Cargando...Como expresó este miércoles un reportero, “con toda la razón del mundo el vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, declaró que Evo Morales había sido secuestrado en Europa. Y es que, en efecto, lo sucedido con el avión presidencial en el que viajaba el primer mandatario boliviano carece de precedentes conocidos”.
Que a un presidente se le impida volar sobre el espacio aéreo de un país con el que mantiene relaciones diplomáticas normales, por la sola “sospecha” de que en su avión lleva a un prófugo de la justicia estadounidense, no solo es un hecho insólito, sino que pone de relieve hasta qué punto la política europea está firmemente dirigida con mano de hierro desde la capital de los Estados Unidos.
Las órdenes al estilo sheriff llegadas desde Washington se escucharon en serviles oídos, prestos a cumplir la orden del amo en Francia, Portugal e Italia, por lo que el presidente boliviano permaneció en el aire sin poder aterrizar, luego de que su avión partiera de Moscú donde realizaba una visita oficial.
Del otromlado del Atlántico la reacción no se hizo esperar ante tamaña ofensa europea a Evo Morales.
El presidente ecuatoriano Rafael Correa convocó a una reunión extraordinaria de Unasur para analizar el incidente. Además, aseveró en su cuenta en la red social Twitter que “lo sucedido es extremadamente grave», y que “estas son horas decisivas para Unasur”, porque es el momento de “graduarnos de colonias o reivindicar nuestra independencia, soberanía y dignidad”.
Por su parte Nicolás Maduro no dudó en calificar de “agresión peligrosa” la negación del permiso de vuelo y aterrizaje de varios países europeos al presidente boliviano.
«Estoy en contacto con Evo, se han violado todas las inmunidades internacionales que protegen a los jefes de Estado por la obsesión Imperial», escribió Maduro en su perfil de Twitter.
A los rechazos se sumaron también los de la presidenta argentina Cristina Fernández y los del gobierno uruguayo, así como una declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba y otra de los países del ALBA.
Ante estos hechos la repulsión de América Latina ha sido inmediata. En su antiguo traspatio, como lo hacía en el viejo Oeste, el Tío Sam ya no puede desenfundar el revólver. |Redacción Internacional
