Misioneros de la Red

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Por Ana Margarita González y Rafael Hojas Martínez

Gilda Vega y Julián Gutiérrez encabezan la Red de Universidades en Solidaridad con los Cinco. Foto: René Pérez Massola
Gilda Vega y Julián Gutiérrez encabezan la Red de Universidades en Solidaridad con los Cinco. Foto: René Pérez Massola

Con el convencimiento de que “hay que hacer de todo, cada cual en su pedacito, para lograr que los antiterroristas cubanos regresen”, Gilda Vega y Julián Gutiérrez, anclaron en el Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría (Cujae) una red virtual para dar a conocer el caso y las características de cada uno de ellos y sus familiares.

Los antecedentes inmediatos de www.5heroes.cujae.edu.cu están en sitios que habían creado antes para promover la campaña por el regreso del niño Elián González y ofrecer información sobre Cuba; en la labor sistemática, en el diálogo cara a cara, en eventos internacionales y nacionales, y en la del Comité de Solidaridad creado en el centro en el 2003.

Seis meses después de su constitución, Gilda y Julián asumieron la coordinación de dicho comité. Ya él había establecido relaciones con un grupo de norteamericanos, en el cual estaba la abogada Cindy O´Hara, que vive en California, quien realizaba acciones de solidaridad con los antiterroristas; ella les envió una foto del amanecer tomada desde el malecón y cuatro de ellos le respondieron con cartas maravillosas de sus apreciaciones sobre el lugar.

“Le dijimos que les pidiera permiso para socializarlas y ellos respondieron que sus cartas eran patrimonio de la humanidad. Empezamos a intercambiarlas con trabajadores y estudiantes de la Cujae y también con alguna gente de afuera”, recordó Julián, quien labora hoy en el Departamento de Relaciones Internacionales de dicho centro universitario.

En el congreso Universidad 2006 “presentamos un trabajo sobre la formación de valores en los estudiantes y trabajadores de la Cujae a través del trabajo del Comité de Solidaridad, e hicimos una exposición de cartas y fotos de ellos en el lobby del Palacio de Convenciones. Fue visitada por muchísimos delegados, nacionales y extranjeros; la gente empezó a preguntarnos cómo podrían participar en ese intercambio”, añadió Gilda.

Esa respuesta del público los llevó a otro razonamiento: “Si los Cinco dicen que sus cartas son patrimonio de la humanidad, por qué las vamos a dejar en la Cujae”. La profesora de Física reseñó que entonces se propusieron crear la Red de Universidades en Solidaridad con los Cinco.

“Esta propuesta se discutió en nuestro consejo universitario, se elevó al consejo de dirección del Ministerio de Educación Superior y a la Asamblea Nacional, que la aprobó en febrero del 2007. Comenzamos con 203 miembros de cuatro universidades, quienes nos trazamos la tarea de difundir el caso en la red; hoy somos 7 mil 12 miembros de 81 países, de más de 400 universidades extranjeras y más de 200 organizaciones ligadas a la Educación Superior de Cuba; cada uno repite nuestros mensajes, llagamos a mucha gente”.

La voluntad de muchos

Todo este trabajo lo realizan Gilda y Julián y cada uno de los miembros del comité de solidaridad en tiempo extralaboral, por lo que ambos reconocen el apoyo de la institución que les permite utilizar tecnologías y medios para desplegar una labor tan ambiciosa.

“El sitio lo diseñó y lo operan trabajadores y estudiantes de la Cujae, incluso participaron educandos extranjeros, a algunos de los cuales hoy les echamos de menos porque concluyeron sus carreras y regresaron a sus países, desde donde siguen en la red”, afirmó Gilda.

Y continuó: “Inicialmente fue muy sencillo, pretendíamos tener un repositorio de cartas, mensajes, fotos (videos y documentales se agregaron después). Con el crecimiento del trabajo de la red nos dimos cuenta de que era insuficiente no solo desde el punto de vista tecnológico, sino para visualizar los materiales que colocábamos en la página; los muchachos reformaron el sitio que tiene archivos diversos, creo que tenemos el repositorio más grande de documentales que exista alrededor de los Cinco.

“La Cujae nos ha dado una posibilidad de almacenamiento grande, tenemos más de 6 mil fotos de las actividades de solidaridad que se realizan y mantenemos una actualización constante”.

