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Para resistir las noticias provenientes del XXI Grand Prix de Voleibol (F) habrá que tomarse un fuerte antidepresivo. La tempestad estaba anunciada, es cierto, pero el primer fin de semana ratificó que Cuba sufrirá esta vez su mayor descalabro de la historia en estas lides, mucho peor incluso que los lugares 11 alcanzados en 2003 y 2011.
Barridas consecutivas ante Holanda (20-25, 14-25, 11-25), China (13-25, 20-25, 15-25) y Bulgaria (8-25, 15-25, 16-25), con pizarras casi todas desproporcionadas, confirman que el equipo no funciona y que difícilmente lo hará en las próximas semanas.
El DT Juan Carlos Gala debutó con un cuadro titular basado en las auxiliares Melissa Vargas y Jennifer Álvarez, la pasadora Beatriz Vilches, la opuesta Yoana Palacios, las centrales Rosanna Giel y Daymara Lescay (capitana) y la líbero Emily Borrell. Sin embargo, desde el mismo partido inicial afloraron problemas en el acomodo, la recepción del servicio y el ataque por las esquinas de la net, lo cual impuso la necesidad de apelar a suplentes también inexpertas.
Dairilys Cruz ha asumido entonces como levantadora, mientras que Sulian Matienzo y Alena Rojas reemplazaron a Jennifer y a Vargas indistintamente. Los dividendos de ello, a todas luces, fueron pocos.
Las estadísticas globales del plantel muestran las razones de tales fiascos. Las atacadoras exhiben un negativo 33,6 por ciento de efectividad, incurrieron en 47 faltas y fueron bloqueadas en 28 ocasiones. Rojas (53,3 %), Lescay (51,9) y Álvarez (42,4) exhiben los mejores desempeños, en tanto Giel (30,6), Palacio (30,5), Matienzo (14,3) y Vargas (22,7) han estado erráticas. Esta última jugadora, de solo 13 años de edad, habrá sentido seguramente el rigor de un nivel de juego muy alto, y que todavía crecerá más.
El bloqueo ha sido escaso (1,33 por set), el pase malo (2,66 ps.) y el servicio no ha cumplido su función desestabilizadora, pues si bien se lograron 10 tantos por directo, se fallaron 21 ejecuciones y los rivales recibieron por encima del 50 por ciento (54,78).
La recepción propia, por el contrario, solo alcanzó tal calidad en el duelo ante Holanda (52,2), pues frente a China (39,1) y Bulgaria (46,9) decayó. La defensa hizo su trabajo ante las tulipanes (8,33 por set), pero no tanto en las restantes salidas al mondoflex. El índice de errores no forzados también fue elevado (6,77 ps.).
Estos dígitos indican que el formato 5-1 no funciona, y que como tampoco puede emplearse el 6-2, las opciones de victoria son remotas. También expresan que el equipo carece de líder en este instante, tarea que solo pudieran acometer Palacio o Giel.
El próximo fin de semana los duelos serán más exigentes aún, dado el calibre de Tailandia, Italia y Rusia. Mi vaticinio se lo imaginan, así que les recomiendo tener a mano una pastillita tranquilizante.
Acerca del autor
Licenciado en Periodismo de la Universidad de La Habana (UH). Especialista en los deportes de boxeo, voleibol, lucha, pesas y otros. Cubrió los XV Juegos Panamericanos de Río-2007, los XXX Juegos Olímpicos de Londres 2012, la final de la Liga Mundial de Voleibol 2011 y otros eventos internacionales celebrados en Cuba. Profesor de Teoría en la Comunicación de la UH y la Universidad Agraria de La Habana. Imparte cursos de esta y otras materias en diversas instituciones del país como el Instituto Internacional de Periodismo José Martí. Ha obtenido premios y menciones en el Concurso Nacional de Periodismo Deportivo José González Barros.
Fernando, desgraciadamente, los dirigentes deportivos en Cuba se aferran a sus ideas fallidas, parece ser que » no dar su brazo a torcer» es la única política de dirección que conocen, o la estrategia de dirección de «el más fuerte manda y tiene la última palabra».
Hace algunas semanas, Eugenio George aclaró que no se piensa cambiar esas políticas que provocan el éxodo, o la baja del equipo de jóvenes atletas en plenitud de rendimiento. Se piensa que los atletas son los culpables, no los dirigentes, entonces ya sabemos porque cambian tan a menudo los equipos de voli, porque «los atletas son unos maleantes que solo piensan en salir de Cuba, para disolver los equipos».
A mí personalmente me parece un despilfarro estar llevando a equipos cubanos a competencias con el fin de foguearse y allí terminar en el úlitmo lugar de la tabla de posiciones para poco tiempo después darle la baja del equipo a esos /-as atletas fogueados/-as, porque se quieren ir a jugar a alguna liga extranjera.
Evidentemente a los únicos que no parece interesarles es a los dirigentes que están llevando a atletas a tener oportunidad de crear contactos, darse a conocer para después poider irse a jugar a otro lugar. Quizás el deterioro moral esté tan avanzado que se estén buscando solo oportunidades de viajes y el objetivo de competir pasa a otros planos.
Supongo que Juan Carlos Gala. esté poniendole buena cara al mal tiempo pero que al final pierde la paciencia, no es para justificar el uso de lenguaje marginal, sino para darle alguna explicación.
En general creo que los directores cubanos, así como los entrenadores están ocupados con otras cosas durante las competencias, porque eso creo tambiém que pertenece a su labor: calmar al atleta, darle consejos de última hora para tratar de llevar a cabo los objetivos propuestos y lo que se ha aprendido durante los entrenamientos.
A mi me parece que los entrenadores deberían no ser vitalicios, sino que si no tienen éxitos deberían cambiarse, así nadie tendría asegurado su viajecito de antemano, haga o no haga bien su trabajo. Esto tendría muchos resultados positivos, porque el esfuerzo por ser cada día mejor sería una lógica consecuencia. Si hay un binomio que funciona siempre, claro que no tendría lógica separarlo, pero hay tantísimos que no funcionan, mas la gente que puede decidir hace la vista gorda.
En otros países, se cambia muchas veces de entrenador para darle nuevos impulsos al atleta. Los atletas tienen que hacer trámites legales, pero es posible cambiar de entrenador, quizás si atleta y entrenador no hacen muy buenas migas.
En Cuba todo está estipulado por personas que no son capaces de reparar sus errores, sino que actúan según el método de si ya estás encima del burro, lo único que puedes hacer es darle golpes para que ande.
Tuve oportunidad de ver el partido Cuba_ China, se hace raro ver a Cuba jugar con un sistema 5_1, sobre todo porque el recibo que ya era malo, ahora es calamitoso, tal parece un equipo salido de alguna antigua ESBEC, la pasadora (no 12) muy limitada tecnicamente: no sabe armar por el centro, deja la pelota por debajo del nivel superior de la .net, llega tarde y encima el recibo complica más su labor. La defensa es para llorar, prácticamente no hay defensa para los balones que vuelven rechazados por el bloqueo rival, China en esto fue brillante.
La libero ( Emily Borrel) tiene actitud, pero no aptitud, se tira a todos los balones, pero con escaso éxito.
Él ataque, otrora caballo de batalla se ha visto mermado por el mal recibo y la dependencia de una sola acomodada. Los saques perdidos son otro lastre y en general se ve desorganización en el ataque y la defensa, un equipo improvisado a todas luces que difícilmente se salve del último lugar de la tabla. Ese no es el nivel de Cuba, es el nivel que las autoridades deportivas han condicionado con su actual política.
Yo pienso que si la actual política diera resultados satisfactorios bien mereceria la pena consrrvarla, pero visto el caso urge un cambio urgente pues cada día que pasa es un día perdido para salvar este deporte. Si se está haciendo algo para parar el éxodo de atletas, ese algo es a todas luces insuficiente o inoperante.
Finalmemte el seleccionador Juan Carlos Gala me parece que no es la persona adecuada para guiar este proyecto, se necesita una persona que enseñe los fundamentos de voli, que en los tiempos técnicos calme a las jugadores y corrija sus errores, pero con un lenguaje adecuado, no con expresiones y lenguaje marginal, sobre todo ahora que entrena a niñas de hasta 13 años.