños colaterales.

“Si el trabajador ve una posibilidad de trabajar en otra área de trabajo el año entero, entonces se nos podría ir y esto afectaría económicamente la producción de tabaco tan importante para el país, en momentos en los cuales queremos aumentar la cosecha y el rendimiento. Incluso, implantamos recientemente, una marca de 1,19 toneladas por hectárea, record en productividad para la historia de Pinar del Río y esto nos refuerza la necesidad de utilizar un grupo de trabajadores en el beneficio.

“Anteriormente, muchos de estos trabajadores, una vez terminada su labor en las escogidas, se incorporaban a trabajar en las cooperativas y con los campesinos. Esto  lo pagaba la empresa, y con esta movida, se mantenía una fuerza considerable, trabajando el año entero. Ahora, el campesino contrata lo que realmente necesite pues el pago debe salir de su bolsillo. Esto, sin dudas, hará escasear aún más el empleo, otro factor que perjudicaría a los operarios del beneficio”, señala Fernández Castro.

Ciertamente, un movimiento no  calculado correctamente, traería consigo un daño no solo a los tabacaleros, sino a la industria. La comunión de los planteamientos realizados en las asambleas de discusión y la opinión de los especialistas, avisan de la importancia de dirimir, adecuadamente, sobre el fin del tema. Para Crespo Rodríguez existe una solución viable: “Que se respaldara al trabajador cíclico de manera que tuviera acceso a la jubilación por los mecanismos tradicionales y no por lo que se propone ahora. Si no, el mecanismo nuevo le duplicaría quizás los años de servicio para jubilarse y podría traer consecuencias negativas para las labores en el tabaco.