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La llovizna a intervalos, el cielo plomizo, las personas con flores y banderas en las manos, las calles colmadas del pueblo caminando del parque Céspedes al cementerio Santa Ifigenia… así estuvo la ciudad de Santiago de Cuba en la tarde de este 30 de julio, día en que se le rinde tributo a los mártires de la Revolución.
La tradicional peregrinación reedita lo acontecido en igual fecha de 1957 cuando santiagueras y santiagueros dieron el último adiós a Frank País García, el joven maestro, el hombre enamorado, el líder estudiantil, el dirigente del Movimiento 26 de Julio, asesinado a traición por esbirros de la dictadura, junto a su compañero Raúl Pujol.
Mujeres, niñas y niños, estudiantes, amas de casa, trabajadores, militares, combatientes de las diferentes etapas de la Revolución, junto a las máximas autoridades del Partido y el Gobierno en la provincia de Santiago de Cuba, anduvieron las mismas calles que 56 años atrás recorrió el pueblo enlutado y enardecido por la barbarie cometida.
En la tumba que guarda los restos de Frank País se depositó una ofrenda floral a nombre de Fidel y Raúl, y los presentes colocaron flores en sentida expresión de tributo y recordación.
Este 30 de julio, además de la memoria y el legado de Frank y Raúl Pojol, se honra al Comandante del llano y de la Sierra, a René Ramos Latour, quien sustituyó a Frank en sus funciones de líder del Movimiento 26 de Julio, para finalmente incorporarse al Ejército Rebelde, hasta el momento de su muerte, el 30 de julio de 1958.
En horas de la mañana de este martes, y en nombre del pueblo de Cuba, se colocaron sendas ofrendas florales en el Callejón del Muro, lugar donde fueron baleados por los esbirros batistianos Frank País y su compañero Raúl Pujol, así como en la Placita de los Mártires, espacio habitual de encuentro de muchos jóvenes revolucionarios, quienes desarrollaron la lucha clandestina en la ciudad de Santiago de Cuba.
