El Ruso o la quinta mentira de Baracoa

El Ruso o la quinta mentira de Baracoa

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El Ruso.  Foto: Del autor
El Ruso. Foto: Del autor

Alto, de piel tostada por el sol, tiene 48 años de edad y se llama Eduardo Navarro Toirac; pero por esas señas y nombre no lo busquen en la bella ciudad de Baracoa, de seguro no lo encontrarán.

A él, lo mismo se le ve en los alrededores del parque central, frente a la catedral, que en el portal del bar Yaíma, siempre bromeando y a la vez, con una sapiencia singular, hablando de temas muy serios como la necesidad de preservar nuestros mejores valores culturales.

Junto a su banda también lo podemos encontrar montado en un camión de viaje hacia al asentamiento rural de Nibujón, donde hará una presentación, tocando en los carnavales de algún municipio guantanamero o en bicicleta, bajando el Turey rumbo a su casa, al mediodía, cuando el sol está más bravo.

Ya, sin imaginarlo y menos proponérselo es parte, desde hace un buen tiempo, de la historia misma de Baracoa, primera Villa de Cuba, que en sus 502 años de fundada, atesora un rico caudal de leyendas y personajes distintivos, entre los que podemos mencionar a la bella y enigmática Magdalena Menasses Rovenskaya (La Rusa), inmortalizada por Carpentier en su novela La Consagración de la Primavera, Trigimo el comevidrios, el Pelú, con su maldición, y el trovador Cayamba, entre otros muchos.

Formando parte de esta galería de personajes se encuentra, en los últimos años, “El Ruso”, un guajiro natural de Quiviján, intrincada zona premontañosa de Baracoa. Él es uno de los artistas que representa a los trabajadores de la cultura en el Consejo Nacional de la Central de Trabajadores de Cuba.

Y es en los campos de Quiviján, rodeado del río de cristalinas aguas, del peculiar sonido del monte y su rica comida criolla, donde transcurre la infancia del niño Eduardito, allí entra en contacto con los ritmos más autóctonos de la región, el Nengón, el Kiribá, el Changüí , el son, acordes que llegan tocados por el grupo tradicional Guamá, ya sea en el popular programa radial Divulgación Agraria o en las presentaciones que realizan en vivo.

El Ruso en una de sus presentaciones en Baracoa.
El Ruso en una de sus presentaciones en Baracoa.

Son ritmos que convidan al guateque y cautivan a los pobladores de la región, pues como el propio Ruso confiesa “el guajiro es un enfermo crónico a la música”.

De sus años de infancia recuerda su anhelo de un día tocar junto al conjunto Guamá, su mayor referente musical de entonces. “Años después, gracias a la posibilidad que me dio la Revolución de estudiar música, específicamente percusión en Baracoa, pude hacer realidad mi sueño, de entrar al mismo grupo y estar en el programa que escuchaba de niño.

Luego llegaría el momento de comenzar a formar sus propios proyectos musicales; precisamente en los años de mayor contracción económica del período epecial, es entonces que funda el cuarteto Tropical, el cual inicialmente amenizaba los almuerzos en el Hotel Porto Santo de la Primada de Cuba.

“Este cuarteto nos dio grandes alegrías – dice el Ruso- y representamos dignamente a Baracoa, en plazas y eventos muy importantes del país como los festivales boleros de Oro, acompañando a interpretes de la talla de Pablo Santa María y Ela Calvo, entre otros. Luego, a mediados de los noventa del pasado siglo, buscando nuevas sonoridades e impulsado por las exigencias del mercado, el cuarteto pasaría a septeto, al que también, pasado un tiempo, se le incorporarían metales, hasta convertirse en la actual agrupación: El Ruso y su banda, formada por nueve músicos de quienes confiesa “son mis hermanos, una familia, con los que pasamos casi todo el tiempo”.

Desde su terruño, el grupo ha logrado grabar dos discos con la EGREM, algo bastante difícil para cualquier agrupación del interior del país. Su meritorio trabajo los ha distinguido como Vanguardia Nacional del Sindicato de los Trabajadores de la Cultura y es el Ruso, uno de los artistas de Guantanamero, laureado del sector.

En esta entrevista hay preguntas que no pueden faltar ¿Por qué El Ruso?

“Alguien dijo que tengo rasgos eslavos. Yo tenía una peña en el motel La Rusa y me preguntaban si era hijo de ella; las personas comenzaron a llamarme El Ruso y yo me molestaba mucho, y entonces me lo decían más, hasta que un amigo me aconsejó que asumiera ese seudónimo. Al cabo del tiempo se ha convertido en la quinta mentira de Baracoa, junto a la Farola, el Yunque, la montaña la Bella Durmiente y el río Miel”.

¿No tienes aún ninguna experiencia internacional?

“En más de una ocasión han aparecido propuestas de contratos internacionales, pero piden como condición reducir el número de músicos, cambiar el formato, y simplemente he dicho que no. Te imaginas sería una traición o vamos todos o no va nadie, respeto al que piense de otra manera, así pienso yo”.

En una plaza de tanta afluencia turística como Baracoa, pareciera que cualquiera coge unas claves y una guitarra, y ya está haciendo música cubana, pero no es así.

“Lo más lamentable es que muchas veces, quizás demasiado, es eso lo que trasmitimos. La culpa lo tienen las instituciones culturales encargadas de velar por esto. Por ejemplo, la Casa de la Trova de Baracoa, antes no era un espacio comercial, se podía escuchar mucho de lo mejor del pentagrama trovadoresco cubano. Ahora este espacio pertenece a ARTEX, se vende mucho es verdad, pero se oye de todo y casi siempre de muy mala calidad.

Por suerte mi grupo logra escapar de estas trampas y tenemos un repertorio, con buena música popular que va desde “La Baracoesa” de Sindo Garay, hasta “Un día fui a visitar a Baracoa”, de Enrique Bonne”.

Ruso, ¿qué es Baracoa para ti?

Todo, Baracoa es el chocolate al que un día le escribí una canción, es su sol, sus playas, los ríos, la iglesia, su gente, el café, el tetí, el bacán, no puedo estar mucho tiempo lejos de estas cosas. Me siento heredero del cantautor Cayamba, por mis venas corre el Nengón, el Kiribá, el sonido de las cayucas del Toa, disfruto el aire del malecón. No podría estar en otro lugar, no sería nada, yo soy fruto de todo esto.

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3 comentarios en El Ruso o la quinta mentira de Baracoa

  1. Se olvidó Eduardo su cursar por los grupos Polímitas y Son Pioneril. En la Esbu Glicerio Blanco Lores
    Y su instructor Roberto Orduñes

  2. Mi respeto para ese Baraceoense singular, dicharachero y sencillo, buen amigo y gran cantante y director de su banda de musica tradicional.

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