Avanzada esa labor, los miembros no se conformaron. A finales del 2007 hicieron el primer encuentro de la red para debatir lo que habían obtenido. Los estudiantes plantearon que el proyecto tenía que ser más juvenil, atraer con otras opciones. Y en enero del 2008 surgió la Peña de los Cinco, que se desarrolla los terceros jueves de cada mes. Al decir de ambos, estos encuentros han fortalecido el movimiento de aficionados, permiten actualizar las informaciones sobre el caso y potenciar la formación de valores de nuestros estudiantes y trabajadores.

Gilda reconoce que otro de los logros más importantes de las peñas es la incorporación de la comunidad: jubilados, amas de casa, y hasta los pioneros de la única escuela de la localidad, que participan con sus iniciativas.

Como parte del apoyo que reciben para el trabajo de la solidaridad, ellos también reconocen que dos brigadas de la juventud comunista alemana trajeron una donación de computadoras, equipos de audio, luces, cables, impresoras, y con todo ello están montando un laboratorio y una biblioteca donde pretenden tener todos los libros de y sobre los Cinco.

Las cosas que nos llenan

Durante estos años, Gilda y Julián han desarrollado relaciones con los Cinco a través de cartas y llamadas telefónicas. “Algunas veces ellos nos han dado las gracias por lo que hacemos, pero les decimos que los agradecidos somos nosotros por la contribución que nos dan para formar a las nuevas generaciones”, asegura él.

El empeño por romper el muro del silencio trasciende la Cujae. Gilda no pierde tiempo y aprovecha cada oportunidad en que ha viajado al exterior por razones académicas para dar a conocer el caso de Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René.

Durante su reciente estancia en México, donde asistió a un evento científico, recibió la invitación para participar en un programa radial. Su primer pensamiento fue buscar la manera de abordar el tema, y lo logró cuando le preguntaron acerca de las características del cubano. Habló de lo solidarios que somos, de cómo luchamos por las causas justas y ahí ya estaban los Cinco.

También tuvo otro momento con un grupo de catequistas en una iglesia. “Comenzaron atacando, haciendo preguntas sobre los derechos humanos y la situación de los cubanos, y por qué se iban de Cuba.

“Ahí aproveché y les dije que no todos los cubanos se van porque yo vivo en La Habana y estoy loca por regresar, pero que me costaba trabajo entender que siendo ellas mexicanas se preocuparan por ese asunto cuando a diario a ellos les matan gente tratando de cruzar la frontera.

“Y les dije que ahora mismo tenemos en Estados Unidos a cuatro prisioneros políticos por los cuales estamos luchando, les hablé de sus características personales, de la labor que realizaron para prevenir a Cuba de ataques terroristas; después me abrazaron y prometieron que iban a acompañarme en esta lucha.

“Pero ese comportamiento no es extraño. Siempre sucede lo mismo cuando se trata de Cuba, por eso aconsejamos a los profesores de aquí que cuando tengan una oportunidad levanten el tema donde quiera que estén.

“Otra historia la hacemos con los estudiantes extranjeros, los preparamos para que enfrenten y nos representen en esta batalla cuando regresen a sus países.

“Recuerdo lo que sucedió con un estudiante salvadoreño invitado a un programa de nuestra televisión. Estaba muy preparado, abordó el tema de los Cinco y la causa que defiende Cuba con mucha claridad. Ese video lo colgamos en el sitio y su familia lo vio. Días después los padres le dijeron que debía tener cuidado cuando regresara allá y se bajara del avión, porque realmente ya estaba fichado con esas declaraciones”.

En trabajos como estos en que la gente no busca recompensas sino la defensa de causas justas, Gilda y Julián se sienten útiles al saber que trabajan por el bien de la humanidad. Hay una carta de Fernando que para ellos es emblemática porque les dice: “Algún día nos encontraremos en la Cujae, en un salón, en un aula, en un pasillo, y recordaremos juntos las cosas por las que hemos luchado”.

Sin embargo, en otra misiva Ramón les subió la parada cuando les anunció: “Ustedes sigan trabajando, cuando regresemos y estemos en casa, veremos qué causa justa enfrentaremos juntos desde la Red”.

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