La altura que alcanzó Cubiza

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Al ingenio de Miguel Hoyo Muñoz se debe el aporte de soluciones que mucho ayudan a la
empresa. Foto: José Manuel Castillo

UN ANTES y un después al  2008 delinean la historia presente  de Cubiza en Matanzas,  la entidad de izaje de cargas  del Ministerio de la Construcción  (MICONS) que un lustro atrás estuvo a  punto de desaparecer como empresa.

Grúas camiones en mal estado  técnico, contratos incumplidos,  gastos elevados, bajos ingresos y  un pésimo clima laboral, resumen  la ineficiente gestión económica en  años como el 2006 o el 2007, entre  los de peores saldos desde el surgimiento  de Cubiza, hace tres décadas  y media.

Fue entonces cuando se analizó la  posibilidad de trasladarla hacia Ciudad  de La Habana o Villa Clara, para  que en esas provincias asumieran lo  que en Matanzas traía más costos que  beneficios. Pero la desintegración se  quedó solo en papeles, dice orgullosa  la actual secretaria del sindicato, Tania  Noemí Gutiérrez Guillén.

“Cuando parecía que la empresa  estaba acabada, de momento nombraron  una nueva dirección. Esos  cambios enseguida propiciaron otra  manera de afrontar las dificultades,  pero para combatirlas, primero tocó  diagnosticar cada problema y sus responsables.

“Luego vino el intercambio trabajador  por trabajador, las asambleas  por áreas, y ahí surgió la urgencia de  un sindicato con la capacidad de organizar,  movilizar y representar bien  a los afiliados, algo que allí también  se había perdido”.

Es por eso que Tania respalda totalmente  la validez de un concepto  que por estos días trasciende en las  conferencias XX Congreso de la CTC:  “Sin un sindicato fuerte, no habrá  economía eficiente”. Bajo ese postulado  empezó a refundarse la Cubiza  de hoy.

Buscando altura

La elevación y colocación de cargas  con grúas camión convierten al  objeto social de esta empresa en relevante  para disímiles inversiones.  Por ejemplo no podría hablarse de  desarrollo turístico en Varadero, de  crecimiento petrolero, de la base de  almacenamiento de combustible o  del programa de viviendas, sin considerar  los aportes de Cubiza, reconoce  el director, Pedro Rodríguez  Santana.

“Ello explica la necesidad de gestionar  de manera eficiente nuestra  misión. Ya sabemos lo que representa  incumplir con los contratos, quedar  mal con los clientes. Por eso nuestra  máxima consiste en tener un porcentaje  de disponibilidad técnica superior  al 75 por ciento. Ahora mismo 12  de los 14 equipos prestan servicios y  solo dos reciben reparación, de acuerdo  con el plan de mantenimiento. El  año pasado nos entraron dos muy demandados  por el mercado: una retroexcavadora  y un compactador de  suelo vibratorio”.

Según el criterio del ingeniero Rodríguez  Santana, Cubiza comenzó a ir  tomando alturas cuando entendió lo  necesario de gestionar con mucha inteligencia  sus recursos humanos, “propósito  alcanzable en alianza con el sindicato”,  apunta la secretaria sindical Tania.

A la inconformidad de la remuneración  salarial respondieron con  la aplicación de sistemas de pago  adaptados a la actividad específica  de cada empleado. Cuenta Tania que  eso incentivó el cumplimiento de la  producción y el crecimiento de la productividad.

“Nada estimula mejor, advierte,  que saber que en tus manos está  la opción de llevar para la casa más o  menos dinero. Eso le dio fuerza al sindicato  para exigir el deber de aprovechar  la jornada laboral, en especial en  el área de los talleres, donde se decide  el juego. Grúa paralizada, equivale  a hombre o mujer perdiendo dinero  y daño empresarial. Esa es la cuenta  que empezamos a sacar”.

A la inteligencia innovadora confiaron  entonces algunos de los más  relevantes destinos de Cubiza. Es por  eso que operarios como Miguel Hoyo  Muñoz se empeñan en buscar soluciones  que preserven la vida de grúas  camiones. No importa si se llaman  Kato o Luna, ni tampoco si son de la  tercera o primera edad.

Ninguna de las grúas de esta central  de equipos han podido evitar que  las manos de un montón de Hoyo Muñoz  las toquen para devolverlas a los  operarios que las hacen producir.

Al propio Sastre, como le dicen a  Miguel, deben la construcción de un  conjunto de piezas nombradas cepo,  donde colocaron un tipo de llave para  el arreglo de los llamados gatos hidráulicos,  equipos que facilitaron la  reparación de algunas grúas. La carencia  de un instrumento similar inspiró  un trabajo que salvó a la empresa  y que le valió, además, la categoría de  relevante en el forúm de la entidad.

Respuestas similares tributaron  al cumplimiento de los planes del  2012, un desempeño que están listos  para repetir en el 2013, aseguran varios  choferes de grúas, en quienes  descansa buena parte de las metas  productivas y de los ingresos.

Luis Martínez, entre los dos choferes  más destacados del año pasado,  siempre reconoce que la atención a los  trabajadores es esencial para que “el  colectivo se estimule y cada cual haga  bien la parte que le toca”.

No dejar perder lo conseguido 

Bastaría decir que a la vuelta de un  tiempo fue tan grande la metamorfosis,  que al MICONS o la empresa nacional  a la que pertenece Cubiza Matanzas ya  no les pasaría por la mente borrar del  mapa a la que por dos años consecutivos  ganó la condición de vanguardia nacional,  y en este 2013 sueña con lo mismo.

Sin embargo, la secretaria del  sindicato asegura que el mayor premio  consiste en no dejar perder lo  conquistado. “La gente sabe lo que  costaría retroceder, y a esa etapa no  hay regreso”, asegura Tania.

“Lo primero radica en garantizar el  relevo de nuestra adulta y experimentada  fuerza laboral, algo que nos lleva a  captar jóvenes para la nueva tecnología  con la que trabajaremos, un llamado  que extendemos a quienes deseen formarse  como operadores de grúas…”

Rodríguez Santana y Tania coinciden  en lo perentorio de continuar  perfeccionando la atención a cada trabajador  de Cubiza, enseñanza que les  legó el antiguo director, Omar Tápanes,  promovido a otras funciones, un  hombre a quien no pocos atribuyen los  éxitos productivos cosechados por esta  unidad empresarial de base.

“No hay obra perfecta. Por ejemplo,  medios para el trabajo como las botas  con casquillos no poseen calidad, como  tampoco la empresa de servicios que  nos atiende elabora bien la alimentación.  Son planteamientos frecuentes en  las asambleas de afiliados, aspectos que  no descuidamos, pero siguen pendientes  de solución”.

También puertas adentro, Cubiza  se enorgullece de la elevada calificación  de su gente, de la implantación  de sistemas de calidad, y de la acreditación  como centro saludable, categoría  que habla del estado físico del  personal, algo certificado por periódicos  chequeos médicos.  | Matanzas  La altura que  alcanzó Cubiza  Al momento de nuestra visita solo dos de las 14 grúas camión prestaban servicios.  Al ingenio de Miguel Hoyo Muñoz se debe el aporte de soluciones que mucho ayudan a la  empresa.  Alta demanda tienen en el mercado constructivo  los equipos de Cubiza.

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