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El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, prorrogó una vez más las sanciones comerciales contra Cuba.
La noticia, dada a conocer recientemente, confirma que por intermedio de un memorando dirigido al Secretario de Estado y al Secretario del Tesoro, el mandatario norteamericano ordenó mantener el bloqueo a la mayor de las Antillas.
Esta historia de odio contra el pueblo cubano no es nueva, a principios de la década del 60 del siglo pasado, el Departamento de Estado mediante un documento oficial proclamó la necesidad de imponerle a Cuba sanciones económicas que produjeran «el hambre, la desesperación y el derrocamiento del Gobierno».
De este modo el más poderoso imperio del mundo moderno impuso, y mantiene con obstinación, medidas genocidas a un pueblo, únicamente por defender el derecho de llevar a cabo una revolución social emancipadora la cual arrasó con siglos de injusticias y dominio foráneo.
La actitud de Obama confirma que sucesivas administraciones estadounidenses no han cejado un ápice en sus objetivos. Tampoco se han escatimado medios para materializar esta política criminal, aplicada mediante un complejo cuerpo de leyes, presiones de todo tipo sobre empresarios y gobiernos de terceros países, persecuciones obsesivas de cuanta actividad económica realiza Cuba en el exterior, así como a través de una colosal campaña de desinformación enfocada en falsear la realidad de esta nación caribeña.
El bloqueo es un mecanismo de presión y asfixia económica para privar a cubanas y cubanos de los medios fundamentales de subsistencia, y en el orden monetario sus huellas contra este país son multimillonarias.
Los del Norte le llaman embargo, con el interés de enmascarar lo que bien podría llamarse ahogo, crimen, asesinato. Nosotros, los de esta tierra soberana y bravía, los de la resistencia, bien sabemos el nombre que lleva.
Los precios triplicados para Cuba en el mercado mundial llevan la marca del bloqueo, las barreras para la adquisición de medicamentos, equipos y suministros médicos tienen el nombre de bloqueo, las limitaciones impuestas a nuestra nación para el intercambio con otros países en los planos comercial, financiero, académico, intelectual, científico y cultural no son más que bloqueo.
Pero aun así Cuba se alza, crece, se multiplica, rompe cadenas y logra sobrevivir con el intelecto y el ingenio del pueblo, puestos en función de mitigar las secuelas del bloqueo, y todavía tiene fuerzas y reservas suficientes como para irse por el mundo a entregar educación, salud, bienestar, vida.
A pesar de encontronazos procura perfeccionar su economía, y es abrumador la solidaridad que recibe del mundo, confirmado una y otra vez en la condena ante la Organización de la Naciones Unidas al bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba.
Qué bien si no hubiera bloqueo, pero si lo hay, pues adelante, aquí estamos los hombres y las mujeres de la resistencia.
Ya lo dijo el poeta y después de más de medio siglo de bloqueo norteamericano se reafirman sus palabras: Cuba va.
El gobierno y pueblo de cuba son fuertes y su programa revolucionario es todavía más fuerte, por lo tanto, el país vencido será siempre el de Estados Unidos. Cuba Cuba, Viva Fidel, Viva Raúl y Viva siempre su Revolución